UN JUEGO MACABRO


Por Oscar Antonio Moyano
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Un juego macabro que todo el mundo dejaba pasar.
Nuestra educación, como todo el mundo sabe, fue más estricta que la de la actualidad. Hace cincuenta años, no nos dejaban entrar a la escuela, con el guardapolvo sucio y menos sin él. No podíamos llegar tarde y nuestros guardapolvos, eran duros como una caparazón de tanto almidón que les ponían, nos hacían formar y tomar distancia. Nos hacían forrar los cuadernos y nos calificaban hasta por la caligrafía. Nos miraban las uñas de la manos y revisaban la cabeza, por los molestos bichitos.
Algunas maestras se excedían tocando la cabeza de los alumnos con el puntero, cuando se portaban mal y otras hasta le ponían un bonete al que no había estudiado ó hecho los deberes.
Hoy leyendo en los periódicos, los numerosos casos de femicidios y maltratos a la mujer que hay, siendo tan estrictos en la educación en aquella época, no comprendo porque permitían este macabro juego, que ahora me referiré?.
Deseo que las Sras de este grupo que superan los cincuenta años de edad, cuenten con sinceridad, las veces que en los recreos jugaban, con las compañeritas haciendo una ronda, cantando ” Piti pititero, mató a su mujer, con un cuchillito de punta alfiler, le saco las tripas y se puso a vender, vendo tripas frescas de mi …pobre …. mujer”.

Oscar Antonio Moyano / Córdoba de Antaño

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