ENTRE EL GATO Y LAS RATAS

OPINIÓN / Por Walter R. Quinteros

Lusardi, el proveedor que sabe hacer negocios con el poder

En su perfil de LinkedIn, encuentro un  comentario:
"Excelente persona (un hombre que cumple su palabra) y como jefe, muy considerado, claro y expeditivo. Muy enfocado en los objetivos de la empresa. Aprendí mucho junto a Él, sobre todo, a manejar las presiones y conflictos laborales".

Una vez, allá lejos y hace tiempo, un jefe me dijo lo mismo. Parece una frase que se aprende por ahí.

Vamos a mirar un archivo del sitio realpolitik:

Cuando la provincia decidió entregar a cientos de miles de bonaerenses una caja de navidad que contenía un pan dulce de 500 gramos, dos budines, un turrón, un turrón de maní, un paquete de garrapiñadas y un cóctel de frutas. El slogan que ostentaba la caja era: “Entre todos podemos más”.

Ya en diciembre del 2015 se había hecho el mismo presente a los empleados bonaerenses. En aquella ocasión, la provincia había pagado un total de 100 pesos por cada caja. Un año después le pagaron un 145 por ciento más. El tipo sabe hacer negocios.

Mientras tanto, igual que ahora, había empresas que ofrecían las cajas a un precio total de 91 pesos con envío incluido, Vidal, en el 2016, decidió pagar 220 pesos por caja, sin contar el envío. ¿Por qué? ¿A quién fue todo ese enorme sobreprecio?

Y la gran beneficiaria no fue otra que la empresa Teylem SA, que en aquel entonces registraba preocupantes incumplimientos en ingresos brutos que no se tuvieron en cuenta. Así su presidente, Víctor Lusardi, se quedó con un enorme botín de las arcas de la provincia.

Pero recurriendo a la memoria, recuerdo mi editorial en la radio Esperanza, sobre este "brillante" empresario al que una vez lo llamamos "el Lázaro Báez de la provincia de Buenos Aires" en febrero del 2018 y, por una extraña licitación. 

Haciendo memoria, en aquel entonces dije que había sido el  único proveedor de Daniel Scioli. Pero que ahora con Vidal, era el gran proveedor.

María Eugenia Vidal supo firmar un decreto por compras de $1.300.000.000 a favor de tres empresas: Servicios Integrales de Alimentación SA, que se llevó 27 millones; Compañía Integral de Alimentos SA, que se llevó unos 240; y Cook Master SRL, perteneciente a Víctor Lusardi, que se quedó con más de 1.000 millones de pesos.

Tres empresas, Dasem SRL; Grupo Sureña SRL y Compañía Integral de Alimentos SA, objetaron el pliego que rigió la licitación por encontrarlo absolutamente viciado. El ministerio de Justicia, a cargo de dichos documentos, decidió desestimar la objeción y seguir adelante con el trámite. Pocos días después, se dispararon los rumores de un acuerdo entre Lusardi y el ministerio de Justicia. En la privada del ministro Gustavo Ferrari suena la versión de que el empresario habría pagado una coima de un 2,5 por ciento del total para quedarse con la licitación.

Asomaba así, el nuevo Lázaro Báez, que ahora se llama Víctor Lusardi.

Convertido entonces en el mayor proveedor de alimentos y artículos de limpieza de la provincia de Buenos Aires, por la ex gobernadora María Eugenia Vidal y sus ex ministros, Santiago López Medrano y Cristian Ritondo.

Veamos:
López Medrano le cedió al Grupo L la proveeduría de los comedores escolares de la provincia y Ritondo, por su parte, le otorgó el suministro de alimentos y artículos de limpieza al Servicio Penitenciario Bonaerense. Un negocio redondo, que llegó a recaudar más de 100 millones de pesos al año.

Pero hay más. 
Gracias a sus aceitados vínculos con el poder, los Lusardi consiguieron varios contratos dejando a otros proveedores afuera del gran negocio de las cárceles.

Pienso que nadie de Cambiemos, que en aquel momento me tiraban con misiles -gracias al brillante de Marcos Peña-, puede encontrarse en condiciones éticas de hablar de la honestidad.

Pienso que nadie de los que habitan el otro lado de la grieta, tampoco. Es más, son los menos indicados. El servicio de limpieza del PAMI, en todo el país, es patrimonio del Grupo L, por ejemplo y, todo el servicio de alimentos en las cárceles bonaerenses es de Lusardi.

Parece que Lusardi no es miserable.

Nada de grietas

Como con Scioli y con Vidal, el Grupo L se había quedado con la compra de alimentos por parte del Ministerio de Desarrollo Social con valores muy superiores a los precios de referencia de varios productos en las escuelas de la Provincia de Buenos Aires.


Pero posteriormente, llegó a ser el proveedor de alimentos en el Municipio de Moreno con la gestión de Walter Festa (FPV) mediante las empresa Equis 15 y Teylem (radicadas en el Parque Industrial del Buen Ayre Moreno) y, de conseguir nueve (9) obras de gas con la firma Logistical.

Viejas y nuevas polémicas

Como ocurrió con Vidal, se desata ahora la polémica y las primeras consecuencias judiciales del horror del ministro Arroyo, que ya venía cuestionado por sus "licitaciones" bajo el ala de Alicia Kirchner. 

Mientras la diputada Graciela Ocaña prepara un completo pedido de informes en la Cámara para que el ministro Daniel Arroyo brinde explicaciones, la abogada Silvina Martínez denunció ante la Procuración General de Investigaciones Administrativas (PIA) los posibles delitos de malversación de caudales públicos, incumplimiento de los deberes de funcionario público y fraude a la administración pública. 

Como lo hizo el kirchnerismo contra María Eugenia Vidal, como cuando sacaron del medio al intendente de Moreno, Walter Festa, del FPV. 

Como cuando discutimos entre solidarios con plata ajena y miserables con plata propia. 

Entre el gato y las ratas, el queso se lo lleva "el gordo" Lusardi, y él sabe repartir las sobras, porque como empieza la nota, alguien escribe que "con él se aprende mucho, sobre todo, a manejar las presiones y los conflictos laborales".


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