Por Viva Porú
Ayer, una profesora del secundario de una prestigiosa Institución de este pueblo, le preguntó a sus alumnos:
—A ver, ¿quién puede responder qué parte del cuerpo aumenta diez veces su tamaño cuando es estimulado?
Nadie responde durante un momento, hasta que una alumna llamada Florencia, de reconocida familia conservadora y nariz parada, se pone de pie y le dice:
—Profesora, usted no debería preguntarnos eso. Cuando regrese a casa se lo voy a contar a mis padres, ellos la denunciarán ante la dirección y a usted la despedirán.
La profesora ignora lo que le dice Florencia y vuelve a preguntar a la clase:
—¿Quién sabe qué parte del cuerpo aumenta diez veces su tamaño cuando es estimulado?
La alumna Florencia se enoja, mira a los compañeros que están junto a ella y exclama:
—¡Va a tener problemas esta mujer! ¡Muchos problemas!
La docente continúa ignorando a Florencia y pregunta:
—¿Nadie lo sabe?
Entonces Juan Alberto, algo nervioso, se pone de pie y exclama:
—La pupila del ojo, profesora. Que en la oscuridad aumenta diez veces su tamaño.
—¡Muy bien, Juan Alberto! —lo felicita la profesora, y luego se vuelve a Florencia y le dice: Señorita, debo decirle tres cosas:
Primero, usted tiene una mente muy sucia.
Segundo: no estudió la lección.
Y tercero: sepa que dentro de algunos años, usted se va a llevar una terrible desilusión.
Ji jí.
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