LA IMPROLIJIDAD LLEVÓ A OTRO ESCÁNDALO DIPLOMÁTICO

 POLÍTICA

Solá se enteró en El Salvador que ya no era canciller, renunció al cargo en México y no participó de la Cumbre de la CELAC

Por Román Lejtman

Felipe Solá abordó un avión de la Fuerza Aérea con una mínima comitiva para participar de la Cumbre de la Comunidad de los Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que en Ciudad de México tenía previsto designar a Alberto Fernández como su Presidente Pro Tempore.

Solá abandonó Buenos Aires asumiendo que continuaba como Ministro de Relaciones Exteriores, a pesar de sus diferencias personales y políticas con Alberto Fernández. Se equivocó: cinco minutos antes del anuncio oficial que terminaba con su carrera como canciller, recibió una llamada urgente de Santiago Cafiero.

-Felipe: ahora vamos a comunicar que ya no sos más ministro-, informó el jefe de Gabinete, que sería su reemplazo en el Palacio San Martín.

Solá estaba en El Salvador, era de noche, hacía muchísimo calor y se dirigía en un minúsculo avión rumbo a México.

-Ehhh. ¿Cómo hicieron eso...?-, replicó Solá.

Y agregó sin respirar: ¿Quién me reemplaza?

-Yo Felipe. Te reemplazo yo-, cerró Cafiero antes de cortar.

Enlatado en el avión de la Fuerza Aérea, el ahora excanciller no paró de maldecir desde El Salvador a México. Arribó a destino ya como un turista accidental: no se puso el traje gris que solía utilizar, y saludó sin esmero al canciller mexicano Eduardo Ebrard, quien entendía la situación y la paradoja diplomática.

Ebrard estaba recibiendo en el aeropuerto a un ministro de Relaciones Exteriores de la Argentina que llegaba a México para coronar el primer triunfo diplomático de Alberto Fernández que se enteraba de su renuncia en un país tropical por la comunicación informal de un jefe de Gabinete que 70 horas más tarde sería su sucesor en el cargo.

(Infobae)

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