EL PILOTO DE TORMENTAS




Por Walter R. Quinteros

La Unión Industrial Argentina, conmemorará este lunes, el día de la Industria. Algo así como un cumpleaños sin torta.

Aunque la entidad nació un 7 de febrero de 1887, con la celebración de una asamblea que convocó a 900 personas, se dio origen a esta institución. El presidente de la entidad era el senador Antonio Cambaceres, quien gestionó el primero de los censos industriales. Aquel relevamiento registró 400 emprendimientos que daban trabajo a 11 mil obreros.

Si tenemos en cuenta que los datos de la entidad fabril indican que la actividad cayó un 8,3% en el primer semestre, este lunes será una celebración, casi triste, y en especial, para las pyme.

Pero a esa fiestita, asistirán, como padrinos pobres, el presidente Mauricio Macri y el actual ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica. Será en la sede, en el edificio Carlos Pellegrini, que fue adquirido en 1922, y que se encuentra ubicado en Avenida de Mayo 1147. 

Allí, la UIA tiene previsto, elaborar un plan productivo e integral para cuatro años, que será entregado a los principales candidatos, en este marco de campañas electorales.

El director ejecutivo de la UIA, Diego Coatz, señaló estos días que "Apuntamos a tener una macroeconomía que favorezca la producción y el trabajo argentino, que favorezca las exportaciones, la generación de valor y el conocimiento. De recuperar la previsibilidad cambiaria, las cuestiones relacionadas con las tasas de interés, y fomentar las exportaciones con valor agregado". 

Asimismo, Coatz espera que en las próximas semanas, pueda avanzarse en una agenda de trabajo con los referentes de las distintas fuerzas políticas. 

Muy bien, solo que nada menos que cuatro años, dejaron pasar.

Pero haciendo un poco de historia, vamos a recordar porqué se celebra el día de la Industria Nacional el 2 de septiembre: Desde 1941 se celebra en Argentina el 2 de septiembre como el Día de la Industria. Paradójicamente, para homenajear a la Industria Nacional se eligió un hecho delictivo, concretamente, un episodio de contrabando. Eso fue lo que ocurrió aquel 2 de septiembre de 1587 en el territorio que hoy conocemos como la República Argentina y que entonces pertenecía al Virreinato del Perú.


El calendario recuerda aquel 2 de septiembre de 1587 cuando zarpó del fondeadero del Riachuelo, que hacía las veces de puerto de Buenos Aires, la carabela San Antonio al mando de un tal Antonio Pereyra con rumbo al Brasil. La San Antonio llevaba en sus bodegas un cargamento proveniente del Tucumán, fletado por el obispo de esa ciudad, Fray Francisco de Vitoria. Se trataba de tejidos y bolsas de harina producidos en la por entonces próspera Santiago del Estero. Lo notable es que dentro de las inocentes bolsas de harina, según denunció el gobernador del Tucumán, Ramírez de Velasco, viajaban camuflados varios kilos de barras de plata provenientes del Potosí, cuya exportación estaba prohibida por Real Cédula. Es decir que la "primera exportación argentina" encubre un acto de contrabando y comercio ilegal.

Y bueno, así nos va desde entonces.

El Obispo Francisco de Vitoria había servido en Charcas a un mercader y allí pudo entablar relaciones comerciales con los miembros más notables de la Audiencia, lo que le permitió obtener un permiso para importar esclavos desde el Río de la Plata. Hasta entonces no había entrado ni un solo esclavo por Buenos Aires. Vitoria fue el pionero del tráfico negrero en estas tierras, y el tipo era Obispo.


El desarrollo industrial en estos territorios tardaría siglos en llegar. Recién hacia fines del siglo XVIII arribaron a Buenos Aires las primeras manufacturas inglesas, pero la masiva penetración de bienes importados imposibilitó el desarrollo industrial, que debió esperar largamente hasta entrado el siglo XX. El debate entre librecambistas y proteccionistas se extendió largamente durante los siglos XIX, XX y continúa en nuestros días.

Es algo así como un deporte nacional.

Pero vamos a recordar a Carlos Enrique José Pellegrini Nacido en Buenos Aires, 11 de octubre de 1846 y que  falleció el 17 de julio de 1906.
Pellegrini fue un abogado, retratista, periodista, traductor público y político que se desempeñó en la Legislatura Nacional y el Ministerio de Guerra y Marina y fue electo vicepresidente de Argentina en el año 1886. 

Fue el décimo primer Presidente de la Nación Argentina por ser el vicepresidente en ejercicio en 1890, cuando asumió la presidencia del país como consecuencia de la renuncia de Miguel Juárez Celman tras los sucesos conocidos como Revolución del Parque, hasta completar el mandato en 1892.

Como presidente Pellegrini tuvo que enfrentarse a una profunda crisis económica en medio de un caos reinante, producto de los estallidos revolucionarios. Durante su gestión de veintiséis meses sacó al país de una grave crisis, fundamentalmente económica, al sanear las finanzas y fundar el Banco de la Nación Argentina. Tales medidas dieron lugar a una economía muy próspera en los años inmediatamente posteriores, y por tal motivo fue conocido como "el piloto de tormentas".

Durante su gestión se eliminó la censura y el estado de sitio que regía desde el gobierno de Juárez Celman.

Fue uno de los primeros políticos que sostuvo una postura industrial para la Argentina, en una época en que el negocio del país era exclusivamente la exportación de materias primas y la importación de productos manufacturados. También fue uno de los primeros partidarios por los derechos civiles de las mujeres en Argentina, solicitando que se les reconociera el derecho a voto político.

Carlos Pellegrini, entre otras cosas nos dijo: 

"El libre cambio mata a la industria naciente. Los que han defendido ciegamente teorías sostenidas en otras partes no se han apercibido que apoyaban intereses contrarios a los suyos. Cuando esta cuestión se discutía en el Parlamento inglés, uno de los ilustrados defensores del libre cambio decía que él quería hacer de la Inglaterra la fábrica del mundo y, de la América, la granja de la Inglaterra. Y decía una gran verdad, que en gran parte se ha realizado porque en efecto nosotros somos y seremos por mucho tiempo, si no ponemos remedio al mal, la granja de las grandes naciones manufactureras (...) Yo pregunto, Sr. Presidente, ¿qué produce hoy la provincia de Buenos Aires, la primera provincia de la República? Triste es decirlo. Sólo produce pasto y toda su riqueza está pendiente de las nubes. El año que ellas nieguen riego a nuestros campos, toda nuestra riqueza habrá desaparecido. Es necesario que en la República se trabaje y se produzca algo más que pasto".

"Si el libre cambio desarrolla la industria que ha adquirido cierto vigor y le permite alcanzar todo el esplendor posible, el libre cambio mata la industria naciente. La agricultura y la ganadería son dos grandes industrias fundamentales; pero ninguna nación de la tierra ha alcanzado la cumbre de su desarrollo económico con solo estas industrias. Las industrias que las han llevado al máximum de poder son las industrias fabril, y la industria fabril es la primera en mérito y la última que se alcanza, porque ella es la más alta expresión del progreso industrial".

"Me dirán ¿qué hay que hacer entonces?. Pero, lo que hace el agricultor que pierde su cosecha: aguantar; se aprieta la barriga y economiza todo lo que puede, mientras vuelve a sembrar. Proteger la industria por todos los medios; ¡Y dejarse de Bolsa y Tesoros y bimetalismo y música celestial!".

No se olviden, el lunes 2 de septiembre, es el día de nuestra Industria Nacional.

Walter R. Quinteros / Quiénes & Porqué




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