PUNTOS DE VISTA

OPINIÓN


Refugio del simulacro

Eduardo Sanguinetti, filósofo y poeta.


Por Eduardo Sanguinetti 

¿Qué más útil a la hegemonía neoliberal que el enfrentamiento entre hombres y mujeres, jóvenes y viejos, pobres y ricos, y cualquier otra distinción en la idea de un “nosotros”?

Una sociedad como la nuestra, segmentada hoy por género, preferencia sexual, nivel económico, nivel cultural, franja etaria, etnia, religión, moda y hasta marca de celular, facilita a sus gobernantes la identificación de pequeños grupos que son potenciales “nichos” de mercado aptos para enfrentarse y controlarse unos a otros.

En mi ensayo sobre el demonismo cual metáfora de la realidad “El Pedestal Vacío” (1993, Ed. Catari), amplío mis certezas acerca del simulacro y la mentira, al convocar a los fantasmas que hoy reaparecen por doquier a modo de mentiras de ninguna verdad, bajo la pesada bota de dominación del poder omnímodo del neoliberalismo y sus más ¿conspicuos? representantes.

El poder real se ejerce no solo a través de la denominada derecha neoliberal que no es la única que ejerce el mismo, lo hace también a través del llamado “soft power” o “poder suave”, y dentro de éste el poder cultural, tan preciso en sus fines de descontextualizar el relato de la historia y sus hacedores, como también eliminar sucesos que la han construido.

Cada día más lejana la posibilidad de establecer un diálogo sincero sobre el sentido de Pueblo, Patria, Nación, términos que comenzaron a cobrar sonoridad fascistoide, demasiado intencional para quienes percibimos el accionar de la 'intelligentizia' subordinada a todas las instancias del poder corporativo y sus instituciones, incluidos presidentes que desgranan discursos especulativos acerca de la unidad y el acuerdo, jamás legitimados en acto, apostando a un futuro incierto a alcanzar desde un presente vacuo, donde la desigualdad, la ausencia de derechos individuales, la represión al disidente son moneda corriente.

Para este tipo de dominación ha resultado muy útil gran parte de la llamada “izquierda” liberal en Latinoamérica, financiada por fundaciones globales que promueven esta agenda de dominación cultural “por izquierda”, como la Open Society Foundations (de George Soros), Ford Foundation, Gates Foundation, Kellogg Foundation, Hewlett Foundation, Rockefeller Foundation, junto a los gobiernos de Gran Bretaña, Holanda, EEUU y Noruega, que sponsorean a miles de organizaciones sociales y otras fundaciones, campañas políticas de presidentes travestidos de progresistas, publicaciones con tinte de izquierda como Cosecha Roja, autores y hasta pequeñas ONG’s de supuesta izquierda y cierta 'intelligentzia' rentada, con función específica de crear la "imagen de la actualidad".

Soros propone formar a la “próxima generación de líderes feministas en América Latina”, apuntando especialmente a “solicitantes entre 22 y 30 años de edad en las primeras etapas de sus carreras” y “deseando aprender más sobre las herramientas necesarias para aumentar su eficacia como activistas y organizadoras en torno a temas de justicia de género e igualdad entre movimientos”, nadie puede estar en desacuerdo con lo propuesto por el millonario húngaro, salvo que los fines son otros, pues tienden a discriminar, excluir y dominar a millones de hambrientos e indigentes de Latinoamérica.

Este megaempresario, ya ha instalado a sus “caballos de Troya” en la región, en formato de empresarios “chatarra”, presidentes funcionales al desguace de nuestra soñada Patria Grande y sobre todo la “intelligentzia” que fabrica consenso, planifican y manipulan, proyectando en apariencia ser contrarios al sistema para el que sirven: el Neoliberalismo y de ese modo acopiar seres sin rumbo, asimilados bajo presión a la corrección política penetrando en la esencia sagrada de la intimidad.

Un negocio formidable de poder para Soros y otros/as, el haber percibido el sentir de pueblos condenados a ser manipulados y asimilarse a tendencias, muchas veces ajenas a su identidad de ser y sentir.

Bastante lejos de un panorama global con el que, aparentemente, estamos en consonancia pregunto: ¿Qué es ser "diferente"? ¿Qué importancia radica en la diferencia? ¿Qué significa exactamente respetar las diferencias? ¿Diferente respecto de quién? ¿Cuál es el modelo hegemónico de hoy? ¿Existen aún los ideales nacionales o sólo los valores individuales o de grupos adoctrinados? ¿Estamos estableciendo realmente nuestras prioridades cuando hablamos de “derechos”? Habría que tener respuestas legítimas a todos estos interrogantes, pero venimos transitando un sendero paralelo y subyacente a la realidad de países del denominado primer mundo, lo que nos aleja de ser simplemente nosotros.

La manipulación de todos/as, se efectúa a través de los medios corporativos de comunicación (gráficos, electrónicos, virtuales) que son de un inestimable valor para la fabricación del consenso y la presión sobre el aparato judicial, demasiado pacato a la hora de actuar sobre delitos flagrantes, que luego de ser publicitados en cientos de programas de TV basura, toman carácter de evidencia, destruyendo trayectorias comprobables, vidas plenas de personajes insobornables a tendencias de ocasión, los que han eliminado las fronteras mentales respecto a las diferencias.

Un pestilente “travestismo mediático” ha sido instalado en las monopólicas corporaciones económicas de medios de ¿comunicación?, por quienes dictan y rigen nuestros destinos, en Argentina y el planeta todo.

Uno de los mecanismos más eficaces usados por la apropiadamente disciplinada "intelligentsia", es el mecanismo de “disentimiento aparente”. En este sistema se estimula la controversia, dentro del marco de ciertas presuposiciones. Estas jamás se expresan abiertamente en un sistema de propaganda adecuadamente concebido, pero definen los límites de lo que los anestesiados habitantes consideran una opinión responsable.

El resultado es la destrucción de toda práctica de disidencia y la imposición del consentimiento pasivo y del conformismo temeroso, en las comunidades del planeta, que ya alcanza niveles aterradoramente notorios.

¿Cómo es posible todo esto? Una larga experiencia de censura, de renunciamiento, de exilio interior, me hace no poder dejar de abarcar estas cuestiones.

La cultura propuesta por el neoliberalismo financiero y sus expresiones de derecha (explícitas) e izquierda (embozadas) ataca por igual: Historia, Filosofía, Estado, sindicatos, partidos políticos y familias, ya que necesita que el individuo quede indemne e indefenso frente al Mercado, sin mediaciones que limiten esa absolutamente desigual relación.

El resultado deviene en individuos centrados en sí mismos, esclavos de sus impulsos y consumidores acríticos de productos e ideas difundidas por los medios hegemónicos culturales y de comunicación.

Comunidades disgregadas, incapaces de identificar a su verdadero enemigo, confundidas en falsas batallas y divididas hasta el cansancio por contradicciones ficticias, débiles e indefensas frente al avance avasallante del capital financiero global y sus doctrinas que transforman a los pueblos en simples masas aborregadas y contentas con su situación de dominación, individuos teledirigidos que celebran con orgullo su sometimiento al más rancio capitalismo.

Eduardo Sanguinetti  Filósofo y poeta / Fuente NOVA

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