FESTIVALES DE VERANO EN CÓRDOBA

 LOCALES / SOCIEDAD

Entre las suspensiones, las posibilidades y los protocolos


Por Noelia Maldonado y Andrés Fundunklián

El Festival de Doma y Folklore se tornó inviable, según la comisión organizadora. Cosquín sigue en carrera y Villa María analiza cambiar de fecha. Un informe detallado sobre cada caso y qué pasará con el resto.

Tras la confirmación oficial a principios de esta semana con las fechas para la inminente temporada de verano, la lupa se posó sobre los festivales que suelen ser una de las grandes atracciones para el turismo nacional y en muchos casos se han convertido en verdaderos íconos de la cultura popular argentina.

Cada uno de ellos tiene sus particularidades de acuerdo a sus costumbres y a la localidad donde se realizan, pero hay una realidad incuestionable: todos generan un movimiento turístico, artístico y sobre todo económico que trasciende al evento en sí mismo.

Aunque claro, hay algunas localidades donde el festival es fundamental para el sostén económico durante todo el año y otras en las que los ingresos pueden provenir de diferentes actividades. Por todo eso, en estos días se aceleraron las definiciones: ya es tiempo de saber qué eventos podrán realizarse y en qué condiciones y cuáles deberán dejar pasar el tren como consecuencia de la pandemia.

El anuncio de la suspensión definitiva de la edición número 56 del Festival Nacional de Doma y Folklore de Jesús María tomó por sorpresa a muchos este jueves cuando –conferencia de prensa mediante– el presidente de la comisión organizadora, Nicolás Tottis, calificó de “inviable” el evento en este contexto pandémico.

Ya habían dicho tiempo atrás que “sin vacuna no había festival”, pero ante la posibilidad de que comenzara alguna campaña de vacunación pronto comenzaron a barajarse (al igual que en otros eventos como el de Villa María) posibles cambios de fecha. 

Pero organizar un espectáculo de estas magnitudes, que el año pasado llegó a su récord de 200 mil personas, implica el manejo de muchas variables que hoy no están garantizadas. Y a eso se le sumó un clima enrarecido en esa ciudad del departamento Colón que oponía a quienes veían la posibilidad de generar ingresos en momentos de tanta sequía y a quienes tenían temor a que el evento generase un brote difícil de contener por el sistema sanitario local.

En diálogo con este medio, Nicolás Tottis dijo que la mayoría de la gente apoya la decisión que tomaron: “Lo estoy viendo en los comentarios de las redes. Además, circulaba una encuesta privada que decía que el 60 por ciento de Jesús María no quería que se hiciese el festival”. Pese a eso, negó que ese dato fuera definitorio para la decisión. 

Cada caso, un mundo

Como se dijo, entre los festivales más convocantes del verano hay distintas realidades. Si bien todos necesitarán habilitación correspondiente (algo que todavía no fue definido por la Provincia ni avalado por el COE) cada uno de ellos se organiza de manera distinta y en muchos casos la cuestión política mete la cola.

Según Tottis, si él fuera intendente seguramente estaría tratando de hacer el festival, pero la realidad de Jesús María es distinta y dentro de la comisión hubo unanimidad en que no iban “a poner en juego el prestigio de la institución” sólo por el capricho de hacerlo.

“Estábamos en diálogo porque queríamos saber si lo pasábamos de fecha o no. Teníamos la ilusión pero analizamos que si lo hacemos en otra época del año ya no tendríamos los voluntarios y no sabemos si la gente estaría disponible para venir por ejemplo en abril cuatro o cinco días”, agrega. 

Desde la organización aseguraron que si el evento finalmente se hacía no se iba a permitir a la gente circular por afuera y adentro iba a estar muy reducida la cantidad. Entonces Tottis sentencia: “Hay un equilibrio económico entre la cantidad de ventas de entradas y la cantidad de venta publicitaria y si eso no funciona se puede ir a pérdida con un riesgo altísimo no sólo económico, sino sanitario”. 

A esto hay que sumarle otros datos no menores que es la posibilidad o no de que se realizase la jineteada, algo que entre las muchas variables en juego, siempre inclina la balanza de este espectáculo cordobés.

Sobre eso había muchas dudas y si bien el festival asegura haber mantenido comunicación con las delegaciones de jinetes, muchos “plantearon que no iban a venir si estaba en riesgo la salud” y además “aseguraron que no habían tenido preparación durante el año”.

En cuanto a los artistas, la situación era disímil porque la mayoría estaba disponible después de un año tan duro para el rubro pero con muchas dudas sobre cómo se iba a hacer el espectáculo y si había posibilidades de contagio ya que su reputación también estaba en riesgo si se generaban brotes del virus, según revelaron desde la comisión. 

Tras la decisión histórica de cancelar el show, algo que para este evento no tiene parangón, se abre la posibilidad de que (vacuna de por medio) se hagan espectáculos de menor envergadura ya sea de doma o de música durante el año que viene.

Y Tottis cierra: “El festival ha sido creado por y para las escuelas y una directora me decía que no podía creer que hubiese protocolo para un festival y no para volver a clases, es ilógico”.

Aquí, Cosquín

En el caso del Festival Nacional de Folklore de Cosquín, la situación es bien diferente ya que desde un primer momento el intendente Gabriel Musso manifestó la intención de realizar la 61ª edición de la manera que fuera posible, respetando todas las medidas sanitarias.

De hecho, la Comisión Municipal de Folklore en conjunto con el área de Defensa Civil ya presentaron un protocolo que, según adelantaron, está siendo analizado por el COE. "El esquema se basó en el protocolo presentado a nivel nacional y que prevé una reducción del aforo a un 50 por ciento del público dentro de la plaza Próspero Molina", detalló a La Voz Luis Barrera, secretario de Programación. 

En ese diagrama, se contempla la quita de butacas de gran parte del sector de plateas para garantizar el distanciamiento social. En cuanto a la parte artística, posiblemente se reduzca la extensión de la jornada y la cantidad de artistas, así como todo el personal afectado a la organización. 

Igualmente, Barrera advierte que todos estos detalles terminarán de definirse una vez que tengan la habilitación oficial del COE, con el que seguramente deberán trabajar en conjunto para ultimar muchas cuestiones.

"Ya hemos avanzado en las conversaciones con los sponsors, la parte técnica, la TV Pública para la transmisión y, por supuesto, con los artistas. Todos han mostrado la mayor predisposición para adaptar lo que haga falta y han manifestado sus ganas de que comience a girar la rueda, tanto desde lo laboral como desde lo emocional", analiza y se muestra expectante de tener una respuesta en los próximos días. 

Sobre el resto de las actividades que engloban al festival, advierte que se han presentado protocolos para la Feria de Artesanías y para los escenarios callejeros, aunque no así para la Peña Oficial y el Fogón Criollo que se encuentra frente a la plaza. "Decidimos no realizarlos para no generar competencia con el sector gastronómico, que es uno de los más golpeados en ese contexto", argumenta.

En cuanto al resto de las peñas, un clásico para Cosquín, anuncia que deberán presentar sus propios protocolos para poder funcionar. "No avalaremos nada que no tenga aprobación sanitaria. Nuestra responsabilidad es cuidar la salud y también apoyar el trabajo genuino que significa el festival para todo el Valle de Punilla", cierra. 

Cómo está el resto 

Uno de los festivales que ha mostrado un gran crecimiento en los últimos años es el de Avicultura en Santa María de Punilla, localidad donde también se lleva a cabo el Cosquín Rock en febrero (la expectativa de José Palazzo es, vacuna mediante, aplazarlo para abril).

"Hemos presentado un protocolo con dos posibles formatos por realizarse en el predio El Paseo, al aire libre", cuenta Dardo Zanotti, intendente de Santa María. "La idea es plantearlo con el formato 'corralito' que se implementó en Europa, en el que cada sector es compartido por un grupo familiar o de amistades", agrega.

Zanotti confirma que ya han iniciado conversaciones con varios artistas de gran convocatoria y apunta al fin de semana del 15 de enero como fecha posible, la habitual para el evento. Aunque también apuesta a realizar shows durante todo el verano. "Vamos a instalar el escenario que se utiliza en el Cosquín Rock, por lo que pretendemos producir varios recitales", apunta. 

Ese fin de semana suele llevarse a cabo el festival Un Canto a la Vida, en Embalse. Según adelantaron desde municipio, aún están analizando presentar el protocolo para realizar una versión más acotada. Aunque de ser aprobado, imaginan una 36ª edición mucho más modesta.

Villa María sí, Alta Gracia no

Consultado sobre esta misma perspectiva y sobre qué podría pasar con el Festival de Peñas de Villa María, el presidente del Ente Deportes y Turismo de esa localidad, Gabriel Falchetto, dijo que están esperando directivas a nivel provincial para tomar decisiones, pero que tienen la “ilusion de poder hacer algo”. El evento tiene más margen porque se hace los primeros días de febrero.

“Quizá podemos posponerlo en el tiempo. Hace 52 años que hacemos el festival y la idea es conservarlo año a año. Las definiciones tienen que venir desde lo gubernamental. Una vez que tengamos eso, estudiaremos los protocolos y veremos si es viable hacerlo en el anfiteatro y con distanciamientos”, asegura Falchetto.

Y sobre la grilla aseguran: “Tenemos un contacto directo con todos los representantes y los artistas pero la verdad es que no hemos diagramado nada y no hemos trabajado con ellos todavía”. Consultado sobre si descartan traer artistas internacionales debido a la crisis, aseguraron que no descartan nada todavía.


Colectividades de Alta Gracia, suspendido. El congestionamiento que produce el sector gastronómico torna muy difícil su realización. Foto: La Voz.

Otro de los festivales tradicionales que se realiza en los primeros días de febrero es el de Colectividades de Alta Gracia, que por estas horas comunicó que, al igual que Jesús María, tampoco se llevará a cabo. "No sería oportuno realizar esta fiesta que por sus caracteristicas convoca a muchísimas personas y pone en riesgo la situación sanitaria que se logró con el esfuerzo de todos", adelantó el intendente Marcos Torres.

Es una realidad que debido al congestionamiento que producen los puestos gastronómicos, la realización del evento se torna de difícil concreción. "La fiesta mayor de Alta Gracia se caracteriza por grandes shows y la puesta de una gran cantidad de emprendimientos gastronómicos de distintas colectividades con intervenciones de danzas y músicas típicas, provenientes de distintos puntos del país, que hacen necesario poder planificar el Encuentro Anual con antelación para lograr mantener la calidad de este evento", reza el comunicado oficial como respaldo de los motivos que llevaron a tomar la decisión de no llevarse a cabo.

(La Voz)

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