CUANDO PIDEN LA UNIDAD NACIONAL

OPINIÓN / ACTUALIDAD /  Por Pablo Anadón

Y la oposición brinda su apoyo irrestricto al gobierno en esta emergencia

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No hay caso: mientras la oposición brinda su apoyo irrestricto al gobierno en esta emergencia, ¿qué hacen estos ilustres, reverendísimos kanallas empoderados? 

Va una breve enumeración, según vuelve al azar de la memoria:

1) Alberto Fernández, en tanto llama a la unidad de todos los argentinos y posa para una fotografía en la que está hojeando los diarios de hoy, todos con la misma portada en celeste y blanco (“el ideal kirchnerista de la pluralidad de voces”, comenta alguien sardónicamente), difunde en Twitter un video hollywoodense en el que se lo ve patrullando en helicóptero los hospitales, que acompaña con una nota en la que critica el estado en que dejó la Salud la gestión precedente, para colmo, mencionando justamente, paradójicamente, el hospital que Cristina Fernández de Kirchner había “inaugurado” antes de las elecciones del 2015, con una fachada escenográfica, cuando aún no estaba terminado ni menos aún funcionando.

2) Luego de negarse a acudir al llamado del gobierno anterior para realizar una transición ordenada, en la que podrían ser informados de todo lo que debían ser informados, vuelven a hacer, como con las vacunas, luego de tres meses de mandato, casualmente en esta circunstancia, un espectacular hallazgo, acompañado de un no menos espectacular despliegue periodístico-publicitario, para inculpar de “abandónica” a la administración precedente (Télam titula, a la venezolana: “El Gobierno recuperó equipos del programa CiberSalud que estaban abandonados en un depósito”), cuando se viene a saber que se trataba de material en stock, ordenado, inventariado y en perfecto estado. Afortunadamente, con las redes sociales, en las que intervienen periodistas independientes, las mentiras duran poco.

3) La ex presidente y actual vicepresidente se toma el avión a Cuba, a visitar a su hija prófuga de la Justicia, apenas desembarca la pandemia en la Argentina, en gesto ejemplar, semejante al de otras ocasiones complicadas (Once, Nisman, etc.), y semejante también, como se ha señalado con ironía, a la familia real británica cuando decidió quedarse junto a su pueblo durante los bombardeos de Londres en la Segunda Guerra Mundial.

4) El gobierno anuncia con redoblar de bombos, después de prohibir sin razón alguna el aterrizaje de aviones de otras banderas, que Aerolíneas Argentinas cumplirá la heroica misión de repatriar a los ciudadanos varados en el extranjero, proeza que al día siguiente se vio obligado a cancelar, por su incapacidad operativa y por la lluvia de quejas, entre otros, de esos desventurados “soldados Ryan”, a quienes en realidad se estaba estafando, porque ya tenían pasajes de vuelta en otras líneas aéreas, que la medida monopólica dejaba sin efecto, y los obligaba a adquirir otro boleto en la empresa nacional, sin que nadie les devolviera el importe del ya adquirido. Agradezcamos, nuevamente, a las redes: cuando el canciller Felipe Solá culpó a las empresas extranjeras por el abandono de los compatriotas, una escueta respuesta de Iberia en Twitter desenmascaró lo que nadie en la prensa argentina fue capaz de denunciar detrás de la épica misión: “Hola. El gobierno argentino ha prohibido a las aerolíneas extranjeras volar a su país. Por lo tanto, no es una decisión que hayamos tomado nosotros, sino su gobierno. Saludos.”

5) El Congreso, cuando aún no se había decretado la suspensión de clases ni de la administración pública, ya decidió la interrupción de sus sesiones hasta fin de mes, lo cual no le impidió otorgar ahora a cada diputado la suma de $100.000 para luchar contra el Coronavirus (reconozcamos el gesto de parlamentarios de la oposición que se negaron a recibir ese subsidio o lo donaron al instituto Malbrán).

6) La novia de Máximo Kirchner, Luana Volnovich, casualmente nombrada directora del Pami, la misma que no bien tomó el cargo designó gerente a su hermano, en estos últimos días, aprovechando la volada de la pandemia, ha hecho volar de sus puestos a más de 600 empleados, no precisamente para achicar el Estado, sino para nombrar en su reemplazo a militantes…

Y ya no sigo, porque me he asqueado. Piden la unidad nacional y son los primeros en fracturarla, en hacerla añicos (entre paréntesis, ¿se imaginan las campañas mediáticas y las manifestaciones que el Club del Helicóptero habría organizado si esto hubiera ocurrido durante el gobierno anterior?). Ni siquiera en una emergencia nacional estos Viejos Vizcacha ventajeros son capaces de renunciar a sus inveteradas costumbres de demagogos, cínicos, arribistas, corruptos y patoteadores. En fin, lo de siempre, nada nuevo: el kirchnerismo demuestra una vez más, incluso en una ocasión así, que es la suma y la multiplicación de todo lo peor de la política argentina. Francamente, si finalmente se decreta el “estado de excepción”, le tengo mucho más miedo a lo que este gobierno es capaz de hacer en su transcurso que al Coronavirus.

Pablo Anadón /

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