PARA EL GOBIERNO QUE VIENE




El proyecto de presupuesto de 2020 no se tratará antes de las elecciones del 27 de octubre, porque el oficialismo y la oposición prefieren concentrase en la campaña electoral y delegar las gestiones parlamentarias a quien resulte ganador.

"Corresponde que se debata después de las elecciones como ya hicimos en 2017", recordó Mario Negri, jefe del interbloque de Cambiemos en Diputados, minutos después de la presentación de Hernán Lacunza en el salón Delia Parodi del Congreso. Pero no descartó empezar con reuniones en noviembre, o sea, después de consagrarse un nuevo presidente y con la actual composición del Congreso.

En este sentido, Agustín Rossi, jefe del peronismo, sostuvo que en caso de un triunfo de Alberto Fernández podría adelantarse la discusión a noviembre "pero casi con seguridad va a ser un Presupuesto que se va a aprobar en las sesiones extraordinarias de diciembre con el presidente electo. Eso es lo razonable".

El economista Marco juan lavagna dijo que: "Casi toda la oposición consideró que la presentación del ministro fue con supuestos demasiado auspiciosos y que es necesario definir un plan financiero para que el presupuesto tenga sentido". "Hay algunos aspectos y variables un poco optimistas. La presentación fue más un ‘raconto' histórico que ver cómo vamos a solucionar los problemas el año que viene y los siguientes".

Así pues, el bloque justicialista presidido por Pablo Kosiner fue menos protocolar: "Lo que el ministro definió como ‘inconsistencias' o ‘descoordinaciones', nosotros lo llamamos fracaso del programa económico", afirmaron en un comunicado.

En tanto, el diputado nacional Daniel Lipovetzky se refirió al debate por el presupuesto 2020 en el Congreso, que comenzó con la presentación del ministro de Hacienda, Hernán Lacunza: "Va a ser difícil que se discuta el Presupuesto antes de las elecciones. Se cumplió con los tiempos que establece el calendario", y reconoció que sería un error "discutir el presupuesto sin la intervención de quienes sean el nuevo Gobierno".

El ministro Lacunza se tomó casi una hora para presentar el Presupuesto Nacional. Estuvo acompañado por el presidente de la Cámara, Emilio Monzó, el presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, Luciano Laspina, y su par en el Senado, Esteban Bullrich.

El proyecto prevé gastos por 6.068.237 millones de pesos basados en un pronóstico de crecimiento del 1% sostenidos básicamente en un aumento del 7% de la exportación, un dólar de 67 pesos y una inflación de 34,8%. Según publicamos ayer.

Lacunza había mostrado un cuadro que lo llamó el "Trilema de la Argentina", que también podría ser definido como el "triángulo de las Bermudas", según él mismo adelantó. Se trató de la presentación de las tensiones de nuestro país entre inflación, tarifas y crecimiento para alcanzar un resultado aceptable para el mediano y largo plazo.

Alberto Fernández sostuvo que los acreedores de la deuda externa "quieren discutir con el que piensan que puede ser el próximo Gobierno" y dijo que el presupuesto de 2020 debería discutirse luego de las elecciones del 27 de octubre. El candidato presidencial del Frente de Todos además matizó la polémica que protagonizó esta semana con el gobernador cordobés Juan Schiaretti y negó haberle pedido un plan económico a Carlos Melconian, uno de los nombres que circuló en los últimos días como posible integrante de su eventual gabinete. El dirigente opositor explicó que no leyó el proyecto que presentó este lunes en el Congreso el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, pero resaltó que, según escuchó, la iniciativa "tenía algunos errores". Entrevistado por Roberto Navarro en El Destape Radio, el exjefe de Gabinete planteó que la aprobación del presupuesto "puede esperar", ya que "debe darse luego del 27 de octubre". "Es una discusión que debe darse a partir de una nueva realidad política que tiene chances de instalarse", afirmó. 

Fernández también cuestionó el proyecto que presentó el Gobierno nacional para renegociar los vencimientos de la deuda pública de jurisdicción local. "Lo ideal sería es que una vez que se terminen las negociaciones (con los acreedores), eso lo manden al Congreso para que las aprueben. Me parece que ese es el método. Lo que está pidiendo el Gobierno, en cambio, es dame autorización para negociar. ¿Para que sirve eso si después no va a haber aprobación de lo negociado?", argumentó. 

Quiénes & Porqué / Fuente: Nova / Perfil / Infobae

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