OPINIÓN /
En el peor momento del Gobierno
Por Walter R. Quinteros
Tal vez se deba a tantas mentiras esgrimidas, como las cifras del INDEC, tal vez se deba a la ineficacia de este Gobierno para controlar la economía, para enfrentar la pandemia, tal vez se deba a tantos ataques dirigidos a la Justicia, o a la falta de política, a las tomas de tierras, a que ciertos delincuentes gozan de libertad, a la inseguridad. La cuestión es que hoy, el Gobierno sufrirá un nuevo banderazo en contra.
En un día feriado, como se acostumbra, se llevará a cabo otra protesta en el peor momento del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
Alberto Fernández, sufre una caída en las mediciones respecto del inicio de la pandemia. Las "filminas" son ahora un hazmerreír. Estamos entre los primeros países con más muertes y contagios por el coronavirus. Nunca antes, un gobierno argentino, tuvo que lamentar ostentar el récord de pobreza, de indigencia que tenemos, las empresas que se fueron.
Ni hablar del dólar, a $167
Ya los indicadores muestran que hay más gente desilusionada que la que aún confía en un plan que nunca nadie vio.
Por eso, por el nepotismo practicado, por su falta de credibilidad, porque se nota claramente que es la mano de la vicepresidenta y su silencio quienes manejan los hilos desde las sombras, por querer adoctrinar a la Prensa, por resumir la Argentina solo en CABA y AMBA, por la política externa, por los miles y miles de desocupados, por las miles y miles de PYMES cerradas y, por muchos temas más.
Para ensanchar la maldita grieta de los argentinos, Alberto Fernández, argumentaba que las protestas en plena cuarentena atentaban contra la salud de la población, y pedía "que no nos confundan". Cuando un profesor de la UBA, cualquiera, sabe que una protesta no confunde, debe escucharse, señor presidente, usted mismo nos dijo que era dialoguista.
Y las protestas, especialmente de la clase media, ha ido cambiando de consignas, de acuerdo a lo que se considera un atropello.
Vamos a recordarlas: La primera, en el Día de la Bandera, fue contra la estatización de Vicentin, para que no ataquen al sector agropecuario ni a la propiedad privada. Ya la ciudadanía se estaba cansando de la cuarentena, cosa que el gobierno no practicaba.
La segunda, en el mes de julio, contra las presiones de Cristina Kirchner sobre la Justicia y donde también los agricultores, pedían por la ola de ataques a los silobolsas, a los que se atribuía intencionalidad política, recordemos los dichos de Hebe de Bonafini, que el Gobierno no calló ni aclaró.
En agosto, la protesta fue contra el proyecto de reforma judicial, enarbolando el tema de la "defensa de los valores republicanos".
En septiembre, aunque sin día feriado, fue por el recorte de la coparticipación a la Ciudad de Buenos Aires para asistir a la provincia, en crisis por el levantamiento policial contra el inepto de Kicillof.
Y la prevista para hoy, donde recibirá otra jornada de protesta también convocada por las redes sociales. Como ya se hizo tradición. Nadie les pone colectivos ni trenes.
Tenemos entonces que cada feriado parece una excusa para que "los opositores", de clase media, se vuelquen a las calles a protestar contra el Gobierno, no le arruinan la vida a nadie.
Y también tenemos que, en todas estas manifestaciones, ha quedado en claro que la fuerza opositora es la clase media, que ve en este gobierno, un peligro real para con las instituciones republicanas y para el derecho de la propiedad.
Y hasta parece que, la clase media, normalmente la de los trabajadores en blanco, los que aportan al Estado para su jubilación, le ha tomado el gustito a las calles.
Y también debemos tomar en cuenta que en la sumatoria de los errores de este gobierno, es el propio Alberto Fernández prometiéndoles a sus militantes que llegará el momento del desquite, al afirmar: "El día que termine la pandemia habrá un banderazo de los argentinos de bien". (Con banderas que pagaremos todos)
Eso es lo único que puede argumentar: ensanchar más la grieta, no escuchar. Decir que los sindicalizados (Que concurrirán a la fuerza), los tomadores de tierra (Llevados a la fuerza) y cualquier otro que sepa la marcha peronista (En colectivos que pagaremos todos) es argentino de bien. Los otros no, para él, no.
Por eso, el presidente hacedor de grietas viene soportando esta seguidilla de protestas que desgastan rápidamente su supuesto poder.
La Gaceta Liberal.
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