SI ES BAYERN, ES BUENO

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El Bayern, campeón de la Liga de Campeones

Kingsley Coman

Por: José Orlando Ascencio

Nunca antes un equipo había ganado la Liga de Campeones ganando todos los partidos, mostrando una superioridad enorme sobre sus rivales, incluso con hitos históricos, como el 8-2 frente al Barcelona. No fue tan contundente en la final contra el PSG, pero 1-0 fue suficiente: por sexta vez, Bayern Múnich es el campeón de Europa. 

Con dos equipos que piensan en el arco de enfrente más que en el propio, pero con precauciones para que nos los sorprendan, el juego salió lindo para todos los que lo observamos por televisión, porque cabe recordar que por la pandemia el estadio de Lisboa estaba con sus puertas cerradas.

Presión alta de lado y lado, con la intención de aislar a las figuras. Pero en algún momento se iban a liberar. Y entonces salió un partidazo.

El primero en hacerlo fue Neymar, que se abrió un espacio y exigió a Neuer, que atajó abajo con su pie derecho y lo volvió a hacer en un rebote que buscaba destino en el centro del área.

Luego lo hizo Robert Lewandowski, que igualó la cuenta de opciones girando en el área y sacando un remate que se estrelló en el poste.

Después, Di María quedó de frente al arco y la tiró por encima. El polaco la volvió a tener de cabeza, pero Keylor Navas evitó el gol del Bayern. Y al final del primer tiempo, Mbappé quedó de frente a la portería, con la posibilidad de escoger lo mejor de su artillería. Remató con un tiro de cauchera.

Había comenzado mejor el PSG. Bayern lo equilibró y pudo resolver. La gente se quedó en el descanso con lo que había perdido Mbappé. Pero el juego era parejo.

Pero Bayern golpeó de entrada en la segunda mitad, a los 14 minutos, en un centro de Joshua Kimmich que encontró libre a Kingsley Coman para rematar de cabeza. 1-0 y a barajar de nuevo. Paradoja: el gol de la ventaja del Bayern lo anotaba un canterano del PSG.

Si los alemanes iban ganando gracias a un francés, el DT del París Saint-Germain, Thomas Tuchel, alemán, le apostó a un compatriota suyo, Julian Draxler, para tratar de cambiar la historia, en lugar de Ander Herrera. Antes se había ido Leandro Paredes para que entrara Marco Verratti.

Entendía Tuchel que el problema no era su ataque, sino la generación. Y las modificaciones le sirvieron al PSG para por lo menos mostrar la intención de sacudirse. 

Hansi Flick cambió a sus dos extremos para refrescar tanto el ataque como el esquema para defenderse cuando tenía que retroceder. Afuera Coman y Gnabry, adentro Philippe Coutinho e Ivan Perisic. 

Pero finalmente, el PSG sucumbió a la intensidad del Bayern, que lo ahogó, que no le hizo fácil llegar al arco contrario, que prácticamente no lo dejó patear al arco en el remate del juego. Aunque en el minuto 90 casi se reviven los fantasmas de aquellas final de 2012 que perdió con el Chelsea por penaltis: Neymar tiró sin distancia y Choupo-Moting, que había entrado a apoyar la ofensiva, no alcanzó a meter el pie con decisión. 
Ya no había tiempo para más. El Bayern ganó la Champions con justicia, a lo grande, y rompió una sequía de siete años. ¡Salud, campeón!

(EL TIEMPO)

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