EL PADRE DEL AULA

HISTORIAS /

Hoy recordamos a Domingo Faustino Sarmiento


Domingo Faustino Sarmiento fue una de las personalidades más trascendentes y prolíficas de la historia argentina. Es difícil encasillarlo en una profesión o cargo: fue presidente de la Nación, gobernador de San Juan, ministro del interior, escritor, periodista y militar, pero ningún legado fue tan grande como el que logró como educador, como "el padre del aula". Tan así fue que el día de su muerte, 11 de septiembre, se celebra el Día del Maestro en Argentina.

Estas son algunas de sus frases más recordadas sobre temas diversos: la educación, el poder, el nepotismo, la moral y la posición de la mujer, según el diario Infobae.

-"Si no existieran dificultades, no habría éxitos".

-"Hombre, pueblo, Nación, Estado, todo: todo está en los humildes bancos de la escuela".

-"Todos los problemas son problemas de educación".

-"Escribo como medio y arma de combate, que combatir es realizar el pensamiento".

-"Los discípulos son la mejor biografía del maestro".

-"Es la educación primaria la que civiliza y desenvuelve la moral de los pueblos. Son las escuelas la base de la civilización".

-"Fui nombrado presidente de la República y no de mis amigos".

-"No está prohibido que un hermano del presidente sea ministro, pero la decencia lo impide".

-"Es la práctica de todos los tiranos apoyarse en un sentimiento natural, pero irreflexivo de los pueblos para dominarlos".

-"Puede juzgarse el grado de civilización de un pueblo por la posición social de la mujer".

El diario LA NACIÓN señala que el 11 de septiembre de 1888 fallecía en Asunción, Paraguay, Domingo Faustino Sarmiento, para muchos el padre de la educación en la Argentina y, en su honor, se celebra el Día del Maestro. Político, escritor, docente, periodista, militar y estadista; Sarmiento siempre tuvo como prioridad lograr que la educación pública sea el camino hacia el progreso y el culto de la civilización.

Mientras ejerció el cargo de gobernador de la provincia de San Juan, decretó la Ley de enseñanza obligatoria primaria. Durante su presidencia entre 1868 y 1874, el impulso dado a la educación bajo el ministerio de Nicolás Avellaneda fue notable. Mediante la Ley de Subvenciones de 1871, garantizó los fondos para la creación de nuevas escuelas y la compra de materiales y libros. Durante su mandato, y con apoyo nacional, las provincias fundaron unas 800 escuelas de primeras letras, alcanzando a un total de 1816 escuelas, la población escolar se elevó de 30.000 a 110.000 alumnos.

Sarmiento creó una gran cantidad de establecimientos educativos y espacios como la Academia de Ciencias, la Biblioteca Nacional de Maestros, la Universidad Nacional de San Juan, la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, el Observatorio Astronómico de Córdoba, También se destacó por su contribución en el progreso científico y cultural del país.

A los 77 años, ya enfermo, viajó a Asunción con su hija Faustina y sus nietos en donde falleció por un infarto. 

El historiador Natalio Botana nos recuerda que también Sarmiento dijo:

«Sin fortuna que nunca codicié, porque era bagaje pesado para la incesante pugna, espero una buena muerte corporal, pues la que me vendrá en política es la que yo esperé… y no deseé mejor que dejar por herencia millones en mejores condiciones intelectuales, tranquilizado nuestro país, aseguradas las instituciones y surcado de vías férreas el territorio, como cubierto de vapores los ríos, para que todos participen del festín de la vida, del que yo gocé sólo a hurtadillas…«

Himno a Sarmiento

Fue la lucha, tu vida y tu elemento
la fatiga, tu descanso y calma
la niñez, tu ilusión y tu contento
la que al darle el saber le diste el alma.

Con la luz de tu ingenio iluminaste
la razón, en la noche de ignorancia.
Por ver grande a la Patria tu luchaste
con la espada, con la pluma y la palabra.

En su pecho, la niñez, de amor un templo
te ha levantado y en él sigues viviendo.
Y al latir, su corazón va repitiendo:
¡Honor y gratitud al gran Sarmiento!
¡Honor y gratitud, y gratitud!

¡Gloria y loor!
¡Honra sin par para el grande entre los grandes,
Padre del aula, Sarmiento inmortal!
¡Gloria y loor! ¡Honra sin par!

(LGL)

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