POLÍTICA
Sospecha de que la vice evitó que Bartolomé Abdala firmara la postergación de la sesión. El llamado de Santiago Caputo y la guerra contra Mauricio Macri
Por Pablo Lapuente
Ni los frenéticos llamados a gobernadores, ni el envío de operadores libertarios al Senado, evitaron que este jueves se iniciara la sesión para tratar los pliegos de Ariel Lijo y Manuel Garcia-Mansilla. Si bien la Casa Rosada negociaba hace días una tregua para evitar una gran derrota, cree haberse encontrado con un obstáculo interno no calculado: Victoria Villarruel, a quien señala como la responsable de la sesión.
Mientras tanto, el Gobierno admite que por ahora no tiene un plan B ante el rechazo a la propuesta de Lijo, mientras que dejará en manos de García-Mansilla la potestad de renunciar o no a su lugar en la Corte, ya que considera que el decreto que lo designó está vigente por lo que dure el periodo legislativo.
Lejos quedaron las propuestas alternativas al juez que evaluaban en Balcarce 50: la principal era la de Ricardo Rojas, un exjuez que el Presidente conoce hace diez años y a quien Milei le ofreció suceder a Rodolfo Barra en la Procuración del Tesoro.
La jugada de Victoria Villarruel que le adjudica la Casa Rosada
Primero fue el jefe del bloque de La Libertad Avanza, Ezequiel Atauche, quien intentó sin éxito sumar al temario el proyecto de Ficha limpia para presionar al kirchnerismo y lograr que no diera el cuórum que tanto le preocupaba al Gobierno. Más tarde, el propio presidente provisional de la Cámara alta, Bartolomé Abdala, amagó con firmar un decreto para postergar la sesión por dos semanas, por un pedido explicito de un hombre de confianza de Santiago Caputo. En el medio, hubo comunicaciones con mandatarios y distintos miembros de la cámara alta para pedirles que no bajen al recinto.
Con el correr de las horas, con lo que no contaba la Casa Rosada era con que la vicepresidenta, a cargo del poder Ejecutivo por el viaje a Estados Unidos de Javier Milei, se involucraría de forma personal para lograr que inicie el tratamiento de los pliegos. Fuentes cercanas a Villarruel se excusaron, al decir que no quería "estirar la agonía" que venía padeciendo el oficialismo desde hace largas semanas, en la que, incluso se involucró - también sin éxitos - el senador radical Eduardo Vischi, quien este martes apareció en la sede del gobierno para intentar convencer al asesor presidencial de bajar los pliegos para evitar una derrota.
Ante las múltiples presiones de la administración central, Villarruel llamó por teléfono a Abdala justo en el momento en que debía firmar el decreto que suspendería la sesión, tal cual lo exigía la cúpula libertaria, para que se dirija de manera urgente a su despacho. El pretexto era una reunión reservada entre ambos socios políticos, pero el objetivo real era evitar que el senador convalidara la postergación de la sesión, según la sospecha oficial que Letra P reconstruyó de fuentes de Balcarce 50.
Abdala era quien debía estar a cargo de la sesión debido a que Villarruel se encontraba ejerciendo la presidencia de la Nación y quien, en definitiva, era el responsable de firmar el decreto que le pedía el Gobierno para dar de baja la sesión. Es por eso que minutos después de este desenlace, la cuenta de Twitter atribuida a Caputo apuntó contra la titular del Senado sin rodeos. "¿Qué hace la vicepresidente de la Nación en ejercicio de la Presidencia en su despacho del Senado operando la la sesión de hoy? Casi seguro que es un delito eso", dijo.
CFK y Macri, también "culpables"
La vicepresidenta no fue el único blanco del Gobierno durante la jornada, en medio de una jornada carga de tensión y mal humor entre los principales funcionarios. De hecho, desde temprano, quizá atentos a que ya se venía una dura derrota en el Senado, distintos operadores libertarios daban cuenta de un acuerdo político entre Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri para habilitar el cuórum y voltear ambos pliegos.
Para la Casa Rosada, cada uno de los líderes de la oposición tenía sus razones: la presidenta del PJ insiste con su rechazo contra el catedrático, a quien ya había vetado desde un primer momento, y el líder PRO contra el juez federal, a quien no considera idóneo para ocupar un sillón vacante del máximo tribunal. De todos modos, ambos parecieron llegar a un acuerdo para marcarle a fuego a Milei su primera gran derrota legislativa y judicial en el inicio del año electoral.
La cuenta atribuida a Caputo también se refirió a ésto. "El kirchnerismo y un sector del macrismo trabajando juntos para voltear los pliegos del Presidente. Algo que no ocurrió nunca en la historia argentina", publicó uno de sus supuestos seudónimos, en referencia a que la sesión inició con la presencia del bloque de Unión por la Patria que conduce José Mayans y dos senadores que responden al expresidente, el entrerriano Alfredo De Angeli y la pampeana Victoria Huala.
Con Villarruel y Abdala refugiados en el despacho de la titular de la cámara alta, fue necesario que la kirchnerista Silvia Sapag tocara la campana para que el puntano apareciera recién en ese momento, con el cuórum y la supuesta estrategia de Villarruel consumada.
Finalmente, a pesar de las múltiples intervenciones del oficialismo, la oposición en alianza con Villarruel lograron el quórum con lo justo: 33 de los 34 senadores del peronismo - sólo se ausentó la jujeña Carolina Moisés -, dos del partido amarillo, y un puñado del radicalismo, incluido Martín Lousteau.
(Letra P)
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