HAY VERDADES QUE OFENDEN

HISTORIAS / EDITORIAL

Comprendió que la guerra era la paz del futuro

Por Walter R. Quinteros

En razón que estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) están juntando firmas para quitarle el título de "ciudadano ilustre" a Ernesto “Che” Guevara y, que la misma ya recibió el apoyo de más de 15.000 firmas, con la consigna #FueraCheGuevara, es que pongo a consideración este informe elaborado hace unos años atrás y publicado en "quienesyporque".

"Eran dos piezas, una para la sala-comedor y otra para el cuarto, más un pequeño baño y una cocina las que conformaban el apartamento número 603 del edificio 164 de la calle 25, entre O e Infanta, en el barrio del Vedado en La Habana. Allí, se comenzaron a preparar las acciones combativas del 26 de julio del año 1953. En esa fecha se efectuaron los ataques a los Cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, ambos en la región de Oriente, con el fin de acopiar armas y desarrollar la lucha contra el gobierno dictatorial de Fulgencio Batista que había sumido al país en un caos político, económico y social. Abel Santamaría Cuadrado, uno de los tantos jóvenes que se unió a esa causa, residía en esa casa y en aquel entonces era empleado de una agencia automovilística. Alquiló el apartamento en el mes de enero de 1952 y luego trajo a vivir a su hermana Haydée con él, para que lo ayudara en las labores domésticas". Así lo relata, el máster en historia Seriozha Mora Candebat, especialista del museo Casa Abel Santamaría, quien ha investigado las cualidades revolucionarias de ese patriota, nacido el 20 de octubre de 1927 en el municipio Encrucijada, provincia de Villa Clara.

Para 1947, Abel llega a la capital con el propósito de convertirse en profesional. Gana un concurso para matricular en la escuela de Comercio y al unísono estudia el bachillerato. Consigue empleo en la Textilera Ariguanabo y luego en la agencia de los automóviles Pontiac, en la que lleva la contabilidad y la caja. Militó en el Partido Ortodoxo, una de las organizaciones con posibilidades a tomar el poder político de no ser frustrado por el golpe de estado de Fulgencio Batista el 10 de marzo de 1952. Como Abel Santamaría, muchos jóvenes expresaron su descontento ante tales hechos anticonstitucionales y bastó un encuentro con el abogado Fidel Castro Ruz, en el cementerio de Colón. En los próximos días, Fidel visita con frecuencia el apartamento del Vedado y comienza a gestarse un movimiento, conocido como Movimiento 26 de Julio (M-26-7). La premisa era tomar las armas para derribar a Batista, quien había entrado al gobierno utilizando la violencia.

“Fidel valora la discreción en el edificio, aquí merodea el silencio y la tranquilidad por parte de sus vecinos, además es un lugar seguro con dos puertas de acceso, una por la calle 25 y otra por O, lo cual favorecía las reuniones, los contactos y las conspiraciones. Aquí venían con frecuencia Jesús Montané Oropesa, Melba Hernández, Raúl Martínez Arará, Ñico López, Boris Luis Santacoloma, Raúl Gómez García y otros jóvenes pinareños y artemiseños, que luego irían a ofrendar sus vidas en Santiago de Cuba”, relató el historiador Mora Candebat. 

“En la madrugada del 26 de julio en la Granja Siboney de Santiago de Cuba se leía contundente el Manifiesto del Moncada, escrito por Raúl Gómez García. Después de cantar el Himno Nacional, partían varios grupos de jóvenes armados para asaltar el Cuartel Moncada, tomar el Palacio de Justicia y el Hospital Saturnino Lora en la urbe santiaguera. Al unísono en Bayamo se dirigían hacia el Cuartel Carlos Manuel de Céspedes”. Nos cuenta un artículo del diario oficialista cubano Granma, y firmado por Nuria Barbosa León, Danae González del Toro y Yisel Martínez García.

Según el sitio mexicano expansión y de acuerdo a un artículo del periodista Témoris Grecko. “El 26 de julio de 1953, Fidel Castro, entonces un joven abogado, encabezó una fallida acción armada contra Fulgencio Batista con el asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes en Cuba. La estrategia guerrillera consistió también en la toma del Hospital Civil y del Palacio de Justicia, lideradas por el hermano de Fidel, Raúl Castro. A pesar de que ese día la lucha tuvo un resultado fallido, este suceso se convirtió en una fecha clave para el calendario rebelde ya que dio inicio al proceso de revolución cubana que concluyó el 1 de enero de 1959 con el triunfo y el ascenso de Fidel al poder”.

La Revista mexicana Quo en su número 138 y en tiempo presente dice: 1 de enero de 1959, La Habana.- "Esta mañana, decenas de ciudadanos de Estados Unidos que vinieron a pasar las fiestas de fin de año vagaban desconcertados por el puerto. Los cruceros que los trajeron ya no estaban. Los abandonados no podían entender por qué Fulgencio Batista renunció súbitamente a la presidencia y escapó a República Dominicana, y además no encontraban a un solo policía para preguntar qué hacer, el Directorio Revolucionario, una fuerza afín al líder rebelde Fidel Castro, era en ese momento quien se ocupaba de mantener el orden. Grupos rebeldes han tomado las estaciones de radio y transmiten llamados generales a mantener la calma. En el malecón y las principales avenidas hay una atmósfera de carnaval: coches con banderas rojinegras del Movimiento 26 de Julio (que lidera Castro) corren y hacen sonar las bocinas. Se calcula que 400 políticos y empresarios aliados del régimen salieron del país".

Para conocer un poco mejor la historia, agrego que: El grupo guerrillero de Castro desembarcó cerca de la Sierra Maestra, en el suroriente de la isla, el 2 de diciembre de 1956. Sólo 20 de sus 82 hombres sobrevivieron al ataque aéreo y terrestre que lanzó el gobierno tres días después. A principios de 1957, nadie hubiera imaginado que en sólo dos años forzaría a escapar a Batista, quien fue el hombre fuerte de Cuba durante un cuarto de siglo y la había gobernado con mano dura desde que dio su segundo golpe de Estado, en 1952. El 2 de noviembre de 1958, Batista organizó un proceso electoral, pero se pudo observar que la bajísima participación era compensada por grupos de votantes organizados que portaban numerosas credenciales de elector. La oposición desconoció el resultado. Para 1 de diciembre de 1958, los revolucionarios controlaban ya una tercera parte de la isla pero el dictador Batista controlaba la capital, donde vive la quinta parte de la población, y otras ciudades importantes, así como los sindicatos y la mayor parte de la prensa. El país mostraba numerosas heridas de guerra. Los relumbrantes hoteles de La Habana estaban medio vacíos, los trenes se quedaban a medio camino. La antigua capital, Santiago estaba bloqueada por los rebeldes, que aún no se atrevían a atacar la guarnición de 3,000 hombres del general Eulogio Cantillo. Una vez que el ejército fracasó en su ataque a Castro en la Sierra Maestra, los rebeldes ganaron margen de maniobra con dos columnas al mando de los comandantes Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara —de nacionalidad argentina—. A fines de noviembre, el ejército lanzó un ataque contra Guevara y Cienfuegos que duró una semana y terminó con la desbandada de los soldados gubernamentales. Los guerrilleros montaron una contraofensiva que aisló y venció a cinco grupos enemigos. Entonces Cienfuegos se dirigió hacia la población de Yaguajay, mientras que Guevara avanzó sin resistencia hasta Santa Clara en donde se libró la batalla que decidió el resultado de la guerra. Desde febrero, el Movimiento 26 de Julio transmite propaganda a través de la emisora clandestina Radio Rebelde.

Y sigo con el informe de la Revista Quo que dice: “Hace unos pocos días, escuchamos al Che y Cienfuegos intercambiar bromas al aire. 'El enemigo está concentrado en los lugares de costumbre', dijo Guevara. 'Oí que le dijiste a Fidel que ibas a tomar Santa Clara y no sé qué diablos más. Pero no te metas porque es mía'. Este diálogo impactó en la moral de los combatientes de ambos lados. El 28 de diciembre, Guevara —que se había roto un brazo y lo tenía inmovilizado en cabestrillo— y su columna de 350 hombres con armas ligeras llegaron a las cercanías de Santa Clara, que estaba protegida por 3,500 soldados y tanques, además de un tren blindado que se acercaba con municiones y armamentos de refuerzo. Por la mañana del 29, el guerrillero dividió a sus hombres en dos grupos, uno se dirigió a la ciudad y sostuvo los primeros combates cerca del centro, y el otro vigilaba las lomas del Cápiro al noreste de la población para interceptar al tren. El día 30, Guevara envió a Roberto Rodríguez El Vaquerito, un chico de 18 años, a atacar al tren con bombas molotov, las cuales convertían los carros blindados en hornos y obligaban a salir a tropas y oficiales. Finalmente, el tren blindado se rindió. Mientras tanto, el grupo que atacó la ciudad conseguía tomar el cuartel, la estación de policía, el palacio provincial, la cárcel y el Gran Hotel, desde cuyo décimo piso disparaba un grupo de francotiradores. Los últimos reportes recibidos indican que Guevara negociaba la rendición del cuartel Leoncio Vidal, la mayor fortaleza gubernamental del centro de la isla”.

La forma en que huyó Batista desconcertó a sus propios seguidores. Todavía en la fiesta de fin de año en Palacio, el gobierno se mostraba optimista al asegurar que había vencido a los rebeldes en Santa Clara. Los más desvelados, a las tres de la mañana del 1 de enero, fueron testigos de un hecho histórico: el presidente interrumpió el evento para anunciar su marcha y nombrar como sucesor al general Eulogio Cantillo. “Teniendo en cuenta las pérdidas de vidas, los daños materiales a la propiedad y el perjuicio evidente que se viene haciendo a la economía de la República, y rogando a Dios que ilumine a los cubanos para poder vivir en paz, resigno mis poderes de presidente de la República entregándolos a su sustituto constitucional”, declaró Batista. La clase dirigente y sus socios extranjeros no pudieron dormir esta mañana y pronto se organizaron para huir. En su cuartel de Oriente, Fidel Castro llamó a Batista “cobarde traidor” y ordenó la toma inmediata de Santiago, ciudad a la que declaró “capital provisional del país”.

Ahora hablemos del Che 

El sitio Cubanet dice: “El Che Guevara, quien fue una figura clave en la revolución cubana, y asimismo, luchó para incitar revoluciones comunistas en varios países de América del Sur, ha sido durante mucho tiempo el ídolo de los adolescentes de izquierda y estudiantes universitarios de Occidente, debido a la popularidad de algunas frases memorables en contra del consumismo en sus obras”.

Irónicamente, su famoso retrato, que representa la cara vuelta hacia arriba adornada con la boina de un guerrillero comunista, se ha convertido en una de las fotografías más famosas y ampliamente comercializadas en la historia, apareciendo en todo tipo de productos, desde camisetas y jarros de café hasta banderas y hasta en carteles en las oficinas de campaña de el ex presidente Obama.

Sin embargo, el Che no es un inocente combatiente de la libertad. Apodado como “el Carnicero de la Cabaña”, el Che es reconocido por haber ordenado la ejecución de cientos de personas que se sospechaba que eran traidores a la ideología comunista. Disparaba con frecuencia a sus comandantes y soldados sin juicio, y en muchas ocasiones era, precisamente, él mismo quien realizaba las ejecuciones.

Después de apoderarse de Cuba con éxito, Guevara procedió a ordenar el encarcelamiento de homosexuales, del mismo modo, solicitó la ejecución de todos los disidentes políticos, restringió con suma dureza la prensa independiente, trató de prohibir el rock and roll y condujo a la economía cubana a la quiebra.

En su juventud, fue conocido incluso por muchos de sus amigos por ser un irremediable racista, y rara vez se bañaba, debido a su asma. En respuesta a la popularidad completamente inmerecida del Che entre los jóvenes anti-sistema en el Reino Unido y en todo el mundo, muchas organizaciones han comenzado a poner carteles con ciertas citas del guerrillero, titulados: “¿Quién dijo esto: el Che o Hitler?” Invariablemente, todas las citas, seleccionadas por su brutalidad, son de Guevara.

Siguiendo esa línea, aquí están algunas de las más repugnantes frases del Che Guevara, el “luchador por la libertad” favorito de todos los estudiantes universitarios, el asesino que llevas en tu remera:

“Los jóvenes deben abstenerse de cuestionamientos ingratos de los mandatos gubernamentales. En su lugar, tienen que dedicarse a estudiar, trabajar y al servicio militar”.

“¡Los jóvenes deben aprender a pensar y actuar como una masa. Es criminal pensar como individuos!”

“Si los misiles hubiesen permanecido (en Cuba), los hubiésemos utilizado contra el mismo corazón de los Estados Unidos incluyendo a Nueva York. Nunca debemos establecer la coexistencia pacífica. En esta lucha a muerte entre dos sistemas tenemos que llegar a la victoria final. Debemos andar por el sendero de la liberación incluso si cuesta millones de víctimas atómicas.”

“Hay que acabar con todos los periódicos. Una revolución no se puede lograr con la libertad de prensa.”

“Para enviar hombres al pelotón de fusilamiento, la prueba judicial es innecesaria. Estos procedimientos son un detalle burgués arcaico. ¡Esta es una revolución! Y un revolucionario debe convertirse en una fría máquina de matar motivado por odio puro.”

“¡El odio es el elemento central de nuestra lucha! El odio tan violento que impulsa al ser humano más allá de sus limitaciones naturales, convirtiéndolo en una máquina de matar violenta y de sangre fría. Nuestros soldados tienen que ser así”.

“Los negros, esos magníficos ejemplares de la raza africana que han mantenido su pureza racial gracias al poco apego que le tienen al baño, han visto invadidos sus reales por un nuevo ejemplar de esclavo: el portugués. El desprecio y la pobreza los une en la lucha cotidiana, pero el diferente modo de encarar la vida los separa completamente”.

“El negro indolente y soñador, se gasta sus pesitos en cualquier frivolidad o en ‘pegar unos palos’ (emborracharse), el europeo tiene una tradición de trabajo y de ahorro que lo persigue hasta este rincón de América y lo impulsa a progresar, aún independientemente de sus propias aspiraciones individuales.”

El 18 de febrero de 1957 el guía campesino Eutimio Guerra, acusado de pasar información al enemigo, es enjuiciado por los rebeldes y condenado a muerte. A la hora de la ejecución, sus compañeros no se deciden a pasarlo por las armas, y es cuando el Che se adelanta, extrae su pistola matando de un disparo en la sien a Eutimio, describiendo el acto en su diario de la Sierra Maestra: “…acabé el problema dándole en la sien derecha un tiro de pistola calibre 32, con orificio de salida en el temporal derecho. Boqueó un rato y quedó muerto. Al proceder a requisarle las pertenencias no podía sacarle el reloj amarrado con una cadena al cinturón, entonces él me dijo con una voz sin temblar muy lejos del miedo: ‘Arráncala, chico, total…’ Eso hice y sus pertenencias pasaron a mi poder”.

Posteriormente, el Che escribirá en su diario: “…ejecutar a un ser humano es algo feo, pero ejemplarizante. De ahora en adelante aquí nadie me volverá a decir el saca muelas de la guerrilla.”

En una carta a su padre refiriéndose a dicha ejecución escribe: “Tengo que confesarte, papá, que en ese momento descubrí que realmente me gusta matar”.

Vemos entonces que nunca puede ser "ciudadano ilustre", un asesino. Hay verdades que ofenden.

(Walter R. Quinteros / La Gaceta Liberal / Nota del autor: Obran en mi poder, la lista con los nombres documentados de los 164 asesinatos del Che Guevara / Fuentes: Blog quienesyporque / Payton Alexander / The Libertarian / Eduardo Salvatierra Ube / Compendio de citas de Humberto Corzo, disponible en Cubanet.org /Blog verdadesofenden / Armando Lago / “Cuba: El costo humano de la revolución social” / Diario Granma /  Revista Quo / Expansión digital / Foto: El Che disparando: iconografías / Título de: "La canción del elegido"  Silvio Rodríguez)

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