LO QUE QUEDA EN CLARO ES QUE:

OPINIÓN / 

Nosotros no somos los confundidos

Dar marcha atrás con la expropiación, aunque presionando a la justicia

Por Walter R. Quinteros

El sábado por la tarde fue el banderazo a nivel nacional contra “la intervención de Vicentin y el avance del Estado sobre la propiedad privada”.

El sábado por la mañana, en una entrevista con Radio El Destape, el presidente se refirió a la protesta: "No me preocupa el banderazo; es gente que está confundida", afirmó.

Vamos a empezar con un poco de humor:

El 4 de diciembre del 2019, el presidente electo de los argentinos, Alberto Fernández, afirmaba que el gabinete que lo acompañará a partir del 10 de diciembre "ya está definido de punta a punta", pero se excusó de anunciarlo "porque Cristina todavía no me pasó ninguno de los nombres" de los futuros funcionarios.

Juá ¡Qué risa!

En diálogo con Angaú Noticias, el semijefe de Estado intentó disimular la contrariedad que le genera la situación, si bien se mostró confortado por el hecho de que CFK "me adelantó que yo sigo estando" en el nuevo elenco gubernamental.

"Para mí que voy a gobernar yo"

-Ya estamos en plena cuenta regresiva para su asunción como presidente y circulan frenéticamente nombres de supuestos integrantes de su gabinete. ¿Cuándo piensa anunciarlo?

-Yo entiendo que usted trabaja para un medio y sé que le ordenaron entrevistarme, pero supongo que usted es capaz de reconocer que es muy estúpida la pregunta y que es muy estúpido el hecho mismo de que esté aquí, en mi departamento, preguntándome cosas como si yo lo conociera desde la infancia y usted fuese una especie de confidente mío.

-Perdón, pero en realidad todo tiene que ver simplemente con la función periodística. Le pedimos una entrevista, usted nos dijo que podíamos venir a esta hora, mi misión es pregunt...

-No, no, si toda esa parte dogmática y ritualística, penosamente ritualística, de su trabajo (hace gesto de comillas) yo la entiendo perfectamente. Pero yo no le pedí que venga, ni se lo pido a los que van a esperarme a que salga de cualquier parte, a que entre a cualquier reunión.

-Francamente, no entiendo el reproche. Usted es el presidente y...

-Ponele...

-Es... ¿Qué quiere decir con "ponele"?

-No, mire, yo no voy a entrar en sus juegos de palabras, son muy tontos y me aburren. Sólo le digo que está todo bien con la prensa y la supuesta democracia, pero que un periodista (nuevo gesto de comillas) no puede, por el solo hecho de serlo, pretender invadir permanentemente la vida privada de una persona y que eso no tenga reacciones, consecuencias, derivaciones.

-Fernández, de verdad que no entiendo su planteo. Yo llamé...

-Ya, ya, ya, no hace falta mariconear, lo único que yo quería era dejar en claro algunas cosas, como para no legitimar situaciones que son antinaturales y no tienen ningún derecho detrás. Son simples atropellos. Y ahora, por favor, siga con sus preguntas de mierda.

-Alberto, me da la impresión...

-Fernández... Alberto... Decidite cómo me vas a llamar, nene. Pero andá con cuidado, porque yo los defendí a ustedes cuando algunos compañeros decían que lo mejor era incendiar los diarios, los canales, y empezar de cero. Son visiones. Yo, quizás equivocadamente, decía que había que darles una oportunidad. Y la desaprovecharon, por supuesto. Pero preguntá, dale, si para eso viniste a arruinarme la tarde. Eso sí, que quede claro: yo no te llamé.

El cronista duda entre quedarse o irse. Fernández lo mira fijamente, un brazo extendido sobre el respaldo del sillón de tres cuerpos en el que está sentado, el otro con los dedos tamborileando sobre el posabrazos. Los párpados a media asta, como renunciando a cualquier interés por el diálogo periodístico.

-Le pregunté por el gabinete.

-Oh, sí, la gran pregunta (sobreactúa, burlón). Qué difícil debe ser la carrera del periodista (suspira y mira hacia el techo). A ver (se recompone), el gabinete ya está definido de punta a punta, pero no lo puedo anunciar todavía porque Cristina no me pasó ninguno de los nombres. Salvo el mío, porque eso sí me dijo: que yo sigo. "Vos vas a estar", me dijo. Y yo confío en ella.

-¿No significa esto que finalmente sucedió lo que muchos analistas sostenían, en cuanto a que usted tendrá un rol casi meramente formal en el gobierno y que quien va a tomar verdaderamente las decisiones será ella?

-Con una mano en el corazón, para mí que voy a gobernar yo. No sé, es como una intuición, un presentimiento muy fuerte que tengo. Además ella ya manejó el país dos veces, no creo que tenga ganas de seguir con eso. Tiene dos nenes además, es viuda, los tiene que criar sola... Son varias cosas.

-¿De verdad cree que Cristina es una perseguida política?¿Le parece que no hay sustento en el cúmulo de causas en su contra?

-No tengo ninguna duda, aunque sé que usted va a distorsionar mi respuesta o directamente no la va a publicar. Pero igual se la digo y se la repito: no tengo ninguna duda.

-¿Por qué?

-Todos los grandes líderes populares han tenido que soportar procesos judiciales fraudulentos dirigidos a destruirlos. Ghandi, Perón, Roosevelt, Churchill, Monzón... y la lista sigue. Dicen que Cristina es la jefa de una banda y jamás pudieron demostrar que sepa tocar un solo instrumento musical.

-¿Pone las manos en el fuego por ella?

-¿Qué sentido tendría hacer algo así?¿Qué clase de locura es esa pregunta?

-Es una metáfora, no me diga que nunc...

-No me sorprende que me la dijera, entonces. Las metáforas siempre fueron antiperonistas. Están llenas de odio. Como algunos. Pero ¿sabe qué? Al odio no le vamos a permitir que gane la batalla. Acá va a triunfar el amor, aunque para ello haya que fusilar a los que odian.

Genial el Chuñi Benite (Sergio Schneider) en esta supuesta nota con un fino toque de humor.
Lo que queda claro es QUE NOSOTROS NO SOMOS LOS CONFUNDIDOS.

Sigamos:

Mientras aquella novela de ministeriables nos entretenía, nos faltaba conocer de sus palabras, lo más importante: el camino, el rumbo, la decisión encriptada, metodología a la que era tan afecta de elegir el matrimonio Kirchner para mantener las riendas cortas del poder. 

Y la gran pregunta ¿Cuáles eran las armas con las que iba a gobernar el Frente de Todos? ¿Respondería a una corriente de centro izquierda como el propio Alberto lo dijo en Twitter? 
¿Era verdad eso de la suba de salarios y el control de precios?
¿Eso de que vamos a fortalecer el Estado?
¿Que vamos a financiarlo con el cobro de retenciones y estimulando la demanda con inversión pública? 
¿Valió la pena intentar darle espacio, al grupo de Puebla? 
Lo que queda en claro es QUE NOSOTROS NO SOMOS LOS CONFUNDIDOS.

Y llega el coronavirus

Recordemos que con desesperación, el presidente Alberto Fernández, el gobierno entero y los medios de comunicación de masas, repetían hasta el cansancio que las personas debían cambiar sus conductas ancestrales para refugiarse en el interior de sus casas y de sus propios cuerpos, evitando todo contacto con terceros.

Cuarentena.

El beneficio obtenido por ese cambio de conducta -esto es preservar la propia vida y la de los demás-, era premio suficiente para hacer el esfuerzo de no dar besos y quedarse en casa.

Frases nuevas, como Fase 1, zonas rojas, zonas blancas, aislamiento, distancia social. Amenazas con multas, hospitales de campañas, comités de emergencia, etc. Y contradicciones en la comunicación oficial.

¿Recuerdan al presidente Fernandez, sus principales ministros y todos los gobernadores cuando se reunieron de manera presencial en Olivos, sin barbijos, a menos de un metro de distancia entre ellos, con mesas cubiertas por manteles y compartiendo unos pocos micrófonos entre todos?

Más allá de lo que decían las palabras, las fotografías mostraban otra cosa, normalidad. 

¿Cómo iba a pretender cambios de conductas ajenas si su gobierno no mostraba cambios de conductas propias?

La contradicción del Gobierno y del Presidente entre su discurso y sus actos atentaron siempre contra la eficacia de la comunicación y de algún modo impulsaba a la gente despreocupada a continuar con sus costumbres, igual que lo hacían las autoridades.
Hasta sus "filminas" cansaban.

Hasta que le aconsejaron que se quede en Olivos.
¿Pero por qué recién ahora? ¿Casi ochenta días después de encanutarnos a todos?
Lo que queda en claro es QUE NOSOTROS NO SOMOS LOS CONFUNDIDOS.

Y todos los otros errores.
Que si usted quiere, los puede ver en estos vídeos que a continuación publicamos. Pero hay más, mucho más. 




Para no cansarlos, nos queda una última reflexión:

NOSOTROS NO SOMOS LOS CONFUNDIDOS.

La Gaceta Liberal /


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