RECUERDOS DEL FUTURO



Punto Doc/2 - Cristina Kirchner y Federico Storani (20 de diciembre del 2001)

Aquí, Cristina fernández de Kirchner, en aquel momento diputada por la provincia de Santa Cruz, dice en el minuto 2:40 que al presidente Fernando De la Rúa ha renunciado por la "Revocatoria popular de mandato".


La obsesión por analizar qué hicieron en horas trascendentes los políticos que aún hoy siguen en actividad tiene un capítulo poco explirado: Cristina Kirchner durante la caída del gobierno de Fernando De la Rúa. 
Un video del programa PuntoDoc/2, que emitía por entonces el canal América, muestra a quien era en aquella época senadora nacional por la provincia de Santa Cruz participando como invitada junto a otros dirigentes como Federico Storani, Luis DElía, Graciela Ocaña y Miguel Bonasso (quien luego escribiría un libro sobre aquellos sucesos).
A la ahora vicepresidente electa, se la puede ver, en primer lugar, defendiendo a la clase política en medio de las críticas que buscaban generalizar el cuestionamiento hacia todos los partidos y sectores: 
"Me parece que la generalización no obedece a criterios que tengan que ver con la realidad. Generalizar y responsabilizar a todos es no responsabilizar a nadie".
¿Y por qué con Evo Morales para ella "hay golpe de estado" y no "revocatoria popular de mandato"?
Veamos:
"En Chile, masivas movilizaciones durante semanas piden la renuncia del presidente neoliberal Sebastián Piñeira y las Fuerzas Armadas y policiales reprimen brutalmente. Lo de Bolivia se llama golpe de Estado..."

— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) November 10, 2019


Recordemos:

Así renunciaba Fernando de la Rúa

20 de diciembre del 2001 

Al señor presidente provisional del honorable senado, ingeniero Ramón Puerta: Me dirijo a usted para presentar mi renuncia como Presidente de la Nación. Mi mensaje de hoy para asegurar la gobernabilidad y constituir un Gobierno de unidad fue rechazado por líderes parlamentarios. Confío que mi decisión contribuirá a la paz social y a la continuidad institucional de la República. Pido por eso al honorable Congreso que tenga a bien aceptarla. Lo saludo con mi más alta consideración y estima y pido a Dios por la ventura de mi Patria. Fernando de la Rúa.

En la editorial de este medio del día 10 de Noviembre y bajo el título "El diablo no da tregua", explicábamos la situación actual de América Latina.

Ayer el diario Crónica publicaba lo mismo: 

"América Latina atraviesa meses turbulentos. 
Varios países sufren fuertes conflictos sociales y políticos que despertaron la reacción de miles de ciudadanos y generaron, de una u otra manera, caos en todas las naciones de la Región. Algunos gobernantes como Sebastián Piñera en Chile y Lenín Moreno en Ecuador tuvieron que dar marcha atrás con medidas y reformas económicas que despertaron un fuerte repudio por parte de la población. Venezuela, en tanto, continúa atravesando una fuerte crisis económica; mientras que en Brasil la liberación de Lula Da Silva provocó el rechazo del mandatario Jair Bolsonaro. El punto más alto llegó con la dimisión de Evo Morales, en medio de la pelea con los grupos cívicos y sin el respaldo de las Fuerzas Armadas".

Igual que a De la Rúa, sin el respaldo de las fuerzas Armadas. 

De la Rúa se retiró de la vida pública y evitó realizar declaraciones después de su presidencia. Soportó dignamente ser incluido en varias causas judiciales en su contra, en ninguna de las cuales resultó condenado.

Evo Morales no, con cero dignidad, huía al refugio del Grupo Puebla, y anunciaba por Twitter a las 20:30:

"Hermanas y hermanos, parto rumbo a México, agradecido por el desprendimiento del gobierno de ese pueblo hermano que nos brindó asilo para cuidar nuestra vida. Me duele abandonar el país por razones políticas, pero siempre estaré pendiente. Pronto volveré con más fuerza y energía".— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) November 12, 2019

Ya saldrán voces del "relato" justificando esa huída como una rata.
O huye porque, avergonzados, durante la tarde del domingo 10 de noviembre, un grupo de indígenas conformado por los Aymaras, Quechuas y Guaraníes, le pidieron a los militares que detengan a Evo Morales y lo condenen a 30 años de prisión, tras el fraude electoral.
(Buscar en YouTube) y según nos cuenta un informe del diario Del Cauca.

Para aquellos que "hablan de golpes de estado", vamos a hacer un repaso de lo sucedido en Argentina. De puros memoriosos nomás y, según Wikipedia.

El golpe militar del 6 de septiembre de 1930 fue liderado por el general José Félix Uriburu y derrocó al presidente Hipólito Yrigoyen de la Unión Cívica Radical, quien había sido elegido democráticamente para ejercer su segundo mandato en 1928. Yrigoyen era el primer presidente constitucional derrocado por una revolución triunfante y por primera vez en la historia argentina un gobierno “de facto” disolvió el Congreso Nacional.


El 20 de febrero de 1932, el general José Félix Uriburu le entregó el poder al general Agustín P. Justo, verdadera fuerza material del golpe de Estado; que si bien proponía este, pretendía un gobierno democrático conservador y restringido.

La Revolución del 43 originada en el golpe militar del 4 de junio de 1943 tuvo características distintas a todos los demás: Ramón Castillo, el presidente derrocado, era parte del régimen conservador conocido como década infame. Único golpe militar que se desenvolvió en medio de una guerra mundial. No mantuvo relaciones de alianza con los grandes terratenientes y empresarios. Su origen estuvo vinculado a las presiones de Estados Unidos para que la Argentina abandonara su tradicional neutralismo frente a la Segunda Guerra Mundial, con el fin de afectar los intereses británicos en el país y reemplazar a Gran Bretaña como poder económico dominante en la Argentina. Fue el único golpe de Estado en Argentina que fue pura y exclusivamente militar, sin apoyo civil. Acabó con todo un sistema de gobierno conservador y fraudulento instaurado en 1930 y que tenía intenciones de permanencia.

La dictadura finalizó con un llamado a elecciones democráticas realizadas el 24 de febrero de 1946, que todos los sectores aceptaron como impecables, en las que triunfó Juan Domingo Perón, quien asumió el 4 de junio de 1946. Perón sería derrocado por un golpe militar en 1955 antes de finalizar su segundo mandato.

La llamada «Revolución Libertadora» fue una dictadura militar de tipo transitoria, originada en el golpe de Estado que derrocó al presidente Juan Domingo Perón entre el 16 y el 23 de septiembre de 1955, día este último en que el jefe de la insurrección juró con el título de «presidente», a la vez que disolvió el Congreso. Al día siguiente designó como «vicepresidente» al almirante Isaac Rojas.

La Revolución Libertadora contó con la Junta Consultiva Nacional integrada por la mayor parte de los partidos políticos: Unión Cívica Radical, Partido Socialista, Partido Demócrata Nacional, Partido Demócrata Cristiano y Partido Demócrata Progresista.

En 1958 la Revolución Libertadora convocó a elecciones limitadas y controladas por las Fuerzas Armadas, con proscripción del peronismo que fueron ganadas por la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI), un sector de la fracturada Unión Cívica Radical, liderado por Arturo Frondizi, quien había realizado un pacto electoral y político con Perón con el fin obtener el apoyo del decisivo voto peronista a su candidatura. El presidente Frondizi sería a su vez derrocado por los militares cuatro años después.

El golpe militar de 1962 en Argentina ocurrido el 29 de marzo de ese año fue realizado por los comandantes en jefe de las tres Armas presionados por algunos sectores de las Fuerzas Armadas, que destituyeron de hecho al presidente Arturo Frondizi. 

Ya en el gobierno Frondizi impulsó rápidamente una amplia amnistía para los delitos políticos y gremiales y una reforma de la ley de asociaciones sindicales apoyada por los peronistas restableciendo el sindicato único por rama y actividad como querían los mismos. ​Pronto se produjo la ruptura con el gobierno de los peronistas que apuntaban a mostrar su fuerza creando un clima de inseguridad y a partir de enero de 1959 fueron muchas las bombas que estallaron en Buenos Aires y sus alrededores. 

El peronismo había sido proscrito por la dictadura militar de 1955, pero Frondizi volvió a habilitarlo electoralmente, aunque manteniendo la prohibición a Juan Perón de presentarse como candidato y volver al país. Frondizi inmediatamente intervino las provincias en las que había ganado el peronismo, luego solicitó la mediación del general Pedro Eugenio Aramburu y finalmente aceptó un plan que incluía un gabinete de coalición pero no encontró apoyo en los otros partidos políticos, que no le tenían confianza. Los mandos militares acordaron el 28 de marzo que si Frondizi era reemplazado su sucesor sería un civil y a continuación, ante la negativa del Presidente a renunciar, dispusieron su detención y traslado a la isla Martín García, lugar sugerido por el funcionario.

Los presidentes de los bloques parlamentarios de la UCRI convencieron entonces a José María Guido, presidente provisional del Senado que asumiera el poder invocando la Ley de Acefalía que lo colocaba en primer lugar para suceder al Presidente. Solicitó a la Corte Suprema de Justicia que le recibiera juramento por haber asumido la Presidencia “por la vacancia del Poder Ejecutivo producida por la destitución de hecho del anterior Presidente”, lo que fue aceptado por el Tribunal y se cumplió esa misma noche. 

El 28 de junio de 1966 un levantamiento militar liderado por el general Juan Carlos Onganía derrocó al presidente Arturo Illia perteneciente a la Unión Cívica Radical del Pueblo. El golpe dio origen a una dictadura autodenominada «Revolución Argentina», que ya no se presentó a sí misma como «gobierno provisional», como en todos los golpes anteriores, sino que se estableció como un sistema de tipo permanente. 

La alta conflictividad política y social generada durante la Revolución Argentina y las luchas entre los diversos sectores militares produjeron dos golpes internos, sucediéndose en el poder tres dictadores militares: Juan Carlos Onganía (1966-1970), Marcelo Levingston (1970-1971) y Alejandro Agustín Lanusse (1971-1973).

Onganía entregó el Ministerio de Economía a los sectores civiles más conservadores-liberales, cuyo máximo exponente fue Adalberto Krieger Vasena, quien ya había sido ministro de la Revolución Libertadora. Sin embargo durante la dictadura de Levingston, predominó un sector nacionalista-desarrollista de las Fuerzas Armadas, que nombró Ministro de Economía al radical Aldo Ferrer.​

Acosada por una insurrección popular creciente y generalizada, la dictadura organizó una salida electoral con participación del peronismo (aunque impidiendo la candidatura de Perón), en 1973, en la que triunfó precisamente el candidato peronista Héctor J. Cámpora, con el 49,53% de los votos, asumiendo el 25 de mayo de 1973.

Cámpora renunció para permitir elecciones libres, en las que ganó Juan Perón con el 62% de los votos, quien moriría menos de un año después de haber sido electo, y el gobierno peronista, en manos ahora de la Vicepresidente María Estela Martínez de Perón, sería también derrocada por un golpe militar en 1976.

El 24 de marzo de 1976 una nueva sublevación militar derrocó a la presidenta María Estela Martínez de Perón, instalando una dictadura de tipo permanente (Estado burocrático-autoritario) autodenominada «Proceso de Reorganización Nacional», gobernada por la Junta Militar, integrada por tres militares, uno por cada fuerza. A su vez, la Junta Militar elegía a un funcionario con el título de «presidente», con funciones ejecutivas y legislativas, designado y supervisado por la junta mientras no perteneciese a esta; sin embargo, al pasar los días esto no llegó efectuarse. ​

El Proceso fue gobernado por cuatro juntas militares sucesivas:
1976-1980: Jorge Rafael Videla, Emilio Eduardo Massera y Orlando Ramón Agosti
1980-1981: Roberto Eduardo Viola, Armando Lambruschini y Omar Domingo Rubens Graffigna
1981-1982: Leopoldo Fortunato Galtieri, Jorge Isaac Anaya y Basilio Lami Dozo
1982-1983: Cristino Nicolaides, Rubén Franco y Augusto Jorge Hughes

En cada una de estas etapas, las juntas designaron como «presidentes» de facto a Jorge Rafael Videla, Roberto Eduardo Viola, Leopoldo Fortunato Galtieri y Reynaldo Benito Bignone respectivamente, todos ellos integrantes del Ejército. Bignone, fue el único “presidente de facto” que no perteneció a la Junta.

La cuarta Junta llamó a elecciones para el 30 de octubre de 1983, en las que triunfó el candidato de la Unión Cívica Radical, Raúl Alfonsín, quien asumió el 10 de diciembre de 1983.

Lo que quiero decirles es que: entre las "Revocatorias popular de mandato" y "golpes de estado", hay una una gran diferencia.

Y Evo renunció porque se lo exigió el pueblo mismo, por la suma de pruebas del fraude.

Quiénes & Porqué / Fuentes: Infonews / YouTube / emol.com / Crónica / A24 / Wikipedia / Diario del Cauca /

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