SOCIEDAD / OPINIÓN
Warren Buffet y Ayn Rand: la superación personal de dos mentes brillantes
Ayn Rand
Warren Buffet
Por Ezequiel Eiben
Warren Buffett es uno de los inversores más exitosos y el más famoso de la historia, no en vano apodado “el oráculo de Omaha” por su despampanante habilidad para entender, anticipar y jugar en el mercado de valores. Como muestra de pericia, su patrimonio neto se encuentra por encima de los 87.000 millones de dólares.
Ayn Rand fue una extraordinaria filósofa, creadora de una filosofía propia –objetivismo-, y a quien el pensador libertario Murray N. Rothbard supo llamar “la mente más brillante del siglo XX” por la magnitud de su trabajo. Como muestra de transformación generada, en una encuesta realizada por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos sobre el libro más influyente en la vida de los participantes, su magnum opus “La Rebelión de Atlas” fue la segunda más votada, solo después de la Biblia.
Warren Buffett expresa la potencia de la mente financiera. Ayn Rand expresa la potencia de la mente filosófica. Y estos dos potentes seres humanos, de lo mejor en lo suyo, capitalistas, individualistas y con un sentido de crecimiento y superación inalterable, expresan en sus coincidencias la gloria en vida que puede alcanzarse siguiendo caminos correctos.
Sentido de la vida: Temprana determinación
Buffett comentó: “Siempre supe que iba a ser rico. No creo haberlo dudado ni un minuto”.[1]
Ese pensamiento ya rondaba por su cabeza cuando tenía 11 años, y con sus ahorros empezaba a invertir en acciones. Previamente, a los 6, ya hacía dinero comprando chicles y vendiéndoselos a los vecinos de su barrio.[2]
Años después… su presentación dice “director y presidente ejecutivo de Berkshire Hathaway”, holding internacional con más de 300.000 empleados y cotización multimillonaria.
Rand relató que de manera autodidacta aprendió a leer a los 6 años y decidió ser escritora de ficción a los 9.[3]
Durante ese tiempo de infancia, ya inventaba historias y personajes. Años después… lideraba el movimiento objetivista, y desde su primera publicación en 1957 hasta enero de 2010 “La Rebelión de Atlas” había vendido más de 7 millones de copias.[4]
Epistemología: El proceso de pensamiento
En aras de triunfar, Buffett considera que el pensamiento es esencial, y la actividad mental desarrollada con lectura y reflexión es un estilo de vida que agrada: “Insisto en pasar mucho tiempo, casi todos los días, sentado y pensando. Esto no es común en los negocios americanos. Yo leo y pienso, así que leo más de lo que pienso, por lo que tomo menos decisiones impulsivas que otras personas en los negocios. Lo hago porque me gusta este tipo de vida”.[5]
Rand argumenta que pensar es “la virtud básica del hombre, de la cual todas las otras proceden”, y enlaza directamente la actividad del pensamiento con la búsqueda de lo verdadero: “Si la devoción a la verdad es el sello distintivo de la moral, entonces no hay forma de devoción más grande, noble y heroica que el acto de un hombre que asume la responsabilidad de pensar”.[6]
Ética: Práctica del individualismo
Para invertir con inteligencia y eficacia, Buffett recomienda seguir el propio criterio y no dejarse llevar por la marea ocasionada por el resto: “Tienes que divorciar tu mente de la multitud. La mentalidad de manada provoca que hasta los más inteligentes se paralicen. No creo que los inversores que siguen al resto actúen de forma inteligente, a pesar de su inteligencia. Para ser un inversor exitoso hay que saber separarse de los miedos y ambiciones de las personas alrededor tuyo, a pesar de que a veces es casi imposible hacerlo”.[7]
Desde la filosofía, Rand denuncia al colectivismo que “significa la subyugación del individuo a un grupo”, sea este una raza, clase o estado; y sostiene que para llevar una vida moral el hombre debe seguir su propio interés racional, y que debe ser el beneficiario de sus propias acciones morales, sin sacrificarse por otros ni sacrificar a otros para él.[8]
Virtud: Integridad y coherencia
Buffett nos hace pensar sobre lo que requiere un carácter íntegro e impoluto: “Toma 20 años construir una buena reputación y cinco minutos arruinarla. Si piensas en eso, harás las cosas diferente”.[9]
Rand nos explica que la integridad es “lealtad a las propias convicciones y valores”, y que si bien puede pasar que tengamos un error de conocimiento –que tenemos que estar atentos para corregir- puesto que no somos omnipotentes ni omniscientes, lo que debemos evitar a toda costa son las violaciones a la moral, que implican “la elección consciente de una acción que sabemos malvada, o una voluntaria evasión del conocimiento, una suspensión de vista y pensamiento”.[10]
Sociedad: relación con otros
Buffett manifiesta de manera sencilla y contundente con quiénes conviene asociarse y con quiénes no: “No puedes hacer un buen trato con una mala persona”.[11]
Rand sienta las bases para las relaciones correctas, basadas en el principio del comerciante que realiza intercambios voluntarios: “Un comerciante es un hombre que gana lo que obtiene y no da ni recibe lo inmerecido. No trata a los hombres como amos o esclavos, sino como iguales e independientes. Trata con los hombres por medio de un intercambio libre, voluntario, no forzado y sin coacción, un intercambio que beneficia a ambas partes de acuerdo a su propio juicio independiente”.[12]
Intercambio: el dinero como medio
Alguien con mucho dinero bien ganado como Buffett entiende su esencia no como una mágica solución que opera transformaciones en quien lo posee, sino como un vehículo que permite a la persona ir más lejos en aquella ruta de lo que ya es: “Lo que hace el dinero es magnificarte. En cualquier tipo de persona magnifica sus tendencias buenas y malas. El dinero te da la oportunidad, si eres una persona detestable, de ser muy detestable. Por otro lado, si estás inclinado a hacer cosas buenas, te da la oportunidad de hacer muchas cosas buenas y grandes”.[13]
En excelsa reflexión sobre la naturaleza del dinero como el virtuoso instrumento de las personas de buena voluntad que intercambian valor por valor, pero que no dota por arte de magia de contenido a las mentes que no están a su altura, Rand escribe: “Pero el dinero es sólo un instrumento. Te llevará donde desees, pero no te sustituirá como conductor. Te dará los medios para la satisfacción de tus deseos, pero no te proveerá con deseos. (…) Os daré una pista sobre el carácter de los hombres: el hombre que maldice el dinero lo ha obtenido de forma deshonrosa; el hombre que lo respeta se lo ha ganado honradamente. (…) A menos y hasta que descubráis que el dinero es el origen de todo lo bueno, estáis buscando vuestra propia destrucción”.[14]
Política y economía: Veneración por el capitalismo americano
Entre los factores que atribuyó a su inmensa fortuna, Buffet mencionó el hecho de “vivir en América”,[15] en alusión al sistema del país de oportunidades e incentivos para prosperar.
Rand nació en Rusia, pero espantada por el misticismo y los bolcheviques de su tierra natal se instaló en Estados Unidos de América, la tierra de sus sueños, y fue en sus palabras una “americana por elección y convicción”. Siempre ponderó a Estados Unidos –“El más grande, el más noble y, en sus principios fundacionales originales, el único país moral en la historia del mundo”-[16] y lo defendió por su sistema capitalista de libertad, reconocedor de los derechos a la vida y la propiedad.
Diferencias y moraleja
No hay absoluta coincidencia en todos los temas entre Buffett y Rand. El primero ha defendido ciertas regulaciones gubernamentales, llegó a utilizar el lenguaje de la lucha de clases para referirse a los ricos perjudicando al resto de la población, y alude a la suerte y a los genes afortunados como otros factores que explican su buen pasar. La segunda fue una autodenominada radical del capitalismo laissez-faire desregulado, no cayó en la dicotomía clasista de ricos vs pobres sino que habló de productores y parásitos, y rechazó la atribución de significado moral al linaje genético y la determinación del carácter de acuerdo a la química corporal de la persona como hacían los racistas.
Pero a pesar de las diferencias, son de apreciar los puntos de contacto entre dos vidas bien vividas cuyas virtudes han sido explotadas al máximo. Para el éxito de su negocio, Buffett considera la utilización de la razón como algo ineludible: “La racionalidad es esencial cuando los demás están tomando decisiones basadas en la codicia o el miedo a corto plazo. Allí es cuando el dinero se hace”.[17]
Para Rand la racionalidad no es menos importante; es directamente crucial para la supervivencia: “La virtud de la racionalidad significa el reconocimiento y la aceptación de que la razón es la única fuente de conocimiento”, lo que implica la aceptación de la responsabilidad “de formar los propios juicios”. Ambos, de acuerdo a su propio criterio, han vivido con independencia y libertad.
Lo que nos deja una moraleja: enfoquémonos en lo que queremos, practiquemos la virtud de la racionalidad para tomar los pasos necesarios en aras de alcanzarlo con nuestro máximo potencial, y así hagamos de nuestra existencia un santuario de gloria a la propia vida.
[1] 10 frases de Warren Buffett – Jason Fell
[2] Warren Buffett, el secreto del oráculo – Juan Gómez-Jurado
[3] Biography of Ayn Rand
[4] “ATLAS SHRUGGED” SETS A NEW RECORD!
[5] 10 frases…; op. cit.
[6] Ayn Rand Lexicon
[7] El secreto del inversor más exitoso de la historia – Carlos Martínez – Inversor Global
[8] Ayn Rand Lexicon
[9] 10 frases… op. cit.
[10] Ayn Rand Lexicon
[11] 10 frases…; op. cit.
[12] Ayn Rand Lexicon
[13] El secreto…; op. cit.
[14] La Naturaleza del Dinero – Ayn Rand – Extracto de “La Rebelión de Atlas”
[15] Robbins, Tony; Unshakeable: Your Financial Freedom Playbook, Simon & Schuster, 2017
[16] It’s Independence Day, Not Just the Fourth of July – Tom Bowden
[17] Descubriendo el secreto de Warren Buffett – Mark Morgan Ford – Inversor Global
(Visión Liberal)
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