ASESINADA. LUDMILA APENAS TENÍA 14 AÑOS

POLICIALES /

¡Basta ya!


Por Fernando Vázquez

El cadáver semidesnudo y con signos de estrangulamiento de Ludmila Pretti, de 14 años, fue encontrado en la localidad bonaerense de Francisco Alvarez, en el partido de Moreno, gracias a que uno de sus tíos, quien se desempeña como suboficial de la Policía Federal Argentina (PFA), rastreó, con una aplicación GPS, el celular de la adolescente.

Los voceros del departamento judicial de Moreno - General Rodríguez dijeron a cronica.com.ar que Orlando Romero, quien es efectivo de esa fuerza de seguridad y que está destinado en la Delegación Morón de dicha institución, empezó a rastrear el teléfono celular de la menor y, de esta manera, logró establecer que la señal del aparato procedía de un terreno en Diario La Nación al 4000.

Por este motivo, los efectivos policiales de la comisaría de Francisco Alvarez y de la Dirección Departamental de Investigaciones (D.D.I.) de Moreno - General Rodríguez concurrieron a esa vivienda, en la que hay dos casas alquiladas.

En el lugar, los servidores públicos dialogaron con el dueño del predio, identificado como Rubén Romero, de 47 años, y con uno de los inquilinos, llamado Nicolás Montaño, de 23, quienes en todo momento colaboraron con el accionar de las autoridades, conducidas por el doctor Federico Martín Soñora, fiscal en turno de la Unidad Funcional N° 4 de los tribunales de Moreno - General Rodríguez.

Trascendió que el cuerpo sin vida de la jovencita fue encontrado semidesnudo, debajo de una cama y entre dos colchones, en el otro inmueble, que era alquilado por el principal sospechoso del femicidio, identificado como Cristian Adrián Gerez, de 19 años.

Daiana Cecilia Acosta, de 36 años y madre de la víctima, denunció en la mañana del domingo que su hija -nacida el 14 de enero de 2006- había salido de su domicilio, en Tulissi e Iguazú, para aparentemente concurrir a la casa de uno de sus amigos, de nombre Joel, donde en teoría se habría reunido con un primo de este menor, llamado Adrián, y con otra chica, de nombre Mayra.

En su denuncia, la mujer agregó que estaba muy preocupada porque su hija nunca se había ausentado de su vivienda.

Al salir de su casa, Ludmila, de cabellos lacios rubios, ojos marrones, contextura delgada y 1,55 metro de altura, vestía una campera de jean azul, un pantalón de jean negro y zapatillas deportivas blancas.

Ludmila, que tenía un pequeño corazón tatuado en el hombro derecho, llevaba otra campera negra modal y, además, tenía colocado en el cuello un pañuelo tipo ruana, de rosa pálido, que se cree habría sido utilizado para estrangularla.

(Crónica)


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