EL GOBIERNO QUE NOS SEPARA DEL MUNDO

 POLÍTICA / OPINIÓN

El gobierno rechazó ante la OEA el informe de la ONU que prueba la represión ilegal en Venezuela

Foto: EFE/Luis Eduardo Noriega/Archivo

Por Walter R. Quinteros

Martín Dinatale de Infobae nos dice que, el embajador argentino ante el organismo, Carlos Raimundi, aseguró que “hay una visión sesgada de la violación a los derechos humanos en muchos países” de la región y consideró que el régimen populista de Maduro está bajo una arbitraria presión internacional realizando así, ante la Organización de Estados Americanos (OEA), una fuerte defensa del régimen de Nicolás Maduro y destacó que “Venezuela ha sufrido un fuerte asedio de intervencionismo”.

A lo largo de su intervención en el Consejo Permanente de la OEA, que monitorea la situación política del régimen populista de Maduro, Raimundi destacó que la Argentina “no hace una lectura ideológica de los derechos humanos. Nos centramos en la persona que sufre. No son los derechos humanos para mi país, un instrumento para tomar una posición ideológica”.

Con este espanto, Raimundi adelantó una suerte de posición de este gobierno sobre los lineamientos del documento que denuncia graves violaciones a los derechos humanos por parte del régimen de Maduro entre los que se destacan torturas seguidas de muerte a perseguidos políticos.

El embajador argentino en la OEA destacó que “lamentablemente estamos en una región en la que somos varios los países que hemos sufrido represiones desproporcionadas a las movilizaciones populares, persecución judicial, sistemas de espionaje y una cantidad de problemas con los derechos humanos muy serios”.

Y encima alertó de que “cuando uno pone el foco en una mirada de un país y no de otros, es allí donde se pone en riesgo de hacer una apreciación sesgada desde el punto de vista político de lo que son las violaciones a los derechos humanos”.

Después admitió que en Venezuela existe “una situación crítica, con mucho apremio económico y que no se me escapa el alto número de personas que han abandonado el país”. Pero inmediatamente aclaró: “No compartimos cierta perspectiva de cuáles son las causas que han llevado a esa situación y cuáles son los caminos para resolverla”.

También cuestionó, aunque sin nombrar a Estados Unidos de manera directa, que hay ciertos países que ejecutan “una situación de bloqueo a la principal renta de recursos (de Venezuela) que es el petróleo y el bloqueo a sus reservas en Londres”.

En este sentido, el embajador argentino en la OEA destacó que al analizar los informes de la ONU y las denuncias sobre violaciones a los derechos humanos en Venezuela “deberíamos mirar las condiciones de este contexto: se crean condiciones para que exista una situación de emergencia y se acusa sólo al gobierno como si fuera el único responsable de esta situación de emergencia”, dijo el ahora devenido en defensor de Maduro.

Desde esta perspectiva, Raimundi llamó a los miembros de la OEA a “abandonar la lógica de estigmatización y lógica de escalada” hacia Venezuela y dejó planteada su postura: “Pensamos más en apoyarnos en cooperación entre estados que garanticen salidas pacíficas y negociadas”, dijo Raimundi, que puso en dudas la veracidad de las denuncias de violación a los derechos humanos por parte del régimen de Maduro al sostener que el informe del Ministerio Publico de Venezuela “no coincide en muchos de los relatos aquí escuchados”, por los testimonios que en conversatorio que hubo hoy en la OEA se escucharon a raíz del documento de la ONU.

Bueno, la cuestión es que, la semana que viene en la sede de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra se emitirá una opinión de cada uno de los países miembros sobre ese informe sobre Venezuela. 

Y la Argentina, a través de nuestro embajador Carlos Raimundi, ya adelantó que cuestiona parte de ese documento ya que, entienden en el Gobierno, los relatores que hicieron el informe no trabajaron in situ sino que toman testimonios de venezolanos en el exterior.

“Hay que ver ambas caras de la medalla (en Venezuela). Lo que se ha sufrido por el bloqueo y las sanciones y también las expresiones que han sufrido funcionarios por supuestas o comprobadas, depende el caso, violaciones a los derechos humanos”, dijo Raimundi. 

Es decir que: Las cifras dadas a conocer por la Universidad Católica Andrés Bello, en Caracas el año pasado. sobre violencia y crímenes sitúan a Venezuela como el país más inseguro y peligroso de América Latina y del mundo. Entre 1999, año en el que llegó Hugo Chávez al poder, hasta 2018, se han registrado 333.029 muertos por violencia. De media, perdieron la vida 40 personas por día, y en su mayoría jóvenes en condiciones de pobreza. Solo el año pasado, 14.336 personas perdieron la vida en el país suramericano, de las cuales se estima que 283 eran jóvenes menores de 30 años de edad murieron cada semana, es por el bloqueo. Y cuando dice "In situ", parece desconocer que la Universidad citada es de Caracas.

Y destacó la decisión de Maduro de iniciar un camino de libertad a 110 personas acusadas de delitos políticos. (Sin especificar cuáles son los delitos políticos en un país supuestamente democrático). 

También elogió el camino de negociación con una parte de la oposición que ha aceptado participar en las elecciones. “Es decir que hay un camino de negociación de la paz y de la no intervención como el camino adecuado y no la lógica de la estigmatización”, cerró Raimundi en su intervención en la OEA con sede en Washington.

Haciendo referencia a esto, Alejandro Corbacho que es director de la Carrera de Ciencias Políticas y del Observatorio de Seguridad y Defensa (OSYD) de la UCEMA dice que el respaldo a la dictadura de Maduro muestra la doble vara del Gobierno en materia de derechos humanos.

Y señala en el mismo sitio Infobae que el embajador (Carlos) Raimundi justificó la corrupción, la incapacidad, la irresponsabilidad y los actos repetidos contra los DDHH que han conducido a Venezuela a una crisis humanitaria descomunal.

Los argentinos leemos estupefactos que el embajador ante la OEA, Carlos Raimundi, expresó el rechazo del país al informe producido por el Alto Comisionado de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en el que se informan violaciones reiteradas a los derechos humanos por parte del régimen de Nicolás Maduro con el argumento de que “la Argentina no hace una lectura ideológica” de los mismos.

Sorprende también que lo haga invocando el conocimiento acabado de lo que es represión por la experiencia que tuvo la Argentina durante la última dictadura. Si retrocedamos a la segunda mitad de los años, 70 veremos que esos organismos (la ONU, la Comisión Interamericana de Derechos Humanas, una parte importante del gobierno de los Estados Unidos y de Europa Occidental) condenaban ese régimen y daban apoyo y asilo a quienes sufrían persecución política y que vidas estaban en riesgo. 

Utilizando las categorías del embajador, la Argentina también recibió sanciones e intervenciones en sus asuntos internos por parte de esos mismos organismos y de países amigos como consecuencia de las acciones llevadas a cabo por el Gobierno. Lo que significa que en aquellos años tuvieron la misma “posición ideológica” que el embajador hoy denuncia.

La reciente respuesta de Raimundi, “hay que ver ambas caras de la medalla (en Venezuela); lo que se ha sufrido por el bloqueo y las sanciones y también las expresiones que han sufrido funcionarios por supuestas o comprobadas, depende el caso, violaciones a los derechos humanos” hubiera servido perfectamente para quien fuera representante de la dictadura en su mismo lugar para soslayar el hecho. O imaginemos también que les hubiera ocurrido a muchos de los perseguidos si la respuesta internacional contra la dictadura hubiera sido otras palabras pronunciadas por Raimundi: “Hay un camino de negociación de la paz y de la no intervención como el camino adecuado y no la lógica de la estigmatización”.

Lo expresado ante la OEA deja en claro la visión del Gobierno argentino respecto de tres conceptos: la ideología, los derechos humanos y la intervención en los asuntos internos de los estados, señala Corbacho.

En cuanto a la ideología, la administración actual está dispuesta a defender a cualquier gobierno que sea populista o de izquierda y a condenar cualquier intervención contra estos aunque claramente violen masivamente derechos humanos.

Además, el Gobierno argentino se presenta como el poseedor de la única verdad sobre derechos humanos. Según esa perspectiva, los gobiernos populistas o de izquierda por definición no los violan y sólo lo hacen las dictaduras militares de derecha o los gobiernos apoyados por el Occidente descripto como decadente, neoliberal e imperialista.

Por último, las intervenciones sólo son ejercidas por los Estados Unidos y sus estados vasallos. Por eso no cuentan las denunciadas por el gobierno de Bolivia que se realizan desde la Argentina en apoyo de Evo Morales para las próximas elecciones, o las repetidas declaraciones y actividades desarrolladas por la máxima autoridad en contra de los gobiernos legítimos de países vecinos.

Al enfatizar que existe una persecución contra el régimen de Venezuela y culpar a actores externos por sus desaciertos, el Gobierno argentino guarda un silencio cómplice y justifica la corrupción, la incapacidad, la irresponsabilidad y los actos repetidos contra los derechos humanos que han conducido a ese país a una crisis humanitaria descomunal y al exilio forzoso de millones de sus ciudadanos que, en pos de horizontes mejores, padecen el desarraigo.

¿Quién es Carlos Raimundi?

El sitio Wikipedia nos dice que nació en La Plata, el 25 de junio de 1957. Que comenzó su militancia política, primero en el movimiento estudiantil y más tarde en el ámbito de la Federación Universitaria de La Plata (FULP). En 1981 se recibe de abogado y el 1985 es Secretario Académico de la UNLP.

Entre 1985 y 1987 preside el Comité Nacional de la Juventud Radical en uno de los periodos de mayor movilización política juvenil, oponiéndose a las leyes de Punto Final y Obediencia Debida impulsadas por el entonces presidente Raúl Alfonsín.

En 1988 por concurso público es Profesor Adjunto ordinario de “Derecho Político” de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la U.N.L.P (cargo que aún hoy ejerce).

A los 31 años es elegido diputado nacional (UCR) por la provincia de Buenos Aires para el periodo 1989-1993, donde integra las comisiones de Comunicaciones, Educación, Relaciones Exteriores, Trabajo y MERCOSUR.

En enero de 1994 es becado por el Consejo Británico para desarrollar una estancia de investigación en Gran Bretaña. En agosto de ese año y en respuesta al malestar que dentro de la UCR había generado el Pacto de Olivos co-organiza (siendo Secretario ejecutivo de la Fundación Sergio Karakachoff) la reunión en la Confitería del Molino que reúne a Chacho Álvarez, José Octavio Bordón (quien tenía su propio partido, “PAIS”, Política Abierta para la Integridad Social) y Federico Storani en busca de coincidencias programáticas. Esta reunión da origen unos meses después al FrePaSo (Frente País Solidario). El FrePaSo quedó constituido para esas elecciones con la participación de las siguientes partidarias: el Frente Grande, País, la Democracia Cristiana, el partido Intransigente, el partido Socialista Democrático y el partido Socialista Popular. En 1995 se incorporó al FrePaSo, la corriente denominada Nuevo Espacio, proveniente del radicalismo storanista, encabezada por Carlos Raimundi y Dante Caputo.

En 1995 es elegido diputado nacional (FREPASO) por la provincia de Buenos Aires para el periodo 1995-1999 donde se desempeña como Secretario de la bancada del FREPASO e integra las comisiones de Relaciones Exteriores, Trabajo y MERCOSUR. En 1997 integra como secretario adjunto la Comisión Parlamentaria Conjunta del MERCOSUR que luego daría origen al Parlamento del Mercosur.

En 1999 asiste como representante del FREPASO al Comité de Descolonización de la ONU en la ciudad de Nueva York.

La renuncia del vicepresidente Chacho Álvarez y la crisis del gobierno de de la Rua en 2001 derivó en la implosión del FREPASO y obligó a algunos de sus dirigentes a formar un interbloque con el ARI. En las elecciones de septiembre de 2003 fue candidato a gobernador de la Provincia de Buenos Aires por el ARI, obteniendo el 8,35% de los votos (493.752 votos).

En las elecciones de 2005 encabezó la lista de diputados por la provincia de Buenos Aires por el ARI obteniendo el 8,77% de los votos (577.130 votos), para el periodo 2005-2009, cuando integra las comisiones de Peticiones, Poderes y Reglamento, MERCOSUR, Relaciones Exteriores, Defensa, Finanzas e Industria.

Carlos Raimundi junto a otros siete compañeros del bloque conforman el partido Solidaridad más Igualdad (SI). Entre 2007 y 2009 es delegado y fundador del Parlamento del Mercosur y fundador de la bancada progresista de dicho Parlamento, junto a otras fuerzas afines de la región, como el Frente Amplio de Uruguay y el Partido de los Trabajadores de Brasil.

Entre 2008 y 2009 acompaña varias de las leyes enviadas por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner como la re estatización de Aerolíneas Argentinas, de las AFJP, la ley de servicios de Comunicación Audiovisual, y la movilidad jubilatoria.

En las elecciones presidenciales de 2011 fue elegido diputado nacional (Frente para la Victoria) por la provincia de Buenos Aires para el periodo 2011-2015. Integró las Comisiones de Relaciones Exteriores, Defensa, Industria, Vivienda, Libertad de Expresión, Educación y Legislación Penal.

Desde mayo de 2020 es Embajador de la República Argentina ante la OEA (Organización de Estados Americanos).

Ahí lo tienen.

La Gaceta Liberal /

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