EL CHISTE DE LA SEMANA





Un hombre casado va a confesarse y le dice al sacerdote.

—Padre, me encontré con otra mujer y casi tuve una infidelidad.

—¿Cómo casi? ¿Qué quiere decir casi, hijo?

—Bueno, que fuimos a un hotel, nos quitamos la ropa, nos rozamos un poco pero... pero... al final no llegué a introducírsela.

—¡Pero qué cosas dices! ¡Eso igual es pecado! Que se la introduzcas o no se la introduzcas es exactamente lo mismo ante los ojos de Dios.

—Me arrepiento, padre...

—Lo que harás ahora es no volver a ver nunca a esa mujer, rezar diez Padrenuestros y a la salida de la iglesia depositar 500 pesos en la alcancía para los pobres.

—De acuerdo, padre.

El hombre se pone de pie, luego se arrodilla en un pasillo para rezar los Padrenuestros y cuando se dirige a la salida extrae un billete de 500 pesos. Sin embargo, titubea antes de depositarlo, se lo vuelve a guardar en el bolsillo y empieza a irse. El cura, que lo había estado espiando, corre entonces hacia él:

—Te vi, te vi! —le dice, deteniéndolo- ¿Por qué no has depositado la limosna?

—Pero rocé la alcancía, padre, y usted me dijo que si la metía o no la metía era lo mismo ante los ojos de Dios.


Ji jí.


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