LAS PRETENSIONES DE CRISTINA

OPINIÓN / POLÍTICA / Por Walter R. Quinteros
Hasta que Alberto meta la pata

Alberto Fernández: elogios a Tecme y a Leistung, con sorpresa por ...


El presidente Alberto Fernández parece que no tiene problemas, la aceptación de la gente está cercana al 80%. El Congreso no trabaja. El poder judicial está de feria. Nosotros acuartelados. 

Encima la vicepresidenta, Cristina Kirchner resolvió transferirle a la Corte Suprema la responsabilidad sobre la vuelta a sesionar del Congreso mediante teleconferencias a través de un pedido de declaración de certeza de 30 páginas que se funda en un supuesto estado de gravedad institucional. 

¿Gravedad institucional? Lo que nos pasa a la clase media argentina, que no ve un peso, ¿no reviste el grado de gravedad?

Dice el director de Informador Público, Carlos Tórtora que "La postura más estricta, marca que la Corte, como cualquier tribunal, sólo puede expedirse sobre un expediente que llega a su conocimiento por apelación o competencia originaria".

¿Entonces cuál es la pretensión de Cristina? 

La Corte Suprema, hábil en estratagemas procesales, le giró el pedido al Procurador de la Nación Eduardo Casal para que éste se expida. Así, de taquito.

Es probable que Casal objete el pedido y no acepte el argumento de la "gravedad institucional". 

De ser así y eludir la Corte una definición, a Cristina le quedaría el recurso de echrle la culpa al alto tribunal por la paralización del Congreso.

Los escritores del libreto kirchnerista ya dictaron la nueva normativa: "Carlos Rosenkrantz no quiere que se sancione el proyecto de ley de impuesto a la riqueza".

Jugadas sucias si las hay.

Muchos legisladores de la UCR, plantearon alternativas sensatas para que se sesione en recintos que posibiliten mantener las distancias del aislamiento social, como sería el Teatro Colón, por ejemplo. Recuerden que en una de mis editoriales pasadas también he planteado que utilicen el vestuario de Barracas Central, porque esto, es una joda. 

Y nos vienen con gravedad institucional..

Que el único poder que funcione sea el ejecutivo es una ventaja relativa para Alberto Fernández, porque en realidad lo deja con toda la responsabilidad de las decisiones y sin contar con apoyo legislativo. Como un impensado dictador.

¿Y por qué relativa?

Alguien está esperando que "meta la pata".

Y aparece el presidente de la Cámara de Diputados Sergio Massa, hábil panqueque que da no una, sino hasta cuatro vueltas en el aire antes de caer en la sartén optó por bajar el perfil. Pero ahora vamos a ver sus intenciones.

Nos dice Laura Serra del diario La Nación que el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, no esperará a que la Corte Suprema responda al pedido de Cristina Kirchner para que se pronuncie sobre la legalidad (o no) de que se realicen sesiones virtuales en el Congreso mientras duren las restricciones por el coronavirus. 

Massa insistirá en instrumentar esta modalidad en la Cámara baja para la próxima sesión. Con el aporte de quien fuera su madrina política, la diputada Graciela Camaño (Consenso Federal), ya tiene listo un borrador de dictamen para reformar el reglamento del cuerpo, que pondrá a consideración del resto de los bloques en las próximas horas.

Graciela Camaño, al igual que casi todos los juristas y abogados constitucionalistas se pronuncia en que: "El pedido de acción declarativa de certeza que presentó Cristina a la Corte está totalmente fuera de lugar. La Corte no tiene atribuciones para pronunciarse sobre el reglamento de otro poder del Estado".

¿Cómo? ¿y la abogada exitosa?

En los pasillos parlamentarios predomina la certeza de que, a la postre, el alto tribunal desestimará la presentación de Cristina Kirchner (el pedido está ahora en manos del procurador general, Eduardo Casal ), por lo que toda la discusión volverá a fojas cero. Massa, si bien no objetó la jugada de la vicepresidenta de acudir a la Corte, sostiene que el propio Congreso puede resolver la cuestión con una modificación del reglamento de ambas cámaras.

Camaño, en un dictamen jurídico minucioso que le acercó a Massa en las últimas horas, argumentó que el estado de emergencia por la pandemia constituye un elemento de "fuerza mayor" que habilitaría a la Cámara de Diputados a sesionar en forma virtual fuera de su ámbito físico, el recinto. Camaño citó el artículo 14 del reglamento de la Cámara de Diputados, que establece que los diputados "no constituirán Cámara fuera de la sala de sesiones, salvo los casos de fuerza mayor". La diputada de Consenso Federal sostuvo que este artículo fue pensado para preservar la continuidad de la labor del Congreso ante una situación de emergencia, y esta pandemia, a su juicio, lo es.

Massa convocará en las próximas horas a los presidentes de los bloques para discutir el asunto. Obsesionado con la idea de retomar cuanto antes las sesiones en el cuerpo pese a las dificultades que impone la pandemia y la consiguiente cuarentena, insiste en que la modalidad virtual -vía videoconferencias- permitiría superar las dificultades logísticas y operativas que conllevaría una sesión presencial en medio de la emergencia. 

No le importa que quede mal parada Cristina.

Massa exalta que, hasta ahora, las videoconferencias realizadas en la Cámara baja fueron un éxito: en los últimos 15 días desfilaron por las distintas comisiones una decena de ministros del Poder Ejecutivo. De hecho, esta tarde fue el turno del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. 

Y no se descarta que esta misma semana se reúna, también de manera virtual, la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo para abordar la treintena de decretos de necesidad y urgencia (DNU) que dictó el presidente Alberto Fernández desde que se desató la pandemia.

Sin embargo, en la oposición persisten las dudas: el principal bloque opositor, Juntos por el Cambio, si bien está de acuerdo con que el Congreso vuelva a sesionar, expresó que prefiere que los debates sean presenciales. "Podría ser en el Centro Cultural Kirchner, en el Teatro Colón, en cualquier ámbito lo suficientemente amplio para garantizar la distancia entre los diputados", insistían los opositores las semana pasada.

Massa confía en poder disuadirlos, cosa que Cristina no ha logrado.

Hasta ahora, sólo el radical Alfredo Cornejo le apuntó frontalmente al gobierno diciendo que el kirchnerismo esconde sus miserias con la cuarentena, en referencia a la designación reciente de 400 funcionarios en la ANSES. 

Y otro dato: De los países de la región, no se sabe de ninguno donde el Poder Legislativo esté paralizado por el coronavirus y sin fecha de reactivación. Por supuesto que hay quienes en el gobierno toman a esta situación como un beneficio y deslizan que Alberto tiene ahora carta blanca para hacer y deshacer a su gusto. 

Hasta que meta la pata.

(Con informes de Carlos Tórtora, Informador Público / Laura Serra / La Nación / Foto: La Voz).




Comentarios