ALBERTO, LOS GOBERNADORES Y LOS OTROS

OPINIÓN / Por Walter R. Quinteros

La oportunidad 

(Presidencia)



Ayer, el presidente Alberto Fernández, estaba mejor, se sentía mejor, su semblante era distinto, ya no estaba rodeado por los otros, estaba con los gobernadores, y los gobernadores tienen otras miradas, otras voces, otros conceptos. No las desmedidas apetencias que diariamente demuestran quiénes lo rodean. 

Y, en ese marco de sentirse algo así como en una reunión de ex alumnos, apoyado por todos, con la idea de todos, con todo consensuado, lanzó al aire una apuesta política que es sin ninguna duda la más importante que haya tomado en su vida. 

Creo que el presidente se sintió apoyado por los más inteligentes y necesarios en ese momento y saltó a la cancha con los tapones de punta. Y el país entero, tiene ahora diez días de cuarentena total. No estuvo solo, no estuvo mal acompañado. Fue como una reunión del Concejo de Sabios y el Concejo todo, quiere un freno, un achatamiento del índice de casos de coronavirus en el país, en sus provincias. Porque cada provincia quiere volver a producir.

No me cabe ninguna duda que por incapacidad, impericia o mala leche, los Otros, los que diariamente conviven con Alberto no nos están diciendo la verdad. Y que, habrá en esta larga noche, tejes y desmanejes en todos los ámbitos.

Y creo, que entre todos los gobernadores juntos se lo hicieron saber. Y que acompañando esta medida, le hicieron saber que el país entero, que todos nosotros queremos modificar las tendencias que afectan al mundo entero. Disminuir estos índices de contagios y muertes ya habrá sido un éxito. Levantar cabeza también.

Alberto no estaba solo, y la jugada intrépida y necesaria que realizó anoche, aunque es consensuada por todos los gobernadores, sino causa el efecto deseado nos obligará a seguirla practicando, con el desastre económico que eso representa. La cuarentena forzada va a parar cualquier tipo de producción. Y si no salen las cosas como esperamos, tendremos que volver maltrechos y expuestos a ver cómo asumimos la derrota y como hacemos para levantarnos.

Y, como presidente que es, dejaron que tenga y asuma todo el protagonismo. Como si esta fuera una batalla personal de él contra el coronavirus. Y lo preferimos así, rodeado de los gobernadores y no de los otros, que, parece ser que les molesta que haya dejado el perfil bajo y se haya mostrado como creemos que es. 

Se sentía mejor el presidente con los gobernadores, no estaban con él, ni los aduladores de siempre, ni los monjes negros ineptos de su equipo "armado" desde otro escaño. 

Ojalá todo salga bien y esta muestra de apoyo que brindaron los gobernadores, sea también, interpretada por los acreedores.

Y ojalá que no haya una segunda y devastadora oleada, porque está demostrado que no tenemos un plan "B".

Ya nada será lo mismo, el mundo ha salido de su eje. Y los que queden, podrán modificar sistemas, buscar otras perspectivas, ensayar alternativas.

Nada mejor nos puede pasar con este aislamiento, que esperar un final apenas feliz. 

Que esta cosa de quedarnos todos en casa, soportando los embates de la incertidumbre, nos sirva a todos para despojarnos de miserias y pensar en los valores y en las culturas perdidas. 

Y que hayamos contenido en algo, sin índices mentirosos que puedan proporcionar los otros, a este coronavirus. Contenerlo ya  es más que una necesidad.  Debemos sentir la obligatoriedad de combatirlo.

Nercesitamos salir el 31 de marzo, con la secreta esperanza de que hemos acomodado ideas y certezas para salir de la recesión en la que estamos, para no seguir cayendo en la depresión económica que vivimos. Y Si todo sale bien, de nuevo Alberto deberá alejarse de los otros y volver a llamar a los gobernadores. 

Ellos más saben por viejos que por diablos.

Y esta crisis, a Alberto, le ha presentado la oportunidad de saber, de abrir los ojos y mirar bien, quiénes lo van a acompañar de verdad, en serio, en su mandato.

Porque los otros, agazapados, esperan que alguien vuelva de Cuba, ellos no soportan el protagonismo que desde ayer, tiene Alberto.

(La Gaceta Liberal)

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