CHACO: DENUNCIAN A LA GUARDIA WICHI

POLÍTICA /

Gravísima denuncia sobre grupos parapoliciales wichis avalados por Capitanich

Por Realpolitik

CHACO.-Desde hace mucho tiempo, en el Sauzalito Impenetrable Chaqueño existe un grupo armado parapolicial wichi, denominado Guardia Washek, que amedrenta y aplica métodos violentos no sólo sobre los miembros de la propia comunidad, sino también que impone sus decisiones a la autoridad policial, invocando el aval del gobernador Jorge Capitanich. 

Se trata de un grupo que fluctúa entre los sesenta y cien integrantes, y que se arroga tener la representación de la comunidad en su conjunto. Según las denuncias de los afectados, esta Guardia “revisa, golpea, patotea, amenaza y hasta secuestra y tortura a sus víctimas”, armados hasta los dientes y frecuentemente con un elevado nivel de alcoholismo. También se ha denunciado la vinculación de la guardia wichi en actividades relacionadas con el narcotráfico.




La comunidad se reunió con Capitanich para denunciar al grupo parapolicial y filmó el encuentro.

Así lo relata Walter Augusto Toloza: “Una madre wichi denunció que ‘su hijo de quince años charlaba con su prima en la vereda de su casa en Planta Urbana de Sauzalito. El día 29 de abril, a las 23.00, cuando tres integrantes de la Guardia Washek comienzan a agredirlo hasta que lo reducen y se lo llevan ‘detenido’. Luego de someterlo a múltiples agresiones (y hasta le raparon la cabeza) le dieron la ‘libertad’ al otro día a las 11.00. (Esta madre) Denunció que días atrás habían ‘detenido’ a su otro hijo de catorce años, al que lo habrían castigado y maniatado (literalmente) a un palo, desde donde logró escaparse. Según le comentó a su mamá lo habían golpeado”.

Otro testimonio relata cómo se “llevaron al hijo de una docente que es de su misma etnia, Luisa Aranda. Lo tuvieron toda una noche, lo cagaron a palos y se hacían limpiar los borcegos”.

Las denuncias sobre malos tratos, detenciones ilegítimas y privaciones de la libertad suman decenas. En muchos casos han sido presentadas en sede policial o en las redes sociales. Pero luego no se registra curso judicial alguno, ya que la policía se encuentra literalmente sometida a la Guardia Washek, que alega contar con la autorización de Capitanich. 

La situación alcanzó tal gravedad, que el gobernador del Chaco convocó a una reunión a cuatro representantes de las víctimas de la Guardia, en la que comunicó que había solicitado al gobierno nacional el envío de tropas de Gendarmería. También estuvo presente el jefe de Gendarmería encargado de conducir su acción.




En la reunión, cuyo video se adjunta, la preocupación de los representantes fue conocer qué medidas tomaría Capitanich al respecto. El gobernador comunicó que los efectivos de Gendarmería “tienen la petición de rodear las 100 mil hectáreas que corresponden a la comunidad Wichi. Nosotros les hemos transmitido con absoluta sinceridad lo que corresponde por ley. En la República Argentina hay un estado de derecho, existe un poder de policía que se ejerce a nivel nacional a través de las fuerzas federales, a nivel provincial a través de la policía de la provincia, y existe un poder de policía de carácter municipal tal cual lo prevé la constitución provincial”.

“Es inadmisible -continuó Capitanich- que organizaciones que puedan portar armas o que puedan ejercer funciones que no estén debidamente encuadradas en la constitución respectiva. Nosotros lo que hemos planteado es eso y ellos tienen algunas observaciones claves y que me parece que son importantes. Pero la idea central de un gobierno no es dividir, es unir. Entonces, en el marco del respeto a la constitución, las leyes y el estado de derecho y uniendo el esfuerzo la comunidad ponga en función esta ley”.




El discurso institucionalista del gobernador fue interrumpido por los participantes.

“¿Y ellos se quedarían todavía con sus guardias, y portando armas, todo…?”. “No se puede más, no se puede”, sentenció uno de los representantes.

“Y si nosotros vemos y somos interceptados por la policía, por ellos y por la portación de armas, todo, ¿qué hacemos?”, preguntó una mujer que fue víctima de la Guardia Washek. “¿Hacemos la denuncia? Ellos no los dejan a los policías que hagan su trabajo ellos mismos. Yo soy una de las que sufrió la violencia. Hay varias víctimas que están afuera. Cuando nos prepoteaban, en todo momento, no dejaban que el jefe (de policía) actuara. Él tenía que acceder a todo lo que ellos querían”.

Y a continuación interpeló al gobernador: “¿Tuvo conocimiento de que el jefe fue acorralado?”.

Tratando de no perder la calma, Jorge Capitanich expresó que “el gobierno tiene la decisión de hacer cumplir la constitución”, pero fue interrumpido una vez más por los representantes.

“Ellos (los miembros de la Guardia Washek) nos dicen que ‘el señor Capitanich nos deja’. Y ellos hacen lo que quieren. La sociedad esta asustada porque el señor Arrieso, voy a dar nombre y apellido, con la agrupación que tiene, son sesenta. No son sesenta o cien personas las que representan a nuestro pueblo. Debe aclarar qué función cumplen y no está cumpliendo su función de cuidar al territorio. Lo único que hacen es amedrentar a toda la sociedad”.





“Usted dice que hace cumplir la ley. ¿Por qué cuando uno hace una denuncia ellos siguen allí todavía? Que los denuncian y como que no pasó nada. Circulan al doble de lo que sabían circular. Queremos saber eso porque no sabemos hasta dónde están ellos protegidos”, le interpeló frontalmente otra participante. 

El gobernador estaba desbordado y sólo se limitaba a prometer “esfuerzo” y la vigencia de las instituciones republicanas. 

La siguiente pregunta lo dejó aún más fuera de juego: “¿Gendarmería tiene la posibilidad de entrar a esos terrenos de ellos?”, le consultaron.

“Vamos a hacer el máximo esfuerzo para que Gendarmería se maneje acá”, sólo atinó a responder el gobernador chaqueño.

La reunión dejó con pocas expectativas a las víctimas. Quedó en claro que la decisión política del gobernador consiste en mantener la negociación con la Guardia Washek, en lugar de intervenir con toda la fuerza de la ley para tranquilidad de la ciudadanía. 

También dejó muchas dudas sobre cuál será el área de operaciones de la Gendarmería. Si se adentrará en el territorio wichi para garantizar el orden -exponiéndose a las inevitables denuncias de organizaciones no gubernamentales indigenistas que observan la situación desde las grandes capitales, sin comprender el temor que sufren los miembros de la propia comunidad ante la acción de los grupos parapoliciales indígenas-, o bien limitarse a rodear la amplia geografía de más de 100 mil hectáreas, dejando a sus pobladores librados a su propia suerte. 

Los representantes presentaron una nota de queja con una serie de demandas y se retiraron con sabor a poco. Nada más que un gesto político vacío.

(www.REALPOLITIK.com.ar)


Comentarios