ESTAMOS VIVOS DE MILAGRO



¿En qué lugar de la Carta Orgánica dice que no nos pueden espiar?

Espíen, amigos lectores esta nota y sepan cómo actúan los Servicios de Inteligencia y los agentes secretos un poquito mejores que el impresentable de Marcelo D’Alessio.

Recordemos: "El escándalo D'Alessio" hace referencia a un escándalo político y la causa judicial que investiga si una organización bajo el control de agentes o exagentes de inteligencia. Los llamados -orgánicos e inorgánicos- ligados con agencias de inteligencia nacionales o internacionales que habría realizado a partir de diciembre de 2018 actividades delictivas de diversa índole vinculadas al espionaje ilegal en los ámbitos judicial, político, empresarial y periodístico.
El caso se inició luego de la denuncia del productor agrario Pedro Etchebest al falso abogado Marcelo D'Alessio y al fiscal Carlos Stornelli, por una presunta extorsión para no involucrarlo en la Causa de los cuadernos.

Los tiempos han cambiado y la tecnología renovó por completo el estilo de los espías. La irrupción estelar del incalificable Marcelo D’Alessio renovó el interés por los que trabajan entre las sombras, sean agentes orgánicos (con carnet) o inorgánicos (técnicamente no existen, y si caen no los conoce nadie).


La tecnología simplificó mucho el trabajo de los artesanos del fisgoneo y debe haber dejado a muchos en la calle. Han surgido sistemas muy sofisticados para conseguir información. Entre todos ellos la vedette es el sistema Pegasus. Desarrollado por el NSO Group, hace dos años provocó un escándalo de espionaje contra periodistas y políticos en México. Según ha trascendido, nuestro gobierno también adquirió el simpático sistema.


Pegasus, es un spyware instalado en dispositivos que ejecutan ciertas versiones de iOS, el sistema operativo móvil de Apple, desarrollado por la firma cibernética israelí, NSO Group. Descubierta en agosto de 2016 después de un intento fallido de instalarlo en un iPhone perteneciente a un activista de derechos humanos, una investigación reveló detalles sobre el software espía, sus capacidades y las vulnerabilidades de seguridad que explotó. Pegasus es capaz de leer mensajes de texto, rastrear llamadas, recopilar contraseñas, rastrear la ubicación del teléfono y recopilar información de las aplicaciones. Es capaz de acceder a diálogos telefónicos, mensajes privados, imágenes, videos y lo escrito en las redes sociales. También puede grabar charlas con el aparato apagado. La compañía que creó el spyware, NSO Group, declaró que brindan a "los gobiernos autorizados tecnología que los ayuda a combatir el terrorismo y el crimen".

¿Cómo funciona? A partir de un click inocente en un link cualquiera. Esto activa la instalación automática del programa que, desde ese momento, accederá sin que la víctima sepa a la cámara y al micrófono del celular. “Una vez infectado es prácticamente imposible salvarse del malware advierte John-Scott Railton, investigador del Citizen Lab, de la Universidad de Toronto, el teléfono se convierte en un espía en tu bolsillo”.

¿Qué cosa son los agentes de inteligencia? ¿Qué hacen? ¿Para quién trabajan? ¿Hay alguna relación directa entre la palabra Inteligencia y la idea de inteligencia, en tanto virtud?

La etimología nos dice que la palabra proviene del latín intelligentia, que a su vez deriva de inteligere, una palabra compuesta: intus (entre) y legere (elegir). Alguien es inteligente, entonces, si es capaz de elegir la mejor opción entre todas, para solucionar un problema.

Los espías, la Inteligencia, existen desde que el mundo es mundo. Sun Tzú, célebre estratega militar chino al servicio del rey Helü de Wu, que vivió cuatro siglos antes de Cristo y escribió el ultra citado El arte de la guerra, le dedicó un capítulo entero al espionaje. “La información previa no puede obtenerse de los espíritus, ni de las divinidades, ni del recuento de los acontecimientos pasados, ni de los cálculos. Se obtiene mediante agentes secretos, hombres sigilosos que conocen o descubren la situación del enemigo”, escribe.

Sun Tzú también señala las virtudes del buen espía: “Deben ser inteligentes pero de aspecto estúpido, intrépidos pero de apariencia inofensiva; hombres ágiles, audaces y valientes que sepan hacer trabajos humildes y sean capaces de soportar el hambre, el frío, la suciedad y la humillación”.

El 23 de marzo murió, a los 92 años, Rafi Eitan, jefe del célebre comando israelí que secuestró en Argentina a Adolf Eichmann, el jerarca nazi que organizó el siniestro sistema de la “solución final” ordenado por Hitler. Se hicieron muchas películas sobre el caso. La última, Operación Final, de 2018, puede verse en Netflix. Ese era un espía.

Margaretha Geertruida Zelle, una exótica bailarina holandesa más conocida como Mata Hari, que fue espía alemana durante la Primera Guerra pero fue descubierta en París por las fuerzas francesas que la acusaron de espionaje y traición. La fusilaron el 15 de octubre de 1917. Su mito tiene más que ver con su estilo escandaloso para la época, (bailaba desnuda) que por su talento para el fisgoneo.

María Estela Martínez, luego Isabel Perón, es un caso muy poco conocido de espía con escasa virtud. Tanto su biógrafa, la investigadora María Sáenz Quesada, como el historiador Felipe Pigna, han confirmado que la ex presidenta formaba parte de un ballet preparado por espías de la dictadura argentina para conseguir información sobre Perón. Sin embargo, cuando la futura Isabelita contactó al general, decidió pasarse de bando. ¿Supo Perón que la seductora bailarina había llegado para espiarlo? Parece que sí. Pero decidió seguir con ella. ¿Por qué? Según Andrés López y Ramón Landajo, colaboradores de Perón en aquel exilio, Perón se reía, despreocupado, porque “Esa muchacha no sirve ni para espiar”. Quién sabe. Otra teoría es que ella fue utilizada por Perón para enviar información falsa, lo cual suena bastante más creíble. Finalmente, triunfó el amor.

(Recomiendo leer a Felipe Pigna sobre el caso de la espía Isabel)

¿Son todos malos los Servicios de Inteligencia? No, para nada. Cualquier país soberano los necesita, siempre que trabajen (esto parece una obviedad, pero si uno repasa la historia reciente, ya no) a favor del país, es decir, de su gente. Parece fácil. No lo es.

El primer Servicio de inteligencia en el país fue nuestra espía Ana Perichón, amante del virrey Liniers, el mejor, el de Güemes, para controlar los movimientos de los Realistas.

El 6 de mayo de 2016, mediante el decreto 656, el presidente Macri derogó el decreto 1311/15 firmado un año antes por la ex presidenta Kirchner, que habilitaba el acceso público a la información sobre el uso de los fondos que manejaba la AFI, salvo los destinados a trabajos específicos de Inteligencia que, de todas maneras, debían quedar todos registrados, con documentación que los respaldara. ¿Qué había pasado?

En diciembre de 2014, en medio de una guerra fría a la criolla, Jaime Stiuso, líder histórico de los espías desde tiempos de la dictadura, aceptó un reportaje y apareció en la tapa de una revista. Too much. Cristina Kirchner decidió echarlo. Ese despido puso muy, pero muy nervioso, al fiscal Nisman, que recibía toda la data para la causa AMIA de manos del espía y casi amigo, y temía seguir el mismo camino. Nisman murió asesinado, ahora se sabe.

Con presupuesto suficiente y sin tener que rendir cuentas, la AFI de Gustavo Arribas (el amigote “más piola y tramposo que tengo”, palabras de Mauricio Macri), inició un proceso de renovación reclutando a jóvenes menores a 30 años en diferentes universidades. Todo muy discreto y formal. El pibe se te acerca y te pide fuego, te dice, qué gobierno de mierda, aumentaron los cigarrillos, vos dijiste que si, que es un gobierno de mierda. Y tu foto y tu voz, caen en el sistema Pegassus.

Estos pibes, una vez contactados, debían completar un curso previo. Allí los anoticiaban de ciertas condiciones no negociables: a) Recibirán una identidad falsa. b) Como parte del trabajo, podrán darle información falsa a sus allegados. c) Cada uno tendrá a cargo el espionaje de algún compañero. d) Todos, a su vez, serán espiados. e) Nadie sabrá quién es el que sigue sus pasos.

(Ver articulo del 30 de octubre "El espía que sabía demasiado")

Al menos en junio de 2018, con el dólar a 25, ofrecían un sueldo inicial de 30.000 pesos, todos registrados como becarios del Conicet. Siempre y cuando pasaran con éxito el examen físico, el psicológico y un test de capacidades cognitivas. ¡No cualquiera llega a ser un Marcelo D’Alessio, jóvenes emprendedores del espionaje patrio!

Otro detalle. Si existe la Inteligencia (conseguir información que no se tiene) también hay Contrainteligencia, el arte de evitar que alguien obtenga datos que deberían permanecer secretos.

En los archivos de la febril computadora de D’Alessio ‒explicó el juez Ramos Padilla en el Congreso‒, figura una carpeta llamada Operación Jaitt, donde se habla de un trabajo de contrainteligencia en el programa de Mirtha Legrand del 31 de marzo del año pasado. Frente a las cámaras, Natacha Jaitt, ensimismada por una súbita cruzada moral, y coucheada por una ex agente de la AFI, prendió el ventilador y acusó de pederastas a varios. Natacha Jaitt no hizo más “investigaciones”. Fue encontrada muerta sobre una cama en un salón de fiestas de Benavídez, el 23 de febrero pasado.



Parece que todo tiene que ver con todo.


Bueno pero ahora tenemos otro problema: El presidente electo Alberto Fernández deslizó a la embajadora de Israel en la Argentina, Galit Ronen, la posibilidad de que cuando asuma el poder en la Casa Rosada decida derogar el decreto que firmó Mauricio Macri para declarar a Hezbollah como organización terrorista. Sucede que la iniciativa de Fernández despertó mucha preocupación en la diplomacia de Jerusalén, y hay también una alerta en la comunidad judía local y en Estados Unidos. Por eso de las escuchas ¿vio?

La Argentina no es el único país que había dado el paso de declarar a Hezbollah (Partido de Dios, en árabe) cuyo jefe es Hassan Nasrallah, como “organización terrorista”. El lunes 22 de julio de 2013, reunidos los 28 ministros de exteriores de las naciones que conforman la Unión Europea (UE), se había tomado la misma decisión. Mucho antes lo habían decidido Estados Unidos, Canadá, e Israel. Y más recientemente, en febrero de este año, el Reino Unido lo incluyó en su listado. En la región, la actividad de la milicia nacida en el Líbano se concentra en varias zonas, sobre todo en la Triple Frontera y Venezuela, donde el régimen chavista le da amparo absoluto de la mano de uno de los hombres fuertes del régimen, Tarek El Aissami, actual ministro del Poder Popular para Industrias y Producción.

Es en el límite entre la Argentina, Paraguay y Brasil donde se planifica toda la estructura criminal en América Latina: desde el lavado de activos hasta el narcotráfico, donde El Aissami tiene cuentas que resolver con la justicia norteamericana. En ese triángulo fronterizo también se ideó cómo sería el atentado que terminaría con la vida de 85 argentinos cuando Hezbollah organizó el ataque contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) el 18 de julio de 1994, en Buenos Aires de acuerdo a la justicia federal del país. Para los magistrados está probada la participación de esta organización y de la teocracia iraní, creadora y principal sostén de los extremistas chiítas, en el brutal crimen.

Aviso: Tres de cada diez personas te están controlando en la triple frontera.


Y todo lo que falta saber, todavía.


Nos dice un informador:  Sépanlo, amigos: estamos vivos de milagro.

Walter R. Quinteros / Con información de masfm935 / Infobae / Quiénes & Porqué

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