EL JUEZ DE LA CONDUCTA INDECOROSA

OPINIÓN / POLÍTICA
Secretos y miserias de Daniel Rafecas, el procurador General que postula Alberto Fernández




Hola, soy Daniel Rafecas”, dijo el conocido juez Federal. Eran los idus de 2011 y se mostraba molesto con un montaje que se había hecho en este mismo portal que mostraba una letra “K” en su sudorosa frente. Se lo dijo a Eliana Toro, editora General de Tribuna de Periodistas, con inusual enojo.


Acto seguido, le pidió que ello fuera modificado. “Yo no soy kirchnerista”, dijo. El tiempo demostraría que eso era una burda mentira.

Lo curioso es que Rafecas no se molestaba por el contenido de la nota, claramente lesivo respecto de su trayectoria profesional, sino por la fotografía que la ilustraba.

Viene a cuenta de que el magistrado ha sido bendecido por Alberto Fernández para ocupar el ostentoso puesto de Procurador General de la Nación. El pliego con su postulación ingresará en los próximos días al Senado con el objetivo de que sea aprobado para ser, ni más ni menos, que el jefe de los fiscales.

Pero sus antecedentes no lo benefician: baste mencionar que hace solo unos días sobreseyó a los ex jefes de Gabinete del kirchnerismo Anibal Fernández y Juan Manuel Abal Medina, y al empresario Alejandro Burzaco —entre otros imputados— en una causa por supuestos delitos en la adquisición de derechos televisivos en el programa Fútbol para Todos.

Antes, en 2015, cobró celebridad por su fuerte disputa con el fiscal Alberto Nisman en el marco de la denuncia contra Cristina Kirchner por el supuesto encubrimiento del atentado de la AMIA mediante el Memorándum de Entendimiento con Irán.

Con una celeridad pocas veces vista, el juez desestimó la presentación. Debió intervenir la Cámara Federal de Casación de Penal para que avanzara el caso. Su desempeño quedaría manchado en 2018 por el Consejo de la Magistratura, que sancionó económicamente a Rafecas tras considerar que tuvo una conducta "indecorosa" durante su actuación al frente de ese expediente.

Diez años antes de la denuncia de Nisman, en 2005, el ¿futuro? procurador fue denunciado por beneficiar a un narco y filtrar información a Clarín. Fue el 21 de diciembre de ese año, cuando trascendió que el narcotraficante serbio Dragoslav Ilic, procesado con prisión preventiva en el marco del operativo “Viñas Blancas”, recibió autorización de Rafecas para casarse.

Su mentor fue el exprocurador Esteban Righi, el mismo que cobró celebridad el 25 de mayo de 1973 por pergeñar la liberación de miles de presos de la cárcel de Devoto, siendo un joven ministro del Interior del gobierno de Héctor Cámpora.

No eran “presos políticos”, como se proclamaba. Se trataba, en su mayoría, de terroristas que habían atentado contra la democracia, provocando decenas de muertos y heridos. Los mismos que terminarían siendo funcionales a la dictadura más sangrienta de la historia argentina, tres años más tarde.

Curiosidades aparte, Righi fue el mismo que Cristina separó de su cargo luego de que Amado Boudou diera una conferencia de prensa argumentando persecución en su contra por el caso Ciccone. Entre otros, apuntó contra el entonces procurador General.

Ahora, de la mano de Alberto Fernández, el alumno más dilecto de Righi, Rafecas, ocupará el mismo puesto.

Paradojas de un país que no duda en copiarse a sí mismo… solo en sus peores decisiones, claro.

Christian Sanz / Tribuna de Periodistas


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