EL PROFESOR EN EL PARAÍSO

OPINIÓN / Por Miguel De Lorenzo

El infierno es creerse en el Paraíso por error


Un desdichado azar, hijo de ese virus fatal que viene a ser el populismo k, hizo que un tal Fernández trepara hasta Balcarce 50.

Pocos conocen su pensamiento y hay quienes sospechan que tal vez ni él mismo pueda decirnos algo al respecto; habida cuenta de las innumerables y extremas variaciones que puede manifestar en algunas semanas y a veces hasta en días, sus idas y vueltas alrededor de posiciones antagónicas, las innumerables afirmaciones y negaciones de los mismos hecchos.

Al profesor Fernández lo descubrimos ahora en otra de sus habituales vueltas de tuerca, esta vez lo escuchamos sostener que entre la economía y la vida, él está del lado de la vida.

Es decir que el mismo que anunció entre sus primeras medidas de gobierno (¿?) la propuesta de la ley del aborto libre y gratuito, a los pocos meses se define como defensor de la vida.

Nos encontramos así, con otro interrogante de muy difícil solución, deberíamos preguntarle al profesor que significa en esta semana “defender la vida” en su aleatorio diccionario.

Un furioso defensor del aborto, un heraldo de la muerte para cientos de miles de niños no nacidos, declara defender la vida. ¿paradoja?. No lo creo, su pensamiento no se distingue por la hondura sino por la aniquilación. A tal extremo que el tipo elegido como ministro de salud es nada menos que el dr aborto.

Saint Exupery conocía bien nuestras claudicaciones “Nos hemos engañado demasiado tiempo… Hemos creído que el talento de las almas bajas, podía contribuir al triunfo de las causas nobles”

Siempre el mismo accionar del populismo k. El profesor anti vida ahora es su defensor, por un rato, por conveniencia, para disimular, hoy prefiere la vida dentro de un rato la elegida será la muerte, gente hundida en sus propios rencores y en su miseria, usando claro está los argumentos mas contradictorios e inconciliables. Por eso si conviene comulgar, se comulga, si al rato se impone blasfemar, está hecho.

Hay algo de monstruoso en esta manipulacion del lenguaje, las palabras nuestras pobres palabras, significan otra cosa para el abortero que dice defender la vida. Hay quienes sotienen que asi es y actúa la ideologia populista, hoy esto y mañana aquello y después cualquier otra cosa, lo que fuera, todo vale para el vendedor de moneda falsa.

Nosotros creemos que es una actitud propia del que no teme mentir y trampear, habitualemte en castellano, así se denomina a los cínicos, o sea los que actúan con falsedad y desvenguenza. A que vida se referirá, sospecho que ni siquiera el profesor lo sepa, pero de ninguna manera será la de esa multitud de pequeños inocentes a los que propone matar. Hemos llegado así a este extremo trágico en el que, a la inocultable decadencia del mundo posmoderno, se suma la sombra de la peste. En nuestro país el escenario es aún más sombrio porque sobre destrucción y peste, se agrega la otra epidemia, la epidemia moral de los gobernantes hecha como vemos de ignominia y cinismo.

Simón Weil intuía que: “El infierno es creerse en el Paraíso por error”. Cómo no preguntarse si el confundido profesor, lo habrá creido también.

(Prensa Republicana)

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