ESTULTICIA ASTUTA

OPINIÓN / Por Pablo Anadón

(Notas obre "Pandemia y soja" de Beatriz Sarlo).



En efecto, ante una situación límite, todo se relativiza, hasta la estulticia astuta ―valga el oxímoron― de un artículo como “Pandemia y soja” de Beatriz Sarlo, publicado ayer en el diario “Perfil” (incluyo el enlace al pie). 

Cabe preguntarle a la autora: ¿se relativizarán también todos los reclamos pasados, presentes y futuros de los distintos sectores sociales, pasibles asimismo de ser calificados de “miserables y egoístas”, como aquí se califica el reclamo del sector rural? 

Los aumentos en los sueldos de funcionarios, legisladores, jueces, en cambio, ¿estarán exentos de pecado, como están exentos del “freezer” actual sus jubilaciones, y que son ingresos que pagamos con nuestro dinero? (Es cierto: ellos no precisan reclamar nada, porque se lo conceden a sí mismos). 

Ese rencor rancio del peronismo ―Sarlo lo fue, y cada tanto le aflora―, del populismo en general, hacia el campo (a veces, también, hacia el empresariado industrial y las fuerzas productivas no controlables por el Estado), no deja de resultar un tanto extraño, cuando a la vez reivindican al estanciero terrateniente Rosas. Pero bueno, no podemos pedirle sensatez al rencor, que es irracional, como irracional es la necesidad que ha llevado a Sarlo a relacionar dos fenómenos que nada tienen que ver uno con otro: el reclamo, días atrás, de los productores rurales… ¡y el coronavirus! 

Es tan absurdo como ver con malos ojos y desdeñar los lamentos de un paciente con apendicitis porque en el mundo hay una pandemia. Por otra parte, ¿sabrá nuestra solemne profesora que, por ejemplo, el alcohol en gel, un insumo importante en la lucha contra el coronavirus, es un producto que se hace con etanol, que viene de la caña de azúcar, el maíz y otros cereales, con el agregado de glicerina refinada, co-producto de la elaboración del biodiesel a partir del aceite de soja? 

Se ve que para algo sirven estos campesinos, además de para conducir su 4x4, medio de transporte que a la ensayista un poco le molesta, pareciera (yo tengo un Clío modelo 95, pero si trabajara en el campo, seguro que habría tenido que comprar una 4x4, por la sencilla razón de que es la camioneta adecuada para entrar en el barro y en los senderos de tierra, así como en el pasado lo fueron las “chatas” Ford y Chevrolet). Pero no, Sarlo no se detiene a pensar que sin esos productores no tendríamos alcohol en gel para ayudar a preservarnos del contagio: para ella, son necesariamente unos miserables egoístas, y en cambio tiene palabras de elogio para un presidente que en tres meses ha llevado la economía a 3.000 puntos de riesgo país y el déficit fiscal a un incremento del 800 % por sobre el de febrero del año pasado, entre numerosas otras calamidades, que no es el caso enumerar aquí, vertiginosamente acumuladas en tan breve tiempo, que el presidente de un gobierno de científicos recién ahora empieza a revertir, sin demasiada coherencia, pericia ni meticulosidad, la demora, el descuido y la imprevisión para adoptar medidas de resguardo frente a la epidemia. 

Este tipo de análisis, por llamarlos de algún modo, como el del presente artículo de Sarlo, bastante próximos a las teorías conspirativas, que más que análisis de la realidad tienen visos de prédica ideológica, me recuerdan las interpretaciones religioso-moralistas de los fenómenos naturales, como cuando en las inundaciones del relato “El matadero” de Echeverría se escuchan los clamores desde los púlpitos culpando a los impíos y salvajes unitarios por el diluvio. A eso me refería con el oxímoron de “estulticia astuta”: son astutos en la medida en que, con pases de prestidigitación o ingeniería discursiva, desvían el curso de los hechos hacia el molino de la propia ideología, como en este caso al yuxtaponer y comparar dos problemáticas tan diversas; son estultos, en la medida en que distorsionan y empobrecen la complejidad del fenómeno, como en los espejos reductivos y deformantes.

Pablo Anadón 



Pandemia y soja
PERFIL.COM
Pandemia y soja

Comentarios

Publicar un comentario