SEGÚN LOS UNOS Y LOS OTROS

EDITORIAL

"Perón cumplió sus promesas de campaña"

Por Walter R. Quinteros

A ver si me explico. 

Para mí que la grieta que divide a los argentinos pasa porque unos muchachos dicen, tratando de imponer sus relatos, que el peronismo es el único partido que sabe gobernar. Los otros muchachos dicen que esta maldición que padecemos es de vieja data, de hace casi ochenta años. Cuando nace el peronismo.

Aunque lean al mismo autor del libro de historia argentina. Cada uno lo interpreta según los dictados a los que están sujetos. ¿Comienza ahí la grieta?

Lo que no estoy seguro, es que si los unos y los otros, han hecho, hacen o harán, un análisis profundo de nuestros desencuentros. Por cierto, no opinen los que busquen una changa política.

Si nos ponemos a leer un poco nuestra historia, nos encontraremos con autores —historiadores y revisionistas—, que aseveran que al final de la II Guerra Mundial, el Banco Central estaba repleto de oro.

La demora del presidente Perón en declararle la guerra a Alemania, el acogimiento de sus líderes en nuestra tierra, hizo que los Estados Unidos nos boicoteara desde 1942. Económicamente, ya no teníamos compradores. Europa quebrada y nosotros boicoteados.

Eso es lo que yo humildemente interpreto.

Me daba gusto escuchar a mi padre, tenía un poder de síntesis admirable, pragmático para explicar, llenaba su pipa y tras el humo del tabaco, su voz salía clara y simple. "Perón cumplió sus promesas de campaña".

Así, a secas. 

Mi padre pudo, crédito mediante, comprar un terreno y desde su sueldo de ferroviario, edificar nuestra casa.

Pero los historiadores dicen que el gasto público entre 1947 y 1950 se comió todo un PBI completo. El fin de aquella fiesta no fue un momento grato para la política argentina, ni para los ciudadanos.

En su libro, “El Perón que no miramos” (2021) del escritor, historiador y ex embajador Mariano Caucino, señala que Perón, en 1952, convocó a efectuar un ajuste.

Si mi padre lo sabía, no me lo dijo. El viejo te sacaba del tema con una calidad bárbara, te nombraba de memoria la formación de River Plate: Amadeo Carrizo, Mantegari, Yácono, Sola, Ayala, Walter Gómez, Labruna, Loustau, Vernazza, y Zárate. Y te decía; che, el técnico era José María Minella. 

Dice Emilio Perina, ex director del Archivo General de la Nación que "Corrían los primeros días de 1952, hace siete décadas, cuando el gobierno de Perón lanzó un plan económico de estabilización, destinado a conjurar la situación de crisis que aquejaba al país". 

Volviendo al "El Perón que no miramos", Caucino sostiene que inmediatamente después de ser reelecto con más del sesenta por ciento de los votos en noviembre de 1951, Perón se entregaría al que sería un "año bisagra en su gobierno: el año de la muerte de Eva Perón, el año del ‘pan negro’, el Segundo Plan Quinquenal y el de una profundización en la búsqueda de una alianza con los Estados Unidos".

El 18 de febrero de 1952, Perón habló al país para lanzar el llamado "Segundo Plan Quinquenal". Informó que se aplicaría un plan económico de emergencia que en los hechos implicaba adoptar un programa de austeridad económica tras negarse a recurrir al crédito externo.

Caucino recordó que "consumir menos y producir más", fue la explicación de un Perón que hizo gala de su casi irrepetible habilidad dialéctica y didáctica. Buscaría reducir la inflación recortando el gasto público. El gobierno se vería obligado a recurrir a los fondos de las Cajas de Ahorro de pensión para financiar gastos corrientes sin tener que emitir moneda sin respaldo. "1952 sería el año que los argentinos recordarán como el de la muerte de Eva Perón y el tiempo en que debieron comer pan negro. El pragmatismo en el pensamiento económico de Perón era una nota evidente", resumió.

La decisión mostró la cara menos conocida del Perón-Estadista que curiosamente ni siquiera los peronistas buscan evocar. "Eterno lector de la realidad de los hechos" -explica Caucino- "Perón ya había advertido en 1949 las graves dificultades económicas que enfrentaba la Argentina. Entre las causas del deterioro de la economía peronista se distinguen básicamente dos elementos, que -combinados- producen el estado de cosas que obliga a Perón a iniciar una nueva política económica en su segundo gobierno. Por un lado, las inconsistencias de un plan de expansión del mercado interno sin atender las necesidades de inversión y de fomento a la actividad productiva en la industria pesada a la que la revolución peronista ha obligado. Por otro lado -no con menos importancia- la caída del comercio con Gran Bretaña fue decisiva. Finalmente, el hecho de que nunca se produjo la llamada 'tercera guerra mundial' que tantas veces predijo Perón termina de complicar el panorama económico que enfrenta el país hacia 1950/52".

Muchas veces, en la mesa del bar, he preguntado a quienes frecuentan las tertulias de las tardes, cómo hubiese sido la presidencia de Perón, como un general del Ejército, sin Eva Duarte.

Nunca obtuve respuesta.

En 1983, Joseph Page escribió en su biografía sobre el líder justicialista: "Un par de informes confidenciales preparados por sus asesores económicos en los meses de junio y noviembre de 1951 describían la seriedad del problema de la balanza de pagos. El creciente costo de las importaciones, como consecuencia de la guerra de Corea, y una abrupta caída en la producción agrícola causada por la sequía, surgían como las causas principales. Las disposiciones provisorias adoptadas antes de las elecciones no habían mejorado en nada la situación. Después de que los votantes renovaron el mandato de Perón, éste se sintió políticamente capacitado para tomar decisiones más drásticas. Perón llamó al ministro Gómez Morales a su residencia y lo interrogó sobre las posibles opciones. Gómez Morales le respondió que el gobierno iba a tener que pedir crédito al exterior o embarcarse en un programa de austeridad económica. El presidente optó por esto último".

Cuando les hablé sobre esto, alguien, artista de profesión, me contestó: "Tas loco vos".

Antonio Cafiero, que meses más tarde sería designado ministro de Comercio cuando sólo contaba 29 años, recordó en su obra "Cinco años después" que "el período 1946-51 fue pródigo en realizaciones y parecía que la prosperidad creada por el gobierno era virtualmente inextinguible. Se vivía una euforia en la que se sobrestimaban los recursos del país y se subestimaban los problemas. Esto no permitió ver la situación económica en su real dimensión, en la que factores externos e internos precipitaron una crisis".

El historiador Loris Zanatta sostiene que Perón procuró en todo momento descartar "cualquier brusca devaluación, por más aconsejable que resultara para favorecer las exportaciones, por el devastador efecto que hubiera tenido para el bolsillo de los asalariados".

Papá nunca habló del "pan negro", Mamá si. ¿Había grieta? Tome.

El plan de austeridad y estabilización redundaría en efectos positivos al gobierno: la inflación se reduciría notablemente a partir de 1953. 

Así lo acreditó Zanatta: "hay que admitir que 1955, que sería el año de la caída de Perón, no se caracterizó en absoluto por ser una etapa de decadencia económica". Zanatta reconoció que en 1955 existía "un sostenido crecimiento, una buena balanza comercial, una moderada tasa de inflación y una dinámica salarial que, en líneas generales, pudo ser mantenida bajo control".

Con la misma memoria que papá recordaba la formación de River, me decía que Perón decía que había que fomentar el cooperativismo, el ahorro y que no había que gastar tanto.

El economista Jorge Remes Lenicov escribió años más tarde: "Seis meses después la economía crecía al 6 %, aumentaron los salarios reales y la inflación bajó del 40 % en 1952 al 4 % entre 1953 y 1954". Al exponer su nueva estrategia Perón sostuvo: "El punto de partida es la estabilidad de precios; el trabajo y el sacrificio, creadores de riqueza, son los factores decisivos de toda solución económica, y los hombres y los pueblos que no sepan discernir la relación entre bienestar con el esfuerzo, no ganan el derecho a la felicidad que reclaman".

Entonces me pregunto: ¿Por qué los kirchneristas cantan la marcha peronista?

La misma propaganda oficial de aquellos años pregonaba: "Quien gasta más de lo que gana es un insensato; el que gasta lo que gana olvida su futuro; y el que produce y gana más de lo que consume es un prudente que asegura su porvenir".

Perón fue derrocado tres años más tarde. Paradójicamente, cuando la economía había vuelto a crecer, cuando su programa de estabilización mostraba signos alentadores y cuando su política exterior se encontraba alineada con la de los Estados Unidos.

River, volvía a salir campeón.

Creo, desde mi humilde opinión, que debemos desapasionarnos. Hacer una lectura realista.

Los unos y los otros deberíamos remendar la grieta mediante la creación, usar la imaginación.

Emilio Perina nos habla del poeta Antonio Machado, que escribió "nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio". Joan Manuel Serrat la hizo canción.

(LA GACETA LIBERAL)


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