SOBRE LA FALLA GEOLÓGICA DE DEAN FUNES

HISTORIAS / SOCIEDAD

"Ojalá que esto nunca ocurra"


Por Juan José Sanuy (Especial para La Gaceta Liberal)

No es mi deseo crear caos, pero... es necesario saber, que vivimos sobre una falla geológica y sobre tres grandes lagos interiores, que están desde la época de la formación de la Tierra.

Comenzaré advirtiendo, que se aproximan los meses de fin de año y es muy posible, que se produzcan movimientos sísmicos, que se sentirán debajo de los pies de los deanfunenses.

Ante la curiosidad de la Sra. Elvira Mercedes del Milagro Bernay, por la demolición de la Parroquia en 1953, llevada adelante por el entonces Párroco de D. Funes, Presbítero José Des López, surgió la necesidad de “justificar” algo que no tiene justificación, ya que la demolición surgió de la mente de un hombre con ideas “reformistas”, llamémosle así, a su ambición por erigir iglesias modernas que dejaran afuera la línea de parroquias de estilo hispano de épocas de la colonia.

Aquel cura, en nuestro caso, porque hay otros dos casos en que demolió templos, tal como el de la ciudad de San Francisco (Cba.), usó como motivo ante la masa de fieles, la reaparición de una grieta de proporciones en su muro Sur y parte del fondo (Oeste), del cual haré un comentario, entre lo técnico e histórico. Dejo sentado que no soy la persona competente para efectuar un informe técnico-científico, pero, me preocupé por averiguar y algo pude comprender. Lo comparto con lectores.

La señora Bernabey, sintió curiosidad por saber de “una falla geológica” en el territorio de Deán Funes. Al respecto, tras indagar, más lo que ya sabía de años atrás, hallé:

a) En el año 1907, al geólogo francés Ferruccio A. Saldano, se le encomendó estudiar las cuencas de la zona Noroeste de Córdoba y llanos de La Rioja. De su estudio, en tiempo futuro ya pasado, surgieron solo dos obras importantes. El Dique de Cruz del Eje en el año 1939, inaugurado por el Gobernador de Córdoba Amadeo Sabattini y el Dique Pichanas en los límites de Córdoba con La Rioja, inaugurado por el Presidente de la Nación Arturo Humberto Íllia en 1964. También se había estudiado la realización de un pequeño embalse en Ischilín, en el que se uniría Ischilín Viejo con Ischilín Nuevo, así definidos, pero, el Proyecto no prosperó. Se iban a regar 17.500 hectáreas, ya que el agua llegaría en riego hasta D. Funes.

b) Más adelante, año 1957, técnicos de Hidráulica de la Nación, deseaban saber el destino de una correntada de volumen importante de agua de deshielo, que descendía de "Las Cuevas" (Mendoza), paraje cordillerano ubicado a 3.600 metros de altura, que desaparecía bajo la tierra en una zona de arena y piedras puntiagudas, indudablemente, una falla geológica. Para ello, derramaron en el manantial varios toneles con Azul de Metileno (cloruro de metiltionina, un colorante orgánico que para tratar una enfermedad), un compuesto químico no contaminante. Tres meses después, detectaron el mismo en la vertiente de Villa del Totoral, cuya agua surge ¡muy fría! (a unos 6º), también en el arroyo de Macha y en las perforaciones de la hoy desaparecida Fábrica Alpargatas S. A. en San Pedro Norte (a prof. de 105 metros). Se determinó que toda esta zona, es bañada interiormente por el agua que desciende desde Las Cuevas. La prueba está en el Pozo Nº 05 de Obras Sanitarias, sobre la antigua calle General Roca Sur, (hoy Bolívar Nº 700). Al extraer para analizar y verificar si era potable, una de las pruebas sorprendió a los técnicos. Fue la temperatura, ya que se esperaba agua entre los 16º y 19º y era 6º. Casi la misma temperatura del agua para beber de nuestra heladera. Si bien es algo “pesada”, pues deja calizas en los recipientes de hervir, el agua es apta para beber sin ningún aditivo, no obstante, porque la ciudad ha crecido y el agua servida se arroja a pozos ciegos, aun buscando en la profundidad de la 3ª napa, por precaución se le adosa un porcentaje ínfimo de cloro. Esto es porque el agua es guardada en depósitos domiciliarios en el techo y allí, puede ser contaminada por distintos agentes externos (insectos, virus, bacterias, excremento de pájaros, polvo traído por el viento, etc.). Esta prueba hidráulica, se repitió por el año 1984, aproximadamente y el dato se puede obtener en Villa del Totoral, en donde vecinos pueden atestiguar que un día tal, "el agua salió azulada".

c) Según el estudio de esa época, 1957, también la ciudad está asentada sobre tres grandes lagos interiores. De su profundidad, nunca se habló, pero sería lo que hay que saber y, según lo que he sondeado, por el agua que corre y la profundidad de la misma en algunos sectores, hipotéticamente uno de ellos tal vez tenga “su techo” (parte superior del hueco) a no más de 100 metros. Lo supe en mi época escolar secundaria por boca de la profesora, Srta. Laura Graña, quien dijo poseer una copia del citado estudio, que nunca mostró, pues, decía que sería quitar la autoría a esa persona ¿…? 

Estos lagos interiores, no son otra cosa que "burbujas" creadas naturalmente por acción volcánica en tiempos inmemoriales, o huecos interiores que a modo de cavernas ciegas (sin entrada a personas), que están desde la época de la formación de la tierra y, por cierto, no contienen aire, sino agua. La tierra, es lo que podemos llamar "un queso gruyere", está llena de cavidades. Entre Sur y Norte, en donde se encontraba la Parroquia (+- calle 9 de Julio), hasta una cuadra más arriba de la calle Libertad (hoy Eva Perón), en Villa Matilde y donde está el Bº Obras Sanitarias, en pozos de entre 60m y perforaciones que van hasta 105 metros, existe una falla geológica por donde se escurre el agua a raudales desde Las Cuevas. En casa de la familia Martos en calle Santa Fe al 40, el terreno del fondo se hundió y la humedad predomina en el lugar. A 1 1/2 cuadra de allí, en el patio de la casa de la Sra. Bustamante, en la misma línea del desplome anterior, sobre calle Domingo Cabrera al Nº 550, también se produjo un hundimiento y al respecto, es bueno saber, que a unos 50 metros al Oeste de este último hundimiento, frente al domicilio de la Profesora Chabela Moreno (Dorrego 65), a fines del Siglo XIX y hasta la segunda decena de años del Siglo del Cambalache, había una manantial surgente en la casa de quien fuera don Félix Cisterna. Aprovechándolo, allí se acopiaban cientos y cientos de mulares para ser cargados en vagones con destino a la minas de Potosí. Este arroyo, debió ser extirpado cuando se comenzó a trazar la ciudad en 1886 y por ello, se encauzó el fluido por un canal cerrado extendido a campo traviesa, porque se debía construir la ciudad, quedando ese canal en parte por debajo de los inmuebles. En parte por la calle San Martín, por el Hockey Club, por debajo del patio de la familia Chaves (electricistas), Sra. Rodríguez de Cossutta (Carmela), por lo de don Alfredo Fabro, debajo del Súper "El Delfín" y se pierde en la distancia. Nunca pude hallar la desembocadura, pero, va hacia el Noroeste y, según me dijeron, fue usado en un tiempo para riego, además de que la Usina de entonces, usaba para su motor a vapor, la SUDAM, que tenía sus instalaciones en la intersección de calles Belgrano y Córdoba, frente a la escuela Pedro N. Arias. En la actualidad, este drenaje está obstruido e inservible y el agua dejó de fluir en su origen, pero, atentos a esto, cuando se produjo el movimiento sísmico de Caucete (San Juan), el 23 de noviembre de 1977, a las 06:23 UTC-3, a 17 Km. de profundidad y 7,4 en la Escala de Mercalli, un día más tarde, el agua volvió a fluir por debajo de la corteza terrestre en la ciudad y, al no estar el drenaje construido en perfecto estado de funcionamiento, el agua debajo anegó subsuelos y sótanos de inmuebles de la ciudad. Uds. pueden comprobar lo que digo por cuenta propia en el edificio de la Cooperativa Eléctrica de Deán Funes. Vaya al mismo y en el pasillo, al lado de la escalera caracol cuadrada, asómese por el hueco en donde se ve el subsuelo y verá agua, que aún mantiene su nivel. Para asesorarme sobre la "falla” de la que hablo, consulté a un geólogo y me explicó claramente cómo es esto.

Sin deseo de crear temor, digo, que podría, y también ¡nunca! podría ocurrir, darse el caso de un temblor muy fuerte en zona cercana a la ciudad y a baja profundidad, quizá unos 17 Km. como fue el de Caucete, en donde ¡no necesariamente!, pero, con posibilidad, de que el terreno interior de Deán Funes sufra alteraciones y eso, desencadenaría un caos que ¡jamás! se pensó vivir. Ojala, que esto nunca ocurra.

El lago mayor debajo, está en el sector que abarca la Terminal de Ómnibus, en donde el agua está a 64 metros de profundidad y el pozo tapado con una plancha metálica en la playa de estacionamiento, es de características Ina-go-ta-ble. De allí se extrajo el agua para mojar la piedra y el cemento con el cual la empresa Freiberg y Edelstein que allí se instaló, pavimentó D. Funes entre los años 1960/62. Se extraía agua con un grueso caño de 4’’ y no se movía ¡ni la mínima basurita flotando! Era como sacarle agua a un dique o al mar. Al respecto, diré que en el inmueble de la clínica del Dr. Ricardo Riera, intersección de Sáenz Peña y Santa Fe, en su pozo ciego, según testimonio de dos de los hermanos de apellido Córdoba (uno de ellos ya fallecido), de profesión poceros, el líquido corre a una velocidad increíble hacia la Terminal de Ómnibus y, estando en el interior del pozo, se escucha el agua caer desde cierta altura y produce ruido como de una cascada, por cierto, en el interior en la tierra.

d) En esta muestra, he puesto fotografías y un par de documentos técnicos de los libros de Córdoba, en los cuales Uds. podrán ver que lo que digo, no es un invento de este autor, sino que la falla existe y lo que digo está basado en la consulta y la lectura de algunos estudios geológicos profesionales publicados de dominio común. La pre cordillera en el interior del territorio argentino, parte central de las Sierras del Norte de Córdoba, son para nosotros el cordón montañoso donde están las sierras de San Vicente y Sauce Punco, y tienen mucho que ver en la formación de esta falla geológica, pero no me explayaré en el tema, pues debería extenderme demasiado.

e) El territorio en la zona de Deán Funes, estuvo bañado por 7 arroyos, según el testimonio de quien fuera don Alberto Medina, nacido en D. Funes en 1908 y fallecido a los 88 años de edad, y aporte memorioso de doña Florinda Soria, su madre, nacida en esta población en 1888, quien dijo: “Deán Funes, está construido sobre canales de drenaje”. Se ve claramente, que vio las obras que se estaban haciendo en su infancia.

Expongo un plano sugerido por don Alberto, en el cual estimo con carácter de aproximación el lecho de estos arroyos, como así también la existencia de una laguna pequeña en la zona de la Escuela Mariano Moreno y aserradero que fuera de Calviño. Esto demuestra, que esta vasta zona, era un lugar de surgimiento de manantiales por doquier, seguramente, toda agua de Mendoza en la Cordillera. En conclusión, sepamos que el agua que bebemos, por los años 1960/70, se calificó como una de las mejores y más potables de cuantas se extraen para uso humano. La sacamos de pozos, de lo que sería "aljibes" modernos.

Espero haber satisfecho la curiosidad de algunos de los seguidores. Gracias, amigos y, si alguien no comparte mi opinión, basada en lo que pude indagar, sería interesante que lo comente y publique, para beneficio de todos.

(Juan José Sanuy Escritor - Historiador)

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