ANTOLOGÍA NO AUTORIZADA

CULTURA

En librerías no se consigue

Resultado de imagen para imagenes de parejas leyendo libros

Por Berenice Weber

Estuvimos pacientemente observando el perfil de cada cliente que ingresaba en la prestigiosa librería de este pueblo:

El primero entró a refrescarse por el aire acondicionado, haciéndose el interesado en un libro de Ibarrechea. Una vez que secó su transpiración se retiró apresuradamente.

El segundo preguntó dónde estaba la parada del colectivo.

El tercero, dijo que lo mandaban para conseguir cambio de $500.

El cuarto, dijo que venía a devolver el libro de Ibarrechea porque el final lo dejó pensando. Quería la devolución de los $1.100 que pagó por el ejemplar.

El quinto y último en toda la mañana, entró a preguntar si alguien sabía cuando llueve.

En todo ese tiempo estuvimos leyendo algo.

Aquí, entonces, les mostramos una recopilación de lo que creemos haber leído y memorizado en esta tórrida siesta.

Dice Walter Quinteros
Traidoras

Las nubes se subieron al primer viento que pasaba 
y me dejaron solo, 
cara a cara con el sol
mientras me despojaba de las últimas espinas.


Dice Rocío Jiménez
Soy la que ordena el límite

Le dijo la madre al niño
y él se quedó mudo de lágrimas
soy la que prohíbe elegir el camino
le dijo la madre al niño
y él se tragó el dolor de todos los hombres.

Dice Ailén Orellano
Lujuria

En un rincón está
                         tu borde y mi hondura.
Y en el otro,
el encuentro del exceso
                         de uniones
metidos en un mismo hueco.

Dice Marta Comelli
No me agobian los gritos
en este desierto inanimado.
Es la sal.
Es la sal roja en la comisura de la boca
cuando el agua falta,
la palabra.

Dice Alicia Álvarez
Esta pequeña ventana
quema siesta y madera
la liebre —yo— ésta
huyendo de la madre
que me asfixia.

Dice Rubén Capodaqua
Los cuerpos
se recuestan y aman
en la moldura de la siesta.
Hay rubor en el rostro del sol
en la cara lavada del aire.

Dice María Favetta
Renuncio al espanto
al oprobio
a la agonía
a la injusticia

Me endulzo la piel
con un baño de sueños.
Mística y gentil
le pido a la vida
                            otra oportunidad.

Dice Daniel Salzano
Cuando los ingleses inventaron el fútbol,
se olvidaron del arquero.
Citaban por ejemplo a los hombres de Unquillo,
para jugar contra los de Mendiolaza,
inflaban una vejiga de vaca y la hacían circular por el departamento Colón 
a las patadas.
Los partidos terminaban al anochecer
y nadie conocía el resultado.
El arquero se inventó para no tener que ir 
a buscar la pelota a Río Ceballos.
Primera condición:
Para ser arquero, hay que tener voluntad de servicio.

Bueno, basta por hoy. Hace un calorononón intolerable, como para andar leyendo antologías no autorizadas.

Fuente: https://diceelwalter.blogspot.com

Comentarios