STALIN Y LA ANÉCDOTA DE LA GALLINA

HISTORIAS /

Así de fácil se gobierna a los estúpidos



Por Arturo Morató

El dictador comunista Joseph Stalin fue el protagonista de una anécdota que recoge la historia moderna,  más propia de la mente del director de cine británico Alfred Hitchcok  conocido como  “El mago del suspenso” por sus películas de terror y de ansiedad  y no  la del jefe de Estado de la Rusia de entonces.

Estando en una sala en una reunión con funcionarios de su gobierno, Stalin pidió que le trajeran una gallina. Una vez complacido, la agarró por la cabeza con una mano y con la otra comenzó a desplumar al ave. La gallina atormentada por el dolor, intentó escaparse, pero no pudo. Así de esta manera, Stalin logró quitarle todas las plumas y les dijo a sus ayudantes: “Ahora observen lo que va a suceder”. Puso a la gallina en el suelo y se alejó un poco de ella y agarró en su mano un puño de trigo mientras sus colaboradores observaban  atónitos como la gallina, asustada, adolorida y sangrando aún, corría detrás de Stalin mientras este le tiraba puños de trigo y daba vueltas en la sala.

La gallina lo perseguía por todos lados. Entonces, Stalin mira a sus ayudantes, quienes están sumamente sorprendidos y les dice: “Así de fácil se gobierna a los estúpidos”

¿Vieron como me persiguió la gallina a pesar del dolor que le causé? Así son la mayoría de los pueblos, persiguen a sus gobernantes y políticos a pesar del dolor que les causan por el simple hecho de recibir un regalo barato o algo de comida para uno o dos días.”

Es muy probable que los amables lectores piensen que, esta anécdota de este asesino comunista narrada más arriba,  no sea más que un exabrupto o un pensamiento propio de Joseph Stalin, pero no, es algo mucho más que eso, pues representa la real percepción que tiene la ideología marxista-leninista para manejar a los pueblos que caen bajo la égida de su filosofía política.

En varios artículos que he escrito sobre el tema, sostengo que provocar el hambre en los pueblos bajo los gobiernos comunistas, socialistas o izquierdistas, es algo  constante,  porque no es más que una manipulación política para doblegar la voluntad de los gobernados y tenerlos preocupados, no en buscar su liberación, sino en satisfacer las necesidades alimentarias suyas y la de sus seres queridos.  

En otras palabras, es distraerlo de la lucha política por la de la supervivencia.

Si nos atenemos a la propia historia moderna, ella así lo confirma pues Mao Tse Tung la provocó en la China Popular causando millones de muertos; la dinastía de los Kim en Corea del Norte, a lo largo de su dictadura eso ha sido pieza clave; y en la Rumanía del dictador Nicolás Ceauscescu, el hambre fue protagonista. Y ya en la propia América Latina, eso ha sido el patrón en la Cuba comunista de los Castro Ruz con su famosa “libreta de abastecimiento” de comida implementada en el 1963,  la cual tuve la oportunidad de tener en mis manos en mi viaje a La Habana y visitar una de las paupérrima “bodegas” en donde se pueden usar.

El caso más reciente, lo tenemos en la Venezuela chavista, convertida hoy en una colonia cubana, en donde para las familias adquirir una caja de “alimentos” llamadas los “Clap”, carentes de nutrientes y que se ha convertido en un pingue negocio para los jerarcas del gobiernos, hay que ser chavista y tener el llamado “Carnet de la patria”, pues de otra manera, una familia no come.

En consecuencia, si nos atenemos a esos ejemplos podemos concluir que lo dicho por el criminal Joseph Stalin a sus colaboradores, cuando puso su desgarrador y cruel ejemplo con la gallina al compararlo con los pueblos, tenemos que concluir necesariamente, que la manipulación del hambre en los pueblos sometidos por la férula de los gobiernos comunistas, forma parte de su metodología política. No fue un mero exabrupto de Joseph Stalin, sino la manera de un procedimiento marxista-leninista que él quiso explicarle a sus ayudantes con una demostración insensible.

Con justa razón fue que el poeta  Hesíodo,  considerado el primer filósofo griego, autor de obras notables como “Teogonía” y “El escudo de Heracles” dijo una vez: “El hambre es la  compañera inseparable del perezoso”.

Al parecer, los comunistas lo entendieron muy bien y fomentaron la pereza a través del hambre, porque saben que la misma conlleva a la negligencia, el tedio y el descuido de los seres humanos en cualquier actividad de su diario vivir.

(Fuente: Nuevo Accion)

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