CRUZ DEL EJE: ESPEJITOS PARA LOS INDIOS

OPINIÓN /

"Los inmorales nos han igualao"


Por Walter R. Quinteros

El viernes pasado, la municipalidad de Cruz del Eje, emitió un comunicado que nos decía que a partir del día de la fecha se llevarían a cabo estrictos controles de cumplimiento de las normas de bioseguridad vigentes en la ciudad y que se aplicarían a los infractores las sanciones que constan en la Ley Provincial 10.702 

Cumplida la amenaza, se dan el atrevimiento de recordarnos que están prohibidas las reuniones sociales y cualquier tipo de aglomeraciones de personas en espacios públicos. 

Pero para sus amigos, la misma municipalidad haciendo uso de sus irresponsables decisiones a lo largo del mandato de este intendente, habilitó en un salón de fiestas, un patio cervecero. 

Los inmorales nos han igualao, dice la letra del tango Cambalache.

Ah, y desde la Departamental de la Policía nos hicieron saber lo mismo, prohibiendo aglomeraciones y reuniones en lugares públicos y domicilios particulares, advirtiendo que se aplicaría la ya famosa ley 10.702 que impone multas ante el incumplimiento. 

El sitio InfoGlobal captó con sus cámaras "cómo la gente salía del lugar, muchos sin barbijo, amontonados sin distanciamiento y que se retiraban amontonados en vehículos ante la presencia de la misma policía que se encontraba apostada en un móvil en frente del salón", cronican. 

"A la vez que se pudieron observar que personas que trabajan en el mismo municipio salían abrazados, sin barbijos y en aparente estado de ebriedad, quedó así evidenciado el discurso hipócrita de las autoridades ya que no tienen lógica las medidas que implementan con lo que llevan a la práctica. De esta manera se suma un capítulo más a la insensatez y la falta de responsabilidad y conducción seria de nuestro intendente en conjunto con los demás integrantes del COE de Cruz del Eje que dirigen gente de salud , de la policía y del Ejército argentino, todo bajo la mirada esquiva de la justicia", agrega el informe del sitio local.

Quien esto escribe, lleva más de 6 meses sin poder viajar a visitar familiares a Córdoba y Buenos Aires, por cumplir con la Ley. De hecho, no estoy imputado por nada. Ni por Karaoke.

Pero anuncia ahora el municipio, con bombos y platillos, y de los creadores de "encendimos el arbolito de Navidad" el "Encenderemos el puentecito". Es como que usted, señora, se pone un vestido nuevo, sin bañarse ni cambiarse la ropa interior. O usted amigo lector. 

Y le escribo esto porque las calles siguen siendo una mugre y están llenas de baches, y hay calles sin señalización, y hay agua servida en las esquinas, y la misma bruta municipalidad cometió el asesinato de un árbol histórico, que fue testigo de "puebladas", cortes de ruta, amores y desamores, protestas de trabajadores y estudiantes, sueños y desiluciones. Lo hicieron con la incapacidad moral que tienen aquellos que no presentan un estado financiero, ni parece que caminaran por las veredas de la calle Rivadavia, son los que no presentan ningún balance económico de esta horrible "gestión". Mucho menos de boletines oficiales que indiquen sus actos. Tienen menos luces que un aljibe.

Puede que a mucha gente le guste ver ese puente iluminado, pero no vimos al intendente en las protestas contra las absurdas boletas de EPEC. Puede que sirva para el turismo, pero recordemos que la fuente de agua de la Terminal de ómnibus permaneció fuera de servicio toda la temporada "turística" pasada. No quiero ser pájaro de mal agüero, pero quiero ver el informe financiero de cuál es el costo de "Iluminaremos el puentecito". No vaya a ser cosa que se les escape un cero atrás u otro número delante de la cifra original. 

El que calla otorga, dudas. Y eso no es algo pragmático ni útil para la ciudad en época de pandemia y de "emergencia alimentaria".

No nos tomen por indios, no queremos espejitos. 

Esto me recuerda a un informe del historiador mexicano Daniel Díaz, del cual voy a extraer algunos párrafos. "La idea del intercambio de objetos entre españoles y americanos que quedó arraigada en el imaginario occidental suele dar la idea de que los españoles sacaron ventaja de la “ingenuidad” de los americanos nativos al recibir oro, joyas y bienes preciados a cambio de sus baratijas.

Si lo traemos a estos tiempos, estos absurdos políticos nos ponen una lucecita en un puente, a cambio de un aplauso. Y lo que es peor, a cambio del silencio de las críticas. Algo es algo.

Sigo leyendo a Díaz que dice: "Con frecuencia se escucha decir que los españoles engañaron a los mesoamericanos y les cambiaron “espejitos por oro”; sin embargo, las fuentes históricas son parcas cuando hablan de espejos, aunque si mencionan “espejuelos”, que es peor, porque la palabra tiene connotaciones despectivas.

Preferiría que nos digan quienes son los proveedores del Paicor y de cualquier otro programa alimentario, así les contamos las costillas, por la dignidad de nuestro piberío. 

Preferiría que hagan lo que escriben, no lo que muestran.

Y preferiría que la Justicia participe, no solamente algunos pocos medios que tenemos la capacidad moral para informar, opinar y firmar con nombre y apellido.

Preferiría que los "funcionarios" trabajen dignificando el cargo que tienen, sea con la Ley Provincial 8102 o, con la "guardada" Carta Orgánica que alguna vez juraron cumplir y al otro día negaron. Repito, prefiero eso a la "acción nada gratis" de "iluminaremos el puentecito". Se trata de la administración de nuestros aportes tributarios. 

No queremos espejuelos, no somos indios.

Es como que quieren tapar el olor nauseabundo de la mugre que generan tirándonos perfume, y nosotros estamos todos sudados, sin habernos bañado. Soportando esta tragedia moral.

Y ya que estamos, voy a mencionar un artículo subido en el día de ayer y cuyo autor es el Doctor Arturo Rodríguez Morató, Catedrático de Sociologia y director del CECUPS en la Universidad de Barcelona. Lo titula: Stalin y la anécdota de la gallina. Dice lo siguiente:

Estando en una sala, en una reunión con funcionarios de su gobierno, Stalin pidió que le trajeran una gallina. Una vez complacido, la agarró por la cabeza con una mano y con la otra comenzó a desplumar el ave. La gallina atormentada por el dolor, intentó escaparse, pero no pudo. Así de esta manera, Stalin logró quitarle todas las plumas y les dijo a sus ayudantes: “Ahora observen lo que va a suceder”. Puso a la gallina en el suelo y se alejó un poco de ella y agarró en su mano un puño de trigo. 

Mientras sus colaboradores observaban atónitos como la gallina, asustada, adolorida y sangrando aún, corría detrás de Stalin mientras este le tiraba puños de trigo y daba vueltas en la sala.

La gallina lo perseguía por todos lados. Entonces, Stalin mira a sus ayudantes, quienes están sumamente sorprendidos y les dice: “Así de fácil se gobierna a los estúpidos”. 

¿Vieron como me persiguió la gallina a pesar del dolor que le causé? Así son la mayoría de los pueblos, siguen a sus gobernantes y políticos a pesar del dolor que les causan por el simple hecho de recibir un regalo barato o algo de comida para uno o dos días”.

(En este caso, lucecitas inservibles mientras la ciudad se cae a pedazos)

Sepan, que ustedes son un fracaso. El tango Cambalache, les queda a la perfección.


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