SOCIEDAD / OPINIÓN
Después de tantos años, aún se discute su origen y quiénes fueron los creadores de su música y de su letra
Por Walter R. Quinteros
La marcha peronista fue y sigue siendo el paradigma de lo popular y tiene, como un atributo emergente, la más linda y pegadiza marcha partidaria. Envidiada por el resto del segmento político —a causa de su ferviente melodía que contagia entusiasmo— se la denomina cariñosamente, «la marchita».
Nos cuentan desde el sitio Todo tango, Néstor Pinsón y Ricardo García Blaya.
“Los muchachos peronistas”, fue estrenada oficialmente cuando la llevó al disco el cantor Hugo del Carril. La intención era difundirla para el aniversario del Día de la Lealtad, el 17 de octubre de 1949.
Lo curioso es que, después de tantos años de aquel acontecimiento, aún se discute su origen y quiénes fueron los creadores de su música y de su letra.
Respecto a la composición, a través del tiempo, cada vez que se rozaba el tema surgían los nombres del músico y letrista Rodolfo Sciammarella —autor de tangos e infinidad de jingles comerciales—, el de los hermanos Blas y Francisco Lomuto y, por último, el del pianista Norberto Ramos.
El 17 de octubre de 1992, en el diario La Nación, el periodista Hugo Gambini afirma que, mucho tiempo antes, un club de barrio tenía como marcha los acordes de “Los muchachos peronistas”. La nota no aclara pero se está refiriendo a la primera parte de la melodía.
Eduardo Giorlandini, a su vez, en sus notas para la revista Tango y Lunfardo del recordado amigo Gaspar Astarita, agrega un nombre ignoto: Vicente Cóppola, quien alrededor de 1926, con una marcha carnavalera, obtuvo el primer premio en un concurso de “murgas” y dice, sin más explicación, que de allí surge la melodía para la posterior creación de “Los muchachos peronistas. Tampoco se hace la aclaración, pero se trata del estribillo o coro de la marcha.
Nos estamos acercando a la verdad. El entorno del carnaval y las murgas siguen presentes pero hay que enfocar la cosa en el barrio de Barracas. Más precisamente, en la calle Río Cuarto al 1400 donde estaba la sede del club Barracas Juniors. Enfrente de la misma vivía Juan Raimundo Streiff, electromecánico, empleado del correo, quien además era bandoneonista y llegó a encabezar una sencilla orquesta típica: Streiff-Garaventa, que hizo actuaciones radiales.
Hombre divertido y apreciado entre los vecinos, para los días de fiesta y en especial para los carnavales, provocaba cierta atracción pues salía a recorrer las calles con el bandoneón colgado de su cuello, creando melodías. Una de ellas entusiasmó a los muchachos del club que propusieron crear una marcha que los pudiera representar loando sus humildes logros. Para la letra recurrieron a un vecino, especialista en murgas, “El turco Mufarri”. Así surgió, a fines de la década del veinte, la marcha del club Barracas Juniors.
Los muchachos de Barracas / todos juntos cantaremos / y al mismo tiempo daremos / un hurra de corazón. / Por esos bravos muchachos / que lucharon con fervor / por defender los colores / de esta gran institución.
Juan Carlos Streiff, hijo del nombrado, afirmó que el tema nunca lo registraron, pero en una ocasión un grupo de personas lo grabó en un disco que luego desapareció.
A esta altura del relato podemos afirmar que las aseveraciones de Gambini y Giorlandini no se contradicen sino que se complementan.
Ocurre que, al poco tiempo, la hinchada del club comenzó a repetir, a modo de estribillo, la música y la letra de una comparsa de La Boca, introduciendo al himno del club que habían hecho Streiff y Mufarri, los compases exactos de lo que luego sería el coro de la marcha peronista. (N de R: a estos estribillos me los enseñó mi abuela, allá por 1962, cuando se separa de mi abuelo por motivos aquí expuestos)
¿Pa' qué bebés si no sabés?
¿Pa' qué tomás si te hace mal?
¡Tomáte un mate, vas a ver que te hace bien!
Esto me lo confirma nuestro amigo Emilio Zamboni, quien enterado sobre nuestra investigación, nos sorprendió cantando exactamente lo arriba transcripto.
Nos contó que el tema lo aprendió de niño, pues a modo de broma, se lo cantaba su padre guitarrista, en la década del treinta.
Otra versión la da Héctor Benedetti, en su libro "Las mejores anécdotas del tango y otras curiosidades", afirma que la marcha es obra del pianista Norberto Ramos, integrante del cuarteto Los Ases, de la orquesta de Florindo Sassone y del Trío Yumba, quien registró "Los gráficos peronistas", cuya música es la misma que la de la marcha partidaria.
La fuente es, seguramente, un reportaje a Ramos, realizado por Juan Ayala, para la revista La Maga, en 1995: «En 1948 mi padre trabajaba como gráfico en la editorial Atlántida. Yo tenía 15 años y un día se apareció con unos compañeros suyos: Rafael Lauría, Enrique Odera y Guillermo de Prisco. Querían hacer una marcha para los obreros gráficos peronistas y necesitaban de mí para ponerle música. Me cantaron el "Perón, Perón, que grande sos", con una melodía que me dijeron era usada por una comparsa. A los diez días tenía la primera parte, de la letra se encargó Lauría. Fuimos a los estudios Grafasón y allí grabamos "Los gráficos peronistas", así era la letra:
Los gráficos peronistas todos juntos triunfaremos y al mismo tiempo daremos un hurra de corazón ¡Viva Perón! ¡Viva Perón!
Por ese gran argentino que se supo conquistar a la gran masa del pueblo combatiendo el capital.
¡Perón, Perón, que grande sos! ¡Mi general cuanto valés! ¡Perón, Perón, gran conductor! Sos el primer trabajador.
Luego sostiene que: «cualquiera que sepa un poco de música se da cuenta que la melodía fue realizada por un chico, ya que se basa en tres notas de un tono menor y su dominante. Por eso gustó, porque era sencilla. No pensé en registrarla porque a los quince años de edad lo único que quería era tocar con Los Ases. Con la llegada de la "revolución libertadora", ya no pude hacer nada, no podía decir que la marcha era mía. Aparte, no tenía ningún documento que lo probara».
Insiste: «Yo debería cobrar cada vez que se difunde "Los muchachos peronistas", porque la música es mía, pero como la Ley 11.723 marca que una obra es indivisible, no cobro nada porque la letra no la hice yo y no hay nadie que acredite que Lauría la hizo, ni siquiera su hijo».
El primero de noviembre de 1983 Ramos se presentó en SADAIC para registrar su obra, pero se encontró que ya estaba registrada como de autor anónimo. Al año siguiente consiguió registrar "Los gráficos peronistas".
Desestimamos esta versión del pianista, atento que la primera parte, que dice haber compuesto, ya existía en la marcha del club Barracas Juniors y los versos que incluyen el término "hurra" delatan su origen deportivo. Ramos nunca se atribuyó el coro.
Juan Carlos Streiff agrega ciertas viscititudes vividas por su padre y su familia: «Nunca pudo haber sido compuesta en 1948 porque recuerdo muy bien que la habían grabado y yo escuché el disco mucho tiempo antes de que lo robaran. Cuando comenzó a ser cantada por la gente en la calle, a mi papá por un lado le gustaba, pero por el otro no, porque él no era peronista. Cuando derrocaron a Perón, casi de inmediato, se aparecieron por nuestra casa unos militares de la marina preguntando cuánto le había pagado Perón a mi padre por haberla compuesto. Se encontraron con un hombre viejo y enfermo, viviendo con su familia en condiciones muy humildes».
El nombre de Rodolfo Sciammarella aparece, posiblemente, por confusión, pues él fue autor de varios temas relativos al peronismo, varios de ellos cantados por su esposa Estrella y también es autor por encargo de una marcha solicitada desde Brasil para una campaña presidencial.
La mención de los hermanos Lomuto, colaboradores del movimiento justicialista, es otra confusión, pues ellos fueron los autores de la marcha "4 de junio".
La historia de la letra es un rompecabezas, pero fácil de armar.
Ya comentamos al hablar de la música, sobre aquella letra de "El Turco Mufarri", para la marcha del Club Barracas Junior, a fines de los años veinte. Casi dos décadas después es el turno de Rafael Lauría —a quien ya mencionáramos— secretario del gremio de los gráficos. Esta entidad hacía una revista para sus afiliados y, en uno de sus números, Lauría publicó unos versos bajo el título de "Los gráficos peronistas". Un afiliado mencionó que conocía la marcha de un club de Barracas, en cuya melodía bien podían encajar esos versos.
El médico Oscar Ivanissevich en su libro de memorias "Rindo cuenta", relata: «En una de nuestras visitas al diario "Democracia", con la señora de Perón subíamos una escalera mientras cantaba en voz baja con mi amigo Guillermo de Prisco una tonada que él me dijo era la marcha de "Los gráficos peronistas". Más tarde, al salir, la continuamos en la vereda y la señora nos dijo: "El canto es muy lindo, vamos a la presidencia para que lo escuche el General".»
«En septiembre de 1948 —cuenta De Prisco en la nota de Ayala— viajé con Ivanissevich a Tucumán que estaba convulsionado socialmente por un fallido atentado. El médico recordó la marcha y se puso a escribir nuevos versos y a mejorar algunos de los que ya estaban. Mandamos a imprimir 30.000 volantes. El título ya era "Los muchachos peronistas". Se repartieron al pueblo reunido frente a la casa de gobierno de la provincia y ayudados por el cuarteto folklórico de la Fábrica Argentina de Alpargatas comenzamos a cantar. La gente le tomó la mano de inmediato y nos dimos cuenta del tremendo poder que emanaba de esa marcha. El compañero José Spath traía un rudimentario grabador, lo registrado permitió recorrer las calles en un camión y propalar la marcha por un altavoz que cargamos. De regreso a Buenos Aires el médico le solicitó a la directora de coros, María Teresa Volpe de Pierángeli que le hiciera algunos retoques y luego de varios ensayos un grupo de personas la grabamos a viva voz, en los estudios Victor, como registro particular, a nombre del partido peronista». (placa N° P.911)
Por todo lo dicho, podemos concluir que la música, en su primera parte, es de Juan Raimundo Streiff y que el estribillo es un motivo popular anónimo usado por las murgas de carnaval. En todo caso, la participación de Norberto Ramos pudo haber consistido en pasar la melodía a un pentagrama, más allá de algún arreglo para su grabación.
En lo que hace a la letra, sus autores fueron Rafael Lauría y Oscar Ivanissevich, copiando en gran medida, los primitivos versos de El Turco Mufarri —para la marcha del Club Barracas Juniors— y agregando otros. Terminan así, el artículo los historiadores de La Música popular Argentina, García Blaya y Pinsón.
El historiador Matsushita, Hiroshi en su libro del año 1986. "Movimiento obrero argentino: 1930-1945", Buenos Aires: Hyspamérica, pag. 268. Cita a su vez como fuente al propio discurso de Domenech, transcripto en el libro de Luis Monsalvo, "Testigo de la primera hora del peronismo", Pleamar, 1974, p. 98 y el periódico "Obreros Ferroviarios", órgano de la Unión Ferroviaria, Año XXIII, nº 495 (enero 1944) Con modificaciones musicales y líricas, tomando como base las melodías y letras señaladas, la marcha peronista surgió probablemente en 1948, año que corresponde a la primera referencia que se tiene de la misma. Se desconoce el autor de las seis estrofas y el estribillo, así como de quien aporta el grito de remate de la primera estrofa ("¡Viva Perón, Viva Perón!"), de cada una de las tres series dobles.
La referencia al "primer trabajador" que contiene la letra, se corresponde con una frase del secretario general del sindicato de trabajadores ferroviarios, la Unión Ferroviaria, el socialista José Domenech, que en una asamblea sindical realizada en Rosario presentó al entonces coronel Juan D. Perón diciendo "Perón es el primer trabajador argentino".
El historiador Félix Luna nos dice que: José Domenech fue un dirigente sindical argentino de tendencia socialista. En las décadas del 30 y del 40 fue secretario general de la Unión Ferroviaria, el sindicato más poderoso del país en aquel entonces. Cuando la Confederación General del Trabajo (CGT) se dividió en 1942 fue elegido secretario general de la CGT Nº 1 que congregaba a los sindicatos que pretendían mantener la mayor autonomía posible de los partidos políticos. En 1943 fue uno de los dirigentes sindicales que buscó una alianza con sectores pro-obreros de las fuerzas armadas y que dio origen al peronismo, junto a Juan Atilio Bramuglia, abogado de la Unión Ferroviaria, entre otros.
El 12 de julio de 1945 fue el organizador de una multitudinaria convocatoria de la CGT bajo el lema «Contra la reacción capitalista». El acto se realizó como respuesta a la ofensiva patronal destinada a derogar las reformas laborales de iniciativa sindical que Juan Perón hizo sancionar cuando era Secretario de Trabajo (1943-1945).
El 16 de junio se había publicado el famoso Manifiesto del Comercio y la Industria en el que 321 organizaciones patronales, lideradas por la Bolsa de Comercio y la Cámara Argentina de Comercio cuestionaban duramente la política laboral. La principal queja del sector empresario era que se estaba creando «un clima de recelos, de provocación y de rebeldía, que estimula el resentimiento, y un permanente espíritu de hostilidad y reivindicación».
El acto sindical organizado por Domenech fue, según el historiador radical Félix Luna, la primera vez que los trabajadores comenzaron a identificarse como peronistas.
En el libro "La Marcha Peronista" de Jorge Lliostosella, este le adjudica la letra a Rafael Lauría y la música a Vicente Cóppola.
Esto me recuerda que, guardado entre los discos de mi padre, casi doscientos "Long Play" y más de cien "Simples", ahí estaban separados dos discos, uno, con el himno del Club Atlético River Plate de un tal XX y Antelo e interpretado por Canaro y Famá y el otro con la voz de Hugo del Carril que dice: Los muchachos peronistas.
El Club Atlético Barracas Juniors, fundado el 31 de julio de 1912, tal como reza el mármol que está al lado de la puerta de ingreso, es uno de los lugares de encuentro y camaradería que trascendió al paso del tiempo. Hoy el club que preside Ricardo Castorina está en General Hornos 1850. Un gran restaurante y las canchas de tenis llaman la atención de quienes pasan por la puerta. Adentro están las mesas donde los veteranos socios juegan a los dados y a las cartas, y a su vez organizan semanalmente un asado al que no le faltan empanadas fritas, achuras, carne, pollo, ensalada, café, té, postre y un sinfín de anécdotas y alguna que otra discusión política o futbolera. “Para mí Barracas Juniors es esto que está acá. La amistad que persiste y se agranda con el tiempo. Muchos venimos desde chiquitos a hacer amigos y a hacer deporte. Acá están los compañeros de la primaria, de los primeros bailes, de la adolescencia... La vida”.
La institución tiene un himno curiosamente similar a la marcha Peronista, aunque fue creada tiempo antes. Así lo explicó Lito, uno de los socios del club, en un informe realizado por Ciudad Abierta. “La verdad histórica es que la marcha le pertenece a Barracas Juniors. Inclusive hay razones cronológicas que hace imposible que sea una copia de la marcha Peronista. Porque ese partido comienza a partir de 1943 cuando se derroca al presidente Castillo. Esta marcha es bastante anterior, de la década del 30. Tenía su origen en una comparsa y después se transformó en la marcha de Barracas Juniors”, explicó el citado socio. “Yo era chiquitito, pero recuerdo que se cantaba la marcha de Barracas Juniors cuando creo que el General Perón todavía andaba dando vueltas por Italia. Sin ninguna duda existía”, agregó otro socio, Héctor Lomanto. La misma fue compuesta por el bandoneonista Juan Raimundo Streiff (música) y por Juan Muffarri (letra) a mediados de la década del 20.
En una parte, la marcha dice: “Vamos muchachos unidos / todos juntos triunfaremos /y al mismo tiempo daremos / un hurra de corazón / Por esos bravos muchachos / que lucharon con fervor / por defender los colores / de esta gran institución...”. Y en otro fragmento: “La institución barraqueña/ escuela de campeones/ que año tras año sin tregua/ lucharon como leones/ Y hoy gritemos muy contentos/ llenos de honda emoción/ viva el Club Barracas Juniors/ el primer y gran campeón/ Dale campeón, dale campeón”.
No creo que por estas tierras un intendente Justicialista sepa la marcha. Ninguno, es más, ni concejales ni legisladores. Para ellos debiéramos componer versos relacionados con los panqueques voladores y los bolsos y las valijas o primero mi bolsillo, mi casa, mi auto, mi campo. Cómo podemos pretender que sepan las bases y la doctrina del general.
Solo reparten locro y alguna parafernalia politiquera, no les da para más...
(LA GACETA LIBERAL / Fuentes consultadas: Wikipedia - Todo Tango - El Gráfico - diario Popular - Foto ilustrativa: Todotango digital)
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