LO QUE NOS PASA

OPINIÓN /

Los riesgos de no vivir de la teta del Estado


Por Gabriel Silva 

En marzo, cuando todo esto arrancó en territorio argento, nadie se imaginaba que llegaríamos a octubre con un retroceso de fases, restricciones por la noche y el colapso del sistema sanitario y económico en tándem.

Sí, la economía y la salud se cayeron a pedazos en meses; entonces, esto de privilegiar la salud por encima de la economía se convirtió en la falsa dicotomía de este larguísimo 2020. Y lo dejó al propio Alberto Fernández disparando una frase que lo expone. “La pandemia nos dejó más muertos de los que creíamos tener”, tiró ayer el 1 de la Casa Rosada. 

El rescate al Soldado Axel una vez más expuso al mandatario a justificar números erróneos, donde se le traspapelaron al gobierno de Kicillof algo así como 3500 víctimas de covid-19. Sí, el cruce de datos en territorio bonaerense, puso al ministro de Salud de Buenos Aires, Daniel Gollán, a confirmar que, en realidad, en lugar de 9000, los muertos en ese distrito son más de 12.500. Raro. O no tanto.

Vengamos a Córdoba, donde las complicaciones en la ocupación de camas también pusieron a la noche en cuarentena. En fase 1 y con restricciones del arranque, entre las 20 y las 6. La queja es de los bares y restoranes que estaban empezando a tomar un poco de aire después de meses cerrados.

Hay que decir también que al sector le falta autocrítica. Los permisos implicaban trabajar con el 50% de la ocupación; no todos lo cumplieron. También que no se podía bailar; y tampoco, todos lo cumplieron. Sin contar que algunos escondieron casos entre los trabajadores con tal de no cerrar; no solo ellos, sino también el sector en el que trabajan.

Los controles del COE fallaron, es cierto. De lo estricto que estaban en el comienzo de la apertura, con recorridas de funcionarios en horas de la noche, fueron mutando a la famosa vista gorda; al siga siga. Bueno, acá están las consecuencias.

Fiestas clandestinas, parques desbordados, after en departamentos, movidas electrónicas en Villa Warcalde y un retroceso obligado por los números que dejan más cerca el colapso.

Pero no solo el sanitario, también el económico. El de aquellos que hacen las cosas bien, que cumplen, que en uno de los años más duros de las últimas décadas los obligaron a pagar impuestos más caros y nos les sacaron el pie de encima. Al contrario.

Claro, no todos pueden vivir de la teta del Estado como el ahora exdiputado Ameri. En el sentido literal y metafórico, tal vez más literal que metafórico; pero volvemos a lo mismo: 250 lucas todos los meses aseguradas en una cuenta sueldo para los que viven del Estado. Muy diferente a lo que nos toca a aquellos que vivimos para el Estado.

(Pura Verdad)



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