ANOCHE TUVE UN SUEÑO



Opinión. 
Por Walter R. Quinteros

Anoche tuve un sueño, y en ese sueño me veía solo, en un escenario, tal vez de un gran cine o teatro, con una luz sobre mi cabeza que me iluminaba y les permitía a los concurrentes, mirarme, tal cual soy. Y yo les hablaba. Les promovía a todos ellos, los valores éticos que debían tener al pronunciar la palabra Patria. Los valores éticos que debían tener al hablar de Pueblo. La ética que debían tener al dirigirse a nosotros, los ciudadanos de esta gran Nación.

Anoche tuve un sueño, y en ese sueño me salían palabras que los incomodaba, porque les hablaba de la moral que debían tener para estar dónde están. Para que sean de ahora en más, decorosos cuando emplean términos en políticas económicas. Para que sean íntegros cuando nos hablan de políticas de salud. Para que sean rectos, cuando nos hablan de políticas en educación. Para que sean capaces, de una vez por todas, de cambiarnos la cara de pesimismo que arrastramos por largos años, y que nos mantiene cautivos, prisioneros de sus comportamientos reprobables. 

Anoche tuve un sueño, y en ese sueño les pedía, a ellos, los que estaban allí, sentados en las butacas mirándome, que sean capaces de regalarnos esperanzas, optimismo, porque miren ustedes —les decía—, para eso se propusieron. Para eso ustedes nos pidieron que los votemos, no para que enriquezcan su patrimonio. Entonces devuelvan esta confianza con compromiso. Los queremos escuchar de engrandecer la Patria, sin que perdamos los logros sociales. Sabido es que siempre habrá un niño abriendo puertas de coches, pero que sean poquitos, que apenas entren en mis manos juntas, que me alcancen los brazos para poderlos contener. Sabido es que siempre habrá madres solteras, hombres desocupados, gente sin techo, personas buscando trabajo digno. Sabido es que también habrá algo de inseguridad, como en toda sociedad. Pero les pido que cada vez, todas las veces, los índices sean menores. Por eso les hablo de ética. 

Y en ese sueño, pude hablarles de las desigualdades. ¿Saben que un hombre murió solo y de frío en un vagón de trenes, cargado de tristezas, allá en mi pueblo, y que al otro día, los funcionarios responsables, ponían la tarjeta en el cajero para ver si estaba depositado el salario del mes? Tengan ética. Porque con esas acciones, también se muere el respeto y la tolerancia. Y de nuestras mujeres, si ustedes tienen ética, no pueden permitir que la remuneración de ellas sea menor a la del hombre por la misma tarea que desempeñan. Y tengan ustedes, la suficiente inteligencia para no hablarnos de gestiones ni de proyectos que jamás realizarán, no nos vengan con simples expresiones de deseos para cosechar un voto. Sean dignos, porque nuestros jubilados tienen dignidad, y también la tienen todos los emprendedores, y los de las PYME, y todo aquel que hizo y hace grande mi Patria. Hablen de las obras que hacen con nuestros aportes, y de la riqueza de nuestro mar, de la defensa de nuestro cielo, de nuestras Fuerzas Armadas, de nuestra tierra, de nuestros ríos, de nuestra minería. Sean entonces claros, breves, precisos. Hablen con total franqueza, sobre nuestra Industria Nacional. Con respeto, cuando se dirijan hacia nuestros trabajadores. Con la deferencia necesaria, cuando hablen de nuestros pobres, de nuestros niños, de nuestros estudiantes y científicos. Resguarden y respeten nuestros símbolos patrios,  nuestra cultura y nuestras tradiciones. Y espero que tengan los valores indispensables para dirigir nuestra Patria y para que cumplan y hagan cumplir nuestros derechos, y todos nuestros sueños.

Dejen sus egos y mezquindades, sus oratorias absurdas. Ahora piensen en la grandeza de nuestra Patria. Porque en mi humilde concepto, ustedes, que no pasan hambre, ni tienen frío, tuvieron el enorme descaro de pedirnos el voto.  El enorme descaro.
Ahí lo tienen, festejen —les decía, en mi sueño de anoche—.

Walter Ricardo Quinteros / Quiénes & Porqué




Comentarios

  1. Ética, Moral, rectitud, decoro, deferencia, corazón, interés por los que menos tienen (salvo para el voto solo un número), son valores que solo en sueños pueden pedirse, aunque el puedo mantenga la esperanza de que tal vez, solo tal vez, algún día se enarbolen en los actos cotidianos de aquellos que dirigen el destino de nuestra amada PATRIA y no para pedirnos el voto, sino cada día mientras dure su mandato.

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