SOBRE EL SUICIDIO

 SOCIEDAD

En Argentina el suicido es actualmente la segunda causa de muerte en los adolescentes

Por Redacción

La OMS informa que cada año, cerca de 703 000 personas se quitan la vida y muchas más intentan hacerlo. Todos los casos son una tragedia que afecta a familias, comunidades y países y tienen efectos duraderos para los allegados de la víctima.

En el mismo informe señalan que más del 77% de los suicidios que ocurren, tuvieron lugar en países de ingresos bajos y medianos.

La persona que se suicida no desea morir. Debemos saber que está transitando una situación de ambivalencia en su vida, es decir, desearía morir si su vida continúa de la misma manera, pero desearía vivir si se produjeran cambios significativos en ella.

Si bien el vínculo entre el suicidio y los trastornos mentales (en particular, la depresión y el consumo de alcohol), muchos casos se dan en personas que lo cometen impulsivamente en situaciones de crisis en las que su capacidad para afrontar las tensiones de la vida, como los problemas económicos, las rupturas de relaciones o los dolores y enfermedades crónicas. Pero no hay una relación directa entre el sufrimiento que padece quien desea terminar con su vida y los padecimientos o enfermedades mentales, agrega.

Además, si se ha demostrado suficientemente que vivir conflictos, catástrofes, actos violentos, abusos, pérdida de seres queridos y la fatídica sensación de aislamiento puede generar conductas suicidas. 

Se cree que el que dice o amenaza con quitarse la vida, no lo hace, sin embargo, la mayoría de las personas que se suicidan, hicieron saber el propósito de acabar con su vida. Por eso hay que estar atento a algunas señales.

Hablar con una persona sobre sus intenciones de matarse no incrementa la posibilidad de cometer suicidio, al contrario, dialogar sobre el tema reduce la posibilidad de cometerlo y puede ser una oportunidad para ayudar a quien está padeciendo.

La estigmatización, sobre todo la que se crea en torno a los trastornos mentales y el suicidio, disuade —a muchas personas que piensan en quitarse la vida o tratan de hacerlo—, en buscar ayuda. Y ahí está un motivo por el cual no reciben dicha ayuda. 

Tampoco debemos asociar el suicidio o el intento de suicidio con acciones de cobardía o valentía, tampoco con hechos románticos o heroicos. 

No es menor destacar que la acostumbrada asociación que se realiza desde los medios de comunicación del suicidio con hechos delictivos al anunciarlos en las secciones policiales, debe ser cuestionada.

Por eso, las actividades preventivas exigen la coordinación y colaboración de varios sectores de la sociedad, incluidos los de la salud, la educación, el empleo, el comercio, la justicia, el derecho, las fuerzas del orden, la política y los medios de comunicación. Esas actividades deben ser amplias e integrales, dado que ningún enfoque puede atajar por sí solo una cuestión tan compleja.

En Argentina el suicido es actualmente la segunda causa de muerte en los adolescentes, según datos de Unicef, por lo que se convirtió en una problemática que cada vez se vuelve más preocupante. Según el último informe del Ministerio de Salud de la Nación, los jóvenes de entre 15 y 19 años son quienes están más inclinados a estas conductas.

Estas son algunas situaciones de riesgo que predisponen a un adolescente a tener pensamientos suicidas: Problemas familiares, el acoso escolar, la depresión, luchas con su identidad sexual, la ansiedad y el consumo de drogas, entre las muchas causas por las que un adolescente llega a una situación límite. 

El doctor Flavio Calvo (MN: 66869) desde su columna en PERFIL, nos señala que es fundamental que como sociedad podamos tomar medidas preventivas para poder observar con anticipación posibles conductas disruptivas. 

Es necesario tener mucho más en cuenta la educación sobre la salud mental en las escuelas, teniendo en cuenta todos los problemas que un adolescente vive. Las escuelas que trabajan en espacios de convivencias junto con los estudiantes suelen tener mucha mejor respuesta de ellos ante situaciones de crisis, ya que para los adolescentes el grupo de pares es muy importante.

Por lo tanto hay ciertas señales que es preciso tener presentes para prevenir situaciones críticas, por ejemplo, cuando un adolescente habla mucho sobre el suicidio o la muerte en general, o dan a entender que posiblemente no estén mucho tiempo presentes, cuando hablan de desesperanza, cuando se los ve más solitarios, alejados de sus amigos, cuando escuchan canciones, hacen dibujos o escriben poemas o cartas sobre la muerte, cuando no tienen deseos de ir al colegio (más allá de los naturales) o cuando algún otro adolescente de sus amigos o escuela, practicó o tuvo intentos, de suicidio.


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