CHICOS MALOS

POLÍTICA

El “prontuario” de los hombres de Alberto


"Cristina va a tener cero injerencia en el armado de mi gabinete", nos decía Alberto Fernández, allá por octubre, recibiéndose de muñeco Chirolita.



Nos dice el periodista Christian Sanz que: Los funcionarios que acompañarán a Alberto, salvo contadas excepciones, ostentan prontuarios de alta gravitación (ver listado completo al pie), lo cual denota que no existe interés alguno en ser “mejores”, sino más bien en terminar el trabajo inconcluso de Néstor y Cristina. 

Esto es, terminar de saquear las cajas del Estado que quedaron con algo de fondos.

A ese respecto, no parece casual que La Cámpora se haya quedado con tres de las cajas más relevantes del Estado: el PAMI, la Anses y Aerolíneas Argentinas. 

La primera de las entidades estará a cargo de alguien que ni siquiera ostenta “expertise” en temas de tercera edad: se trata de la novia de Máximo Kirchner, Luana Volnovich.

Luego, aparecen personajes de la talla de Claudio Moroni, quien ocupará la titularidad de Trabajo, a pesar de tener uno de los prontuarios más insalvables de la política argentina.

Claudio Moroni, con quien compartió insondables curros en los años 90, cuando este último era titular de la poderosa Superintendencia de Seguros de la Nación.

Las trapisondas quedaron registradas en un libro que pasó sin pena ni gloria por las librerías, titulado "Saqueo asegurado". El que lo firma es el salteño Roberto Guzmán, quien supo reportar entre 1994 y 1996 como liquidador del Instituto Nacional de Reaseguros, enfrentándose desde ese cargo con uno de los sectores más corruptos de la Argentina: el del seguro.

¿Y qué decir de Agustín Rossi, quien ocupará el mismo cargo —Defensa— desde el cual “perdió” un misil en el año 2015? Ni que hablar del tendal de cheques rechazados que dejó en Santa Fe allá lejos y hace tiempo.

Felipe Solá nada tiene que envidiar a los mencionados: las denuncias en su contra por la comercialización de permisos de pesca en los años del menemismo —cuando despuntaba como secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca— se acumulan cual naipes en una baraja.

¿Y cómo explicar la designación de Carlos Zannini como procurador del Tesoro, como jefe de los abogados del Estado? ¿Cómo puede un hombre megadenunciado y procesado ocupar tal cargo? Respira aliviado Carlos Liuzzi, su malogrado testaferro del “Chino”, quien fue beneficiado hace unos meses por el juez “copión” Luis Rodríguez en tres causas judiciales.

Y siguen los prontuarios: Juan Cabandié estará a cargo de Medio Ambiente. Es el mismo que ha sido denunciado por acoso y abuso dentro de La Cámpora y que hizo desafectar a una agente de tránsito de Lomas de Zamora que “osó” hacerle un control vial. Fue en 2013.

No es todo: Elizabeth Gómez Alcorta será ministra de Igualdad y Género, con el único mérito de haber sido abogada de Milagro Sala. ¡Ah! También se le reconoce estar al servicio del siempre operador Horacio Verbitsky en el CELS.

Y hay más: Luis Basterra, hombre del impresentable Gildo Insfran; 

Mario Meoni, denunciado por financiar su campaña con una empresa estatal; 

Tristán Bauer, señalado por abuso en el manejo de la pauta del Estado; 

Julio Vitobello, quien estará en la Oficina Anticorrupción y acumula acusaciones por doquier, son algunos de los que acompañarán a Alberto.

Está claro que, lejos de sus propias pretensiones, no han vuelto mejores, sino todo lo contrario. Eso sí, solo le faltó un detalle al presidente electo: decir quién manejará el “Ministerio de la Venganza”.

Christian Sanz / Tribuna de Periodistas


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