CHISTE INOLVIDABLE




Por Viva Porú

Un texano, de visita en México, va a comer a un restaurante típico vecino a un estadio de corridas de toros. Mientras saborea su tequila observa que, en la mesa vecina, el mozo le lleva al cliente un plato que se ve y huele muy bien, y que parece muy sabroso.

—¿Qué es lo que pidió ese hombre? Parece muy tentador... —le pregunta entonces al mozo cuando éste va a tomarle el pedido.

—¡Ah, señor! —dice el camarero—. Tiene usted muy buen gusto. Son “Cojones de toro”, que provienen del animal que participó en la corrida de la mañana.

—¡Pero qué diablos! —exclama el texano—. ¡Tráigame también a mí! Quiero probarlo.

—Me disculpará usted, señor, pero sólo hay un plato diario porque, últimamente, sólo tenemos una corrida por día. Pero si usted viene más temprano mañana podrá ordenarlo, y seguramente le encantará.

Al día siguiente, el texano vuelve al restaurante y llama al mismo mozo.

—¿Y? ¿Tiene la delicatessen del día? —le pregunta.

—Ah, sí, señor. Ya mismo se la traigo.

Cuando le llevan el plato, el texano empieza a comer pero titubea un momento y llama al mozo.

—Sí, están muy bien... Son sabrosos —le dice—, pero son mucho más chicos que los de ayer. ¿Por qué es eso?

El camarero se encoge de hombros y responde:

—Señor, es que a veces gana el toro...

Ji jí.

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