TREGUA ENTRE ALBERTO Y CRISTINA

OPINIÓN / POLÍTICA

Cuando los dos Fernández, Massa y Kicillof comparten un espacio común suele ser porque hubo mucha tensión entre ellos

Por Nicolás Wiñazki

El escándalo de la foto del cumpleaños en Olivos enrareció la relación entre el Presidente y la Vice. Este martes compartirán un acto de campaña en Avellaneda con la intención de dejar atrás viejos recelos

Hoy es un día trascendente para Alberto Fernández. Para su ánimo. Y lo mismo para buena parte de sus funcionarios y asesores más cercanos. El Presidente compartirá un acto con el resto de los jefes del Frente de Todos: se mostrará junto a la vice Cristina Fernández; al titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa; y al gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof. ¿Por qué es noticia un evento que en la lógica debiera ser un acontecimiento frecuente? Porque no es frecuente. Más bien lo contrario. Cuando los dos Fernández, Massa y Kicillof comparten un espacio común suele ser porque hubo mucha tensión entre ellos: mostrar señales de unidad calma a la dirigencia, al funcionariado y lo mismo para la militancia.

Un ejemplo: tras disputar de modo cruento el reparto de cargos para las listas de precandidatos a legisladores, y pasadas las broncas, el FdT se juntó en Escobar para presentar a las cabezas de esas fórmulas por las que tanto pelearon entre si.

Antes: la vice Fernández enfureció cuando el presidente Fernández avaló que el ministro de Economía, Martin Guzmán, ordenara la dimisión del subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, alineado con ella. Otra discusión fuerte, idas y venidas, y se impuso ella por sobre él.

Más allá de esta tendencia, nunca como hasta ahora el Frente de Todos enfrentó una situación interna tan conflictiva y con un potencial desprestigio entre el electorado, tanto que alarma a la cúpula de la coalición que gobierna.

El “caso Olivos”, la divulgación de ingresos y egresos a la Residencia Presidencial Olivos (RPO), que lleva dos semanas de duración en las redes y los medios, terminó por centrar la polémica en el Presidente: debió primero dar explicaciones sobre personajes y hechos desconocidos para el público que los documentos de acceso a la RPO transformaron de golpe en reales y concretos.

El 14 de julio pasado, él mismo participó del festejo de cumpleaños de su pareja, la primera dama Fabiola Yáñez. Las imágenes fueron rotundas: Fernández había sido parte de una celebración con doce personas más, en ambiente cerrado y sin barbijos en tiempos en los que él mismo imponía un Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO), la cuarentena que causó crisis en casi todas las actividades económicas y sociales del país.

El Presidente debió dar dos discursos en dos actos distintos para dejar sin dudas en claro que pedía “disculpas”, se hacia “responsable de todo”, explicando que efectivamente lo que pasó había pasado.

Fue un golpe al corazón de la campaña, para colmo, con una primera exposición del Presidente que para muchos fue insuficiente y poco clara: se lo acusó de haber intentado echarle la culpa de todo a la primera dama, algo que lo enojó mucho y, por ende, forzó la necesidad de que aclarase por segunda vez y con mayor claridad, y firmeza, que se hacía cargo de lo que fue descripto como “un error” que prometió que “no volverá a pasar”.

TN.com.ar supo de fuentes de las más calificadas de Olivos que el Presidente sintió que sus principales aliados lo dejaban solo frente al infortunio, y que incluso algunos aprovecharon para vengarse por viejos recelos.

Siempre de acuerdo a las fuentes antes mencionadas, el Presidente aludió a los “miserables” que quisieron instalar que él buscó primero responsabilizar a su pareja por la reunión anti-ASPO en Olivos pensando en un dirigente K en particular: el ministro de Seguridad, Sergio Berni, quien de expresó ante los medios en ese sentido. Fernández y Berni, o viceversa, rompieron relaciones desde que éste último critica a la gestión nacional, y al propio Presidente y a su ministra de Seguridad en particular.

Las fuentes de Olivos, irreprochables, agregaron que existe malestar de Fernández (Alberto) con Fernández (Cristina), generado porque ella no solo no lo defendió tras el escándalo Olivos: en un acto de hace pocos días lo trató de ingenuo. Incluso también porque la defensa virtual que hizo la agrupación La Cámpora sobre la cena que rompió el ASPO fue tibia. Y tras otro “ataque” desde el twitter de esa organización de Máximo Kirchner contra otro tuit emitido por el Partido Justicialista. Peronismo ridículo.

Otra declaración que simulaba ser una defensa del Jefe de Estado fue leída por éste, y por todo el peronismo, como una crítica no tan solapada.

La hizo el senador neuquino Oscar Parrilli, habitual vocero de su jefa, la vice Fernández.

“Fue un error (la cena con la que en Olivos se se rompió el ASPO)”, pareció ayudar Parrilli, pero de inmediato golpeó: “Habría que hacer un llamado de atención a los que están al lado del Presidente”.

En Olivos, Fernández y su equipo están convencidos que el legislador más fiel a la vice apuntó de modo negativo a los más cercanos hombres del Jefe de Estado: el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello; y el vocero Juan Pablo Biondi, quien además ocupó buena parte de un artículo de un columnista de una web que es el preferido de la vice, con supuestos detalles de la vida personal del funcionario, algo que en el periodismo profesional se evita porque nunca forma parte de la información relevante.

En su acto de ayer, Fernández pegó varios gritos. Uno fue éste: “¡Si algunos piensan que me van a hacer caer por un error, sépanlo: me fortalecen!”.

Fue un mensaje para adentro del FdT.

Así llegan sus líderes al acto de hoy.

Intriga.

(Tribuna de Periodistas)

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