TRES DATOS URGENTES DE LA ERA MILEI

OPINIÓN 

Más pobres, más desiguales y sin empleo 



Por Pablo Icardi

Con menos trabajo, más pobres y más desiguales. En los primeros meses del gobierno de Javier Milei los indicadores sociales más sensibles marcan una profundización de la crisis y las realidades que ya se vivían. Por eso, por ejemplo, la brecha de género también se profundizó y las mujeres tienen menos ingresos que los hombres, aun cuando en la vida cotidiana son quienes tienen mayor responsabilidad asumida en la crianza, desarrollo y educación de los niños. La primera etapa del gobierno refleja la mayor desigualdad en casi dos décadas, aunque ese dato no refleja solo lo ocurrido en los últimos meses, sino un arrastre. Pero en el primer trimestre hubo una aceleración del deterioro social, al menos según lo que marca el Indec.

El grupo de personas de más ingresos percibe 15 veces más que el grupo de personas de menores ingresos, medido con la mediana estadística de cada grupo. En los extremos de la tabla la diferencia es mucho mayor. El ingreso medio por persona del grupo más pobre fue de 43.285 pesos. El ingreso medio del grupo más rico era de 1.280.951 pesos en marzo de este año; es decir 29 veces más. El Coeficiente de Gini, el "termómetro" para medir la desigualdad, creció.

La brecha de género, es decir la disparidad entre los ingresos de varones y mujeres, se amplificó en los primeros meses y llegó al 27.4%. El ingreso promedio entre las mujeres fue de 289.922; y el de los hombres de 399.265.

La desigualdad de género creció en la era Milei.

Hay un divorcio discursivo entre lo que el Gobierno nacional dice y lo que el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) marca con los datos oficiales de sus mediciones. Y esta semana hubo un golpe de realidad que lleva a tierra el optimismo que el Presidente destila en sus giras internacionales.

La brusca caída en la actividad económica (que supera el 5%) la baraja ocupación de la capacidad instalada es la base: con menos producción hay menos empleo y, sobre todo, menos empleo de calidad. En todo el país la desocupación superó el 7%, aunque es un dato mirado con el espejo retrovisor. Algunos distritos, como Mendoza, tuvieron una realidad contracíclico porque hubo un descenso en la desocupación y el Gobierno local se lo atribuye a la intervención estatal para promocionar la empleabilidad.

Sin empleo, hay caída en el ingreso, aumento de la pobreza y la desigualdad. El INDEC mide la pobreza por ingreso, pero el último dato representa más la herencia que Milei recibió, antes que la siembra propia. Pues ese legado fue altamente negativo: en diciembre del año pasado el 41,7% de los argentinos no tenía los ingresos suficientes y era considerado pobre; es decir más de 12 millones de personas. Pero el 12% (más de 3,5 millones de personas) estaban en la indigencia, es decir que no tienen los recursos para alimentarse. En Mendoza esa realidad es más dura, pues la indigencia roza el 15% de la población.

La pobreza en la era Milei aún no ha sido mensurada oficialmente, pero el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina ya dio indicios: desde esa unidad académica calculan que el 55% de las personas son pobres en Argentina. "Para el 1° trimestre de 2024, el indicador de pobreza se habría incrementado de 44,7% de la población a 55,5% y el de indigencia de 9,6% a 17,5%. Por lo que, en el primer trimestre de 2024, 24,9 millones de personas residentes en áreas urbanas del país habrían estado en situación de pobreza (por debajo de la CBT), entre las cuales, 7,8 millones de personas en estado de pobreza extrema o indigencia", explican desde la UCA. La inseguridad alimentaria también creció y afecta al 32% de los niños, de los cuales un 14% tiene inseguridad alimentaria severa.

(MDZ Online)




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