Carta abierta al señor Alberto Ángel Fernández
Te cuento Alberto, que cuando en 1992 nació mi primer nieto. Salí a comprar un teléfono celular un Motorola, paras mayores datos y, creo que la primera empresa era Movistar, después me pasé al Nokia 2160 de la empresa Miniphone.
Lo que quiero decirte, a vos que te la das de fanfarrón, a vos que te mostrás irónico y hacés lucir esa sonrisa burlona, que yo no conozco abuelo que no tenga celular y, si vos decís lo contrario, tapame la boca y dibujá un "proyecto inclusivo" y cambiame el Sansung Galaxy que tengo ahora por uno de última generación, bien "Nac&Pop".
Creo que tengo teléfono celular hace más de 25 años, Alberto.
Porque no se si vos sabés, Alberto, que en una época muy lejana, allá lejos y hace tiempo, cuando los teléfonos móviles llegaron a nuestras vidas aún no eran “inteligentes” como crees que sos vos. Eso sí, cumplían con su función principal, la de comunicarnos a través de llamadas.
Y te cuento que a veces, me llamaba una señorita para decirme que se me habían vencido las facturas de los servicios, impuestos, etc. esas cosas que, entre otras, sirven para pagarles el salario a los políticos como vos, Alberto.
Y ya jubilado desde el 2000, me di el "lujete" de comprarme el Nokia 3310, paquetería pura. Les mandaba mensajitos a mis nietos, ellos me contestaban algo así como "tkm abu".
Vos podés hacer lo mismo, si llegás a presidente, mensajeame, mandame frases como: "Te Depositamos el Sueldo", "Habilitamos un micro para que te lleve a Termas" o de última "Feliz cumple, cascarrabias".
Walter Ricardo Quinteros / Quiénes y Porqué
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