¿VUELVE LA CORRUPCIÓN, EL NARCOTRÁFICO Y EL CRIMEN ORGANIZADO?

Por Christian Sanz

Déjà vu

Parece un mal sueño, o más bien una pesadilla. Una suerte de déjà vu de aquello que uno ya ha vivido en los idus del 2003, cuando el kirchnerismo aterrizaba por primera vez en el poder.

Alberto Fernández es el claro ganador de las elecciones de este domingo y todo indica que habrá una remake de lo que fueron aquellos días. Con todo lo que eso implica.

El retorno de impresentables de la talla de Enrique Albistur y Héctor Capaccioli, entre otros. Todos ellos con frondosos prontuarios. ¿O acaso nadie recuerda que ambos debieron dejar el poder hace una década en medio de duros y documentados cuestionamientos?

Esta tarde, uno y otro festejaban en el búnker de Alberto, a sabiendas de que volverán con tanto o más poder que el que ya ostentaban.

No son los únicos: Juan Manzur, Ginés González García y Felipe Solá son otros de los que regresan con Fernández. ¿Hace falta recordar que ninguno de ellos tampoco resiste el archivo?

Por caso, Manzur, quien es el actual gobernador tucumano, ya se frota las manos por los “negocios” que pergeña en torno a la salud. Como ya publicó este periodista, será una nueva versión de la “mafia de los medicamentos”, trama en la cual tuvo alta gravitación.

González García se ha vuelto millonario en medio de la discusión parlamentaria por los remedios genéricos, debate que impulsó e impuso —valga la cacofonía— en 2002. Es que, a través de puntuales testaferros, es el titular de dos de las droguerías beneficiadas por la medida.

Solá hizo lo propio cuando era secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, gracias a la venta de permisos “por izquierda” a buques que depredaron el mar argentino. Las denuncias del marino Roberto Maturana lo han demostrado con evidencia fáctica.

¿Y qué decir sobre Cristina Kirchner, quien carga con 13 procesamientos y 7 pedidos de prisión preventiva? ¿Cómo es posible que alguien pueda votar a alguien con semejante prontuario?

Como se dijo, estos son los personajes que vuelven de la mano de Alberto, y nada indica que vayan a volver “mejores”, como dice el candidato del Frente de Todos. Más bien, todo lo contrario.

Este domingo, de hecho, Fernando Esteche, salido de prisión hace poco y nada, salió a hacer catarsis a través de su cuenta de Twitter. “Mañana feriado bancario, cambiario, cierre total de fronteras para que no se escapen los ruines, apertura de cárceles para liberar los presxs politicxs y encarcelamiento masivo de los ladrones”, sostuvo el siempre polémico líder de Quebracho.

¿Hablaba solo en su nombre o en el de todo el kirchnerismo? Por lo pronto, nadie del seno de ese movimiento salió a repudiar sus palabras. No es un dato menor.

“Yo te puedo hacer mierda”, solía decir el entonces jefe de Gabinete Fernández a quien escribe estas líneas. Era el año 2004 y la furia de los K se veía motivada por las notas de investigación que publicaba en este mismo portal, donde quedaban expuestos los desaguisados de Julio De Vido, Aníbal Fernández, Ricardo Jaime, Ricardo Echegaray, y tantos otros.

Fueron años duros para el periodismo independiente, con aprietes, amenazas, juicios, carpetazos y otro tipo de embestidas. Escraches públicos, apariciones en programas como 678 y señalamientos por cadena nacional. Solo por mostrar la corrupción K.

Este cronista lo sufrió en carne propia, no solo por los informes de 678, Duro de domar y otros similares, sino además por la catarata de querellas penales por parte de los funcionarios K.

Néstor dio la orden a sus principales hombres de litigar contra este periodista, todos al mismo tiempo. Tanto es así, que Aníbal Fernández llegó a hacer dos juicios consecutivos contra quien escribe estas líneas. Uno en 2005 y otro en 2009. En ambos, dicho sea de paso, el exfuncionario terminó vencido.

Lo antedicho denota el pavor que el kirchnerato le tiene al periodismo. No por nada: los periodistas fueron los únicos que han logrado destapar los interminables chanchullos que estos pergeñaron durante tantos años. El trabajo de la prensa ha superado al de la justicia, aunque duela decirlo.

Y, aunque Alberto jure que ahora serán más tolerantes, los K solo han mostrado lo contrario. Él mismo ha maltratado a hombres y mujeres de prensa en las últimas semanas, solo porque se atrevieron a preguntarle cuestiones triviales, relacionadas a su compañera de fórmula, la esquiva Cristina.

Está claro que todos esos “vicios” volverán de la mano de Alberto. Porque es la naturaleza de estos tipos. Son el escorpión encima de la rana intentando cruzar el río. El final de esa parábola es harto conocido: el aguijonazo termina matando al batracio.

Es lo mismo que ocurrirá durante el próximo gobierno K. Porque, como dijo alguna vez Karl Marx, la historia se repite dos veces, “la primera en forma de tragedia y la segunda en forma de farsa”.


Christian Sanz / Tribuna de Periodistas

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