YO, ARGENTINO

OPINIÓN
Un país de hipócritas

Conocimos la noticia del fallecimiento de la actriz Elena Cruz. Sancionada y desterrada de la mediocridad política argentina por haber osado manifestarse a favor del general Videla. Por ello fue expulsada de la Asociación Argentina de Actores (otra Triple A), escrachada, agredida en la vía pública, y hasta se intentó no dejarla asumir como legisladora de la ciudad, cargo para el que había sido votada como integrante de la lista de Encuentro de la Ciudad.

Una persona de bien fue escrachada, perseguida y castigada socialmente por haber expresado públicamente su opinión, lo que, ni aquí, ni en ningún país del mundo debería constituir un delito. Tuvo la valentía de decir lo que muchos callaron por comodidad, por corrección política o por miedo.

Este es un país de hipócritas. Elena Cruz puede haber estado equivocada y su visión de la política puede haber estado errada. Ahora, ¿De los montoneros y erpianos que ocupan cargos públicos y que siguen defendiendo su intransigencia asesina con orgullo por la política y los medios de comunicación, nadie dice nada? Podemos andar por la calle con una remera con la cara estampada del Che Guevara, o podemos lucir en las manifestaciones banderas con la hoz y el martillo y la cara de Fidel Castro, pero no podemos defender de palabra a un dictador que, mal o bien, nos regaló casi 40 años de paz y demoró por ese período de tiempo nuestra venezolanización. Acá podemos votar para intendente a Vaca Narvaja, aceptamos a Verbitsky como asesor presidencial, nos llenamos la boca hablando de la libertad de expresión, de la igualdad de géneros y del libertinaje más absoluto y condenamos a una persona, equivocada o no, por manifestar lo que piensa. 

Elena Cruz y su marido Fernando Ciro, fueron desterrados de la radio, el cine, la televisión y la política.

Que ellos hubieran vitoreado a Videla fue un sacrilegio de “lesa argentinidad”, pero matar a un bebé sin nacer, está fenómeno; esperar a que el hijo del presidente resuelva de qué sexo (perdón, género) le gustaría ser, está perfecto; robar plata de todos los argentinos y ser sorprendidos por una cámara mientras la contaban a nuestras espaldas, está bien; revolear bolsos con 9 millones de dólares en el interior, es aceptable; alentar el narcotráfico y facilitar la importación de efedrina para ser utilizada como precursor químico en la producción de droga; está bien. Colonizar la justicia y nombrar en la Corte Suprema a un ex montonero, está más que bien; firmar un memorándum con el país acusado de haber producido el atentado terrorista más grave de la historia de América Latina, es aceptable; asesinar a un fiscal federal que estaba investigando a la presidente, es correcto. Todo está bien, menos osar defender a Videla o decir que los desaparecidos no son 30.000. Nuestro país es maravilloso, pero la gente, una inmeeeeeeensa cantidad de la gente que lo habita, es una mierd@

Y si no, otra muestra que a muchos se les debe de haber escapado. Todos hemos oído hablar del misil disparado por Irán, que derribó a un avión de línea ucraniano. ¿A propósito?, ¿por error?, imposible conocer las causas todavía e Irán, país amigo de la Argentina, si los hay, resolvió que no les entregará la caja negra ni a las autoridades ucranianas (dueñas del avión), ni a las norteamericanas (fabricantes del avión), ni a las canadienses (fallecieron 63 ciudadanos de ese país).

Bueno, cierren por un momento los ojos y piensen qué estaría pasando en estos mismos momentos frente a las embajadas de los Estados Unidos y de Israel, si la cosa hubiera sido al revés. Si un misil estadounidense hubiera derribado a propósito o por accidente a un avión de línea iraní. Pero como los que lo derribaron son los iraníes, acá no ha pasado nada.

¿Yo?... ¡Yo argentino!

Jorge Tisi Baña