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El hallazgo de un cuerpo que podría ser el de Facundo Astudillo Castro


Por Walter R. Quinteros

El Servicio Meteorológico Nacional, anunciaba para aquel jueves 30 de abril, que la jornada se presentaría con una temperatura mínima de 10°C y una máxima de 22°C. en la provincia de Buenos Aires.

No se exactamente que desayunó Facundo Astudillo Castro, antes de salir de su casa. Lo que si nos contaron, que un día antes, estuvo con un amigo de la ciudad, al que le contó que quería regresar a Bahía Blanca donde había vivido con su ex novia, Daiana González, desde el 2017 hasta febrero del 2020. Se pelearon, se separaron. Él volvió a su casa, en Pedro Luro.

En plena cuarentena, Facundo, de 23 años de edad, quería recomponer esa relación lo antes posible. Quería estar con ella, le había dicho a su amigo.

La madre de Facundo, se llama Cristina Castro, y ése 30 de abril se levantó temprano como todas las mañanas, para ir a trabajar en una estación de servicio sobre la Ruta Nacional Nº 3. 

Facundo aún dormía cuando ella salió, se anticipaba que a la mañana y por la tarde, el cielo estaría parcialmente nublado y, a la noche estaría mayormente nublado. Con vientos del sur rotando al este y luego al sudoeste.

Cerca de las 10.30 de la mañana, Cristina recibió un llamado a su teléfono celular. Era un Policía de la localidad de Mayor Buratovich, que le comunicó que a Facundo se le había labrado un acta por haber transgredido la cuarentena por la pandemia de coronavirus. 

Cristina recuerda que le dijo al oficial que podrían ir a su casa para verificar su domicilio cuando ella regresara de su trabajo y, a partir de ese momento, Cristina llamó varias veces a su hijo, pero que éste no le respondía.

Después de las 13.30hs ella asegura haber recibido un llamado de su hijo Facundo: “Facundo me llamó y sin que yo pueda decir mucho, me dijo ‘Mamá, no te das una idea de dónde estoy. No creo que me vuelvas a ver más’”.

Así afirmaba Cristina en una entrevista con los medios.

Dijo que ella primero pensó que su hijo había regresado con su novia, con quien ella no tenía una buena relación, y le estaba comunicando que había decidido permanecer con la chica nuevamente en Bahía Blanca. Pensar eso, hizo que no se preocupara demasiado.

El viernes volvió a levantarse temprano para ir a trabajar. El pronóstico del tiempo anunciaba un viernes con cielo parcial a mayormente nublado, vientos del oeste cambiando al sur y marcas térmicas que oscilarían entre los 16 y los 22 grados.

Cristina siguió con su vida normal. Dijo que durante los dos años de Facundo viviendo en Bahía Blanca, era habitual que pasaran semanas sin comunicación entre ambos.

Sin embargo, la primera señal de alarma se encendió unos días después, cuando los amigos de Facundo le comunicaron a Cristina su preocupación, ya que el joven había interrumpido por completo su actividad en las redes sociales. Cosa que nunca había ocurrido. Además, Cristina aseguró que la ex novia, Daiana, se había contactado con uno de los amigos de Facundo para preguntarle dónde y cómo estaba su ex novio, pues tampoco sabía nada de él. 

El 5 de junio, junto a los abogados Luciano Peretto y Leandro Aparicio, Cristina Castro hizo la denuncia por la desaparición de su hijo Facundo en la Ayudantía Fiscal del partido de Villarino.

La cosa empezó a moverse el lunes 15 de junio, ese era el día destinado por la Policía Bonaerense para realizar el primer rastrillaje en la comisaría de Mayor Buratovich, donde se encontraban los policías que le habían labrado el acta contravencional a Facundo en la ruta. Pero el procedimiento se suspendió, y ese mismo día, la oficial Siomara Flores declaró ante la comisaría de Pedro Luro que, después de labrársele el acta, ella misma llevó en su auto particular a Facundo hasta la localidad de Teniente Origone.

El primer rastrillaje de la causa se realizaría recién el 19 de junio. Ese viernes, cuatro días después del testimonio de la oficial Flores, los abogados y la madre de Facundo fueron notificados de su declaración.

Las crónicas dicen que por orden del fiscal provincial Rodolfo De Lucía, se realizó un primer rastrillaje a lo largo de la Ruta Nº 3 que comprendió el trayecto desde Pedro Luro, ciudad de origen de Facundo hasta Teniente Origone y con un análisis más fuerte en Mayor Buratovich, la ciudad cuyos policías habían interactuado con el joven.

Recuerda Cristina que: “Ese día, otro oficial de Origone, de apellido González, me dijo que le había hecho una nueva multa en esa ciudad a Facundo. Que mi hijo no llevaba el DNI y hasta me mostró con su celular una foto de la licencia de conducir de Facundo. Después dijo que vio a Facundo subiéndose a una camioneta Renault Oroch gris y que el vehículo se esfumó en dirección a Bahía Blanca”.

Pero según Cristina, el 23 de junio, el mismo oficial González de Tte. Origone cambió su testimonio. “Ese mismo policía cambió su discurso, y ahora dijo que, después de haber interactuado con mi hijo, Facundo se retiró de ese lugar a pie, en dirección a Bahía Blanca”.

Durante ese tiempo, el presidente había hablado el 9 de mayo, anunciando la extensión de la cuarentena y la Argentina reportaba 240 nuevos casos y un total de 5.611 contagios y 293 muertes. Y nuevamente lo hizo el 23 de mayo, hasta el 7 de junio.

La Argentina parecía estar desconectada del sufrimiento de Cristina Castro. Pero algo ocurrió para que la historia cambiara de rumbo. 

Los abogados Peretto y Aparicio fueron contactados por tres personas, que no se conocían entre sí, y que aseguraron haber visto cómo, entre las 15.30 y las 16 del 30 de abril, Facundo era detenido por la Policía Bonaerense en un punto de control de Mayor Buratovich y subido a una de las camionetas policiales apostadas en el lugar. 

Desde entonces, la familia de Astudillo Castro empezaría a denunciar un sinfín de irregularidades en el accionar policial. Incluso, advirtieron que la misma policía de Buratovich les negaba información clave, como la nómina de los policías que se encontraban en ese control de la Ruta 3, a pocos kilómetros de la entrada al pueblo.

Señalaron los abogados que durante unos diez días, la Policía Bonaerense mantuvo un profundo hermetismo en el caso y especialmente en la comunicación con la madre de Facundo y con ellos, sus abogados. Fue así que, en cuestión de horas, el fiscal provincial De Lucía, decidió apartar de la investigación a la fuerza de seguridad bonaerense y determinó que la búsqueda debía continuar con un equipo conjunto de las fuerzas federales: Gendarmería y Policía Federal a la cabeza. Eso fue el 8 de julio.

Luego, el fiscal De Lucía se declaró incompetente en el caso, por lo que la investigación pasó a manos del titular de la Fiscalía Federal Nº 1 de Bahía Blanca, Santiago Ulpiano Martínez, bajo la tutela general de la jueza federal María Gabriela Marrón, y se dispuso que para los primeros rastrillajes de las fuerzas federales al operativo lo integren al menos 200 personas

Llegamos así al 12 de julio, donde el ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, hace sus primeras declaraciones sobre el tema: “Necesitamos saber qué fue lo que pasó, por sobre todas las cosas si está involucrado uno o varios policías de la provincia de Buenos Aires”.

Mientras tanto, el abogado Luciano Peretto, denunciaba que durante un procedimiento por el hallazgo de restos óseos en un basural, se encontró con el subcomisario de Villarino, Pablo Reguillón, quien presuntamente le dijo: “Vos quedate tranquilo, que yo me estoy guardando todos los link de los medios en los que estás hablando y cuando todo pase yo sé bien lo que tengo que hacer…”.

Finalmente el 14 de julio, con la orden de la jueza Marrón, al menos 200 efectivos de las fuerzas de seguridad federales iniciaron un exhaustivo rastrillaje a lo largo de la Ruta 3 y en las localidades de Buratovich y Tte. Origone, procedimiento que duraría varias jornadas. 

Pero ese mismo día, un medio de Bahía Blanca publicaba una fotografía en la que se ve a Facundo Astudillo Castro detenido, de espaldas a la cámara, delante de una camioneta policial y acompañado por un efectivo con barbijo.

Y el subcomisario Reguillón fue relevado de su cargo después de la denuncia del abogado Luciano Peretto.

Después de tres días sin novedades importantes en los rastrillajes, el 17 de julio, la policía científica recibió los resultados de informes de las compañías telefónicas y de redes sociales y advirtió que la última actualización en Facebook del joven tuvo lugar el mismo 30 de abril hacia las 19 horas, aunque no se pudo detectar desde qué punto exacto. El último mensaje enviado desde el teléfono de Facundo fue ese mismo día a las 20 a su amigo Juan Cardona, cuando le advirtió por whatsapp que estaba con poca batería.

Cristina, la madre de Facundo, terminaba recusando al fiscal Ulpiano Martínez, a quien acusó de no haberse mantenido en contacto con ella ni con sus abogados y de haberles escondido información clave. Esto venía por que se había detectados manchas hemáticas en el patrullero 22.788 de Mayor Buratovich, en el que posiblemente trasladaron al joven. Esas manchas serían sometidas luego a un nuevo análisis.

El 20 de julio, la Fiscalía Nº 1 de Bahía Blanca informaba que el 14 de julio una mujer se presentó a declarar en la sede de la fiscalía, esa persona, cuya identidad quedó en reserva, fue denominada como la “Testigo H”, y en su declaración, ella afirmaba que el 30 de abril vio a un joven haciendo dedo en la ruta y que lo llevó hasta una rotonda muy cercana a la entrada de la ciudad de Bahía Blanca, y que allí lo perdió de vista. Aseguró que no quiso dejarlo en la entrada, para evitar que la policía le labrase un acta a ella por haber transgredido la cuarentena.

Había mano dura para el que no respetase la cuarentena.

A su vez, la fiscalía anunció la aceptación para la participación en los rastrillajes de un experto en perros M. D. H. y de sus canes entrenados, que ya habían intervenido en otros casos, como el de Santiago Maldonado.

Es así que el 24 de julio, el perro Yatel detectó que Facundo estuvo a bordo del patrullero Nº 22.788, de la localidad de Tte. Origone. El perro señaló con énfasis la parte izquierda de la caja central, sobre la rueda de auxilio, donde empezó a ladrar y a rascar. El animal también “enloqueció” en uno de los asientos traseros.

Cuando comienza a caer su imagen positiva, el 27 de julio, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, se puso en contacto con la madre de Facundo para expresarle su compromiso de llegar a la verdad sobre el paradero de su hijo.

“Habló personalmente con ella y le dijo que lo llame con lo que le quiera pedir”, afirmó el abogado Leandro Aparicio.

Una semana después, Yatel hizo un nuevo hallazgo clave. El perro encontró, dentro del destacamento policial de Teniente Origone, una pieza de artesanía que la abuela le había regalado a Facundo hace años: una cajita de madera con forma de sandía y una vaquita de San Antonio en su interior.

Los efectivos de la Policía Federal de la División Canes, del Gabinete Científico Pericial y de la Prefectura Naval realizaron un nuevo rastrillaje en una zona cercana a Mayor Buratovich, a la altura del km. 780 de la Ruta Nacional Nº 3, También participó M. H. y sus perros Duke y Yatel. Durante estos peritajes del 7 de agosto, se encontraron restos óseos y prendas de ropa que podrían haber pertenecido al joven. La familia pidió que se prestara especial interés a un buzo que fue hallado en la zona.

El 14 de agosto, Cristina Castro publicaba en las redes sociales una captura de una pantalla de celular con el DNI de su hijo, que fue hallada presuntamente en uno de los teléfonos celulares periciados pertenecientes a los miembros de la Policía Bonaerense.

El abogado Leandro Aparicio denunciaba que uno de los policías cuestionados de Teniente Origone había asegurado al momento de ser entrevistado que Facundo contaba con la licencia de conducir como única identificación personal.

Sin embargo, la propia ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic, informó que la imagen del documento ya estaba incorporada a la causa desde hacía semanas y que "la violencia institucional es un tema que nos preocupa de una manera muy profunda (...) Hoy hubo nuevos rastrillajes en zona donde ya lo hubo anteriormente, es una zona de bañados, zona que requiere una mirada más amplia. Se sumó la Prefectura Naval”.

A últimas horas de la tarde del sábado 15 de agosto, un pescador notificó a efectivos policiales del hallazgo de lo que parecía un esqueleto humano completo y disecado. Fue encontrado en una zona pantanosa y de muy difícil acceso, sobre la costa de uno de los canales en los que desemboca al mar. 

El fiscal Ulpiano Martínez se hizo presente de inmediato, al igual que Cristina Castro y el abogado Luciano Peretto.

Por orden del fiscal se solicitó la presencia inmediata de personal del Equipo Argentino de Antropología Forense, para intentar ayudar en la identificación de los restos óseos hallados en un pantanal, a la altura del km 714 de la Ruta Nacional Nº 3, entre Cabeza de Buey y General Daniel Cerri, justo en el límite entre los partidos de Villarino y Bahía Blanca.

Ahora es de noche, es la noche del 16 de agosto, el día que Cristina Castro afirmaba, totalmente resignada, que “hay muchas chances” de que el cadáver hallado sea el de su hijo. Lo dijo por que reconoció una zapatilla y por que su "instinto de madre" se lo decía.

Los restos óseos del cuerpo encontrado en Villarino, llegaron a Buenos Aires en un avión de la Policía Federal Argentina junto con miembros del Equipo Argentino de Antropología Forense para comenzar a ser analizados y determinar si corresponden a Facundo Astudillo Castro, el joven que desapareció hace más de 100 días.

El 30 de abril, había dejado su casa en busca de una especie de reconciliación amorosa que lo esperaba en Bahía Blanca, otra oportunidad que el amor le brindaba y, el amor no sabe de cuarentenas, ni de decretos ni de policías. Ni de políticas erróneas.

Ya nadie recuerda que soplaba un leve viento del sudeste, que el día estuvo nublado, y que la temperatura máxima de aquel 30 de abril, llegaba a los 22°, sobre la ruta 3.

La Gaceta Liberal / Foto: Bahíamiciudad /

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