VIOLÍN EN BOLSA

Alperovich pidió licencia en el Senado




Luego de la denuncia por violación que hizo su sobrina, José Alperovich pidió licencia en el Senado de la Nación para dedicar su "esfuerzo en desbaratar la infamia". El legislador le envió una carta a la presidenta de la Cámara Alta, Gabriela Michetti.

"He sido víctima de denuncias promovidas en mi contra. La imputación es absolutamente falsa, lo cual demostraré ante la Justicia. A fin de dedicar mi esfuerzo y mi tiempo a desbaratar la infamia, aclarar la verdad y reparar mi honor, le pido expresamente que me confiera licencia en mi honorable cargo", afirma Alperovich en la solicitada.

Cabe recordar que la joven de 29 años amplió este lunes la denuncia contra su tío en los tribunales de Tucumán y dio detalles sobre los hechos de abuso que, según aseguró, se produjeron entre fines de 2017 y mayo de 2019 tanto en la ciudad de Buenos Aires como en la provincia norteña.

En tanto, el equipo que la representa afirmó que la denunciante "sufrió violencia sexual, física y psicológica desde diciembre del 2017 hasta mayo de 2019", durante el período que trabajó con Alperovich, y que la causa será investigada en unidades diferentes, ya que se hicieron dos denuncias.

Varios dirigentes del Frente de Todos le habían reclamado a Alperovich que presentara una licencia a su cargo para no comprometer a los senadores peronistas mientras transcurriera la investigación de los hechos denunciados.

Recordemos la carta completa de la sobrina de Alperovich:

"Estoy segura que ninguna persona que haya sufrido violencia sexual quisiera estar en este lugar, desnudando la intimidad más dolorosa de su vida. Pero nos obligan a encontrar en esta manera la posibilidad de ser escuchadas. Ya no nos callamos más, pero tampoco queremos hablar por lo bajo de lo que nos pasa, de lo que sentimos, de lo que nos hicieron y de cómo hacemos para volver a la vida después de que hechos tan traumáticos nos la cambiaron para siempre.
No escribo para convencer a nadie de nada. Estoy aquí contra la opresión del silencio y por la necesidad de recuperar mi vida, de sanar llamando a las cosas como son, sin suavizarlas ni teñirlas, poniéndole al monstruo nombre y apellido. Cuando no le ponés nombre, no existe.
El mío se llama Jose Jorge Alperovich, mi tío segundo y jefe, por quién fui violentada sexual, física y psicológicamente desde diciembre del 2017 hasta mayo de 2019. Durante un año y medio sufrí violaciones a mi integridad física y sexual. El avasallamiento fue demoledor. Tanto que ni siquiera pude ponerlo en palabras. Él oscilaba libre y cómodamente en los tres escenarios ante los que me posicionaba: el familiar, el laboral y el del horror de la intimidad que me forzaba a vivir con él.
No quería que me besara. Lo hacía igual. No quería que me manoseara. Lo hacía igual. No quería que me penetrara. Lo hacía igual. Inmovilizada y paralizada, mirando las habitaciones, esperando que todo termine, que el tiempo corra. Ya saldría de ahí y estaría en mi casa, ya habría más gente alrededor, ya el disimulo y el trabajo lo iban a alejar de mi. Ya se cansaría de mi, de que no quiera, de que sea "asexuada" como me llamaba. Pero su fijación no cesaba, durante mucho tiempo quiso más y más seguido, con más ganas, con más fuerza, con más violencia por mi resistencia.
La sensación de que nunca nadie iba a salvarme, de que no iba a haber una interrupción o algo que me sacara de esos lugares. Era expresamente su voluntad. Yo no podía salir sola del encierro porque sabía que tras la primera puerta había caseros, y policías y custodios armados. Todos sabiendo lo que estaba pasando adentro y cuidando las fronteras de él. Estaba completamente atrapada.
Yo nunca elegí estar ahí de esa manera. Se lo decía en cada no. Pero mis no para él nunca fueron suficientes. No se trataba del ímpetu ni de la cantidad de veces que se lo decía ni de como se lo explicaba ni de como mezquinaba mi cuerpo ni de como intentaba defenderme ni si lloraba o no. Nunca en mi vida lloré tanto.
Durante todo ese tiempo no tuve ni un respiro. Trabajé sin parar, sin vacaciones, sin feriados. Solo me liberaba cuando él viajaba. Pero cuando regresaba, volvía también la pesadilla. Hasta que se detuvo, hasta que las situaciones en las que el disponía quedarse solo conmigo para tocarme y penetrarme se volvieron situaciones ya de violencia y maltrato público, delante de personas. Pero ya no más por dentro, ya no más al hueso, ya no más solos.
Pensar en quién era yo antes, sin miedo, con deseo de desarrollarme, de aprender, de vivir. Si me conocías pensarías que era una mujer a la que jamás le podría pasar algo así. El peligro cayó sobre mí todo junto, encubierto en el afecto familiar y en la seriedad de lo laboral. Quedé atrapada y atravesada para siempre.
A mí esto me cuesta desde el día que empezó a pasar y en todos los sentidos. Solo quiero justicia. Recuperar mi vida. Tengo 29 años, soy libre, soy joven. Quiero volver a empezar poniendo cada cosa en su lugar. Responsabilidad de acciones, consecuencias para quien corresponde. Hasta ahora, sólo las cargo yo. Sacarme esta mochila que ya no puedo sostener más y entregársela a su dueño.
No miento, no busco fama. Nadie quiere hacerse famosa por contar el horror que vivió. No quiero dinero ni hay un trasfondo político detrás de mi denuncia. Soy mucho más que todo eso que se pueda especular. Esto es por mí. El motivo más importante de mi vida es mi renacimiento, mi sanación y la búsqueda de justicia. ¿Qué motivo más importante que el valor de mi propia vida puedo tener?
Estoy acá contando lo que viví por mi seguridad pero también para que otras mujeres se animen a hablar. Esto no me mato, me puedo proclamar y me puedo defender. Me puedo recuperar, me puedo cuidar, me puedo elegir. Hoy elijo no callarme nunca más. A pesar de que me decía, en pleno horror: 'cállate, ¿no ves como estoy?', para tapar todos mis no. No me callo nunca más. Este es mi nunca más. Ojalá también sea el nunca más de todas aquellas que queremos dejar de callar.
Elijo cerrar con estas palabras de Zuleika Esnal: "A las que denunciaron. A las que no. A las que pudieron salir. A las que no. A las que me escriben pidiendo que escriba. A las que me escriben pidiendo que no, que solo quieren probar qué se siente que alguien más sepa su infierno. A las todavía no. A las ahora sí. A las no puedo. A las sin nombre ni apellido. A las no pongas mi ciudad, por si me encuentra. A las mi vieja sabía y no hizo nada. A las de huesos rotos. A las que ya no están para contar su historia. A las que están acá pero no pueden contarla. A las que escriben paredes. A las que no. A las que salen a la calle. A las que no. A las que me va a sacar el nene si denuncio. A la memoria de todas. A sus mamás. A todas las mamás. (.) A las callate y aguantá. A las no aguanto más. A las me quiero morir. A las de sexo anal para no quedar embarazada de mi viejo en sexto grado. A las viajeras que no vuelven. A las que vuelven y es un lujo. A las te escribo ahora que duerme. A las te dejo que volvió. A las me mata si se entera. A las no sé a quién recurrir. A las te escribo porque yo no tengo a nadie".

La decisión del Senador servirá también para disolver un frente de tormentas que se avecinaba sobre la jura de los senadores electos y la propia ceremonia de asunción del nuevo Presidente. La atención periodística concentrada en si Alperovich asistiría o no a esos eventos amenazaba con empañarlos, aunque sea parcialmente. 

En la mañana de ayer y durante una audiencia de casi tres horas y media en dependencias judiciales de Tucumán, la sobrina del senador había ampliado la denuncia por abuso sexual contra el exgobernador de esa provincia y expresó su disposición de declarar por los mismos hechos en los tribunales de Buenos Aires. 
La mujer que la semana pasada hizo pública su acusación contra Alperovich concurrió a las 9.30 a la cita con la fiscal del caso, María del Carmen Reuter, y estuvo allí hasta el mediodía. “Se cumplieron todas las garantías necesarias para que ella pueda declarar”, destacó al final de ese trámite la vocera de la víctima, Milagros Mariona.

“Ya pasó la peor violencia y esto la fortalece, ella quiere reconstruir su historia y dejar esto atrás”, puntualizó la vocera, quien confirmó que la víctima fue contactada por el fiscal Santiago Vismara para declarar en Buenos Aires. Hasta que se resuelva el trámite, añadió, seguirá bajo custodia de la Policía Federal para garantizar su integridad debido a que el propio acusado “difundió su nombre” el viernes pasado.

En tanto, el abogado de la víctima, Ricardo Santoro, precisó que algunos de los hechos denunciados ocurrieron entre “fines de 2017 y mayo de 2019” en la ciudad de Buenos Aires y otros en Tucumán, motivo por el cual se hicieron presentaciones judiciales en ambas jurisdicciones.

Además, indicó que las denuncias están tipificadas en el artículo 119 del Código Penal y aclaró que para proteger la intimidad de la víctima no hará precisiones sobre los delitos en cuestión. Tampoco especificó cuáles son las pruebas acerca de lo denunciado aunque adelantó que hay “otras que deben producirse” para “garantizar el derecho de defensa” del acusado.

Hasta el momento en que se conoció la carta de Alperovich pidiendo licencia, desde que se conoció la denuncia el senador había negado rotundamente esa posibilidad.

Pero en el medio hubo una sucesión de reacciones en el ámbito de la política. El diputado Felipe Solá evitó pronunciarse sobre la responsabilidad del ex gobernador tucumano pero le sugirió pedir licencia en su banca hasta tanto se pronuncie la Justicia.

"Si fuera Alperovich, pediría licencia para explicarme y esperar que se defina el tema”, recomendó en una entrevista por radio La Red y consideró que la Cámara alta “hizo bien al brindarle garantías” para la defensa.

Por su parte, la senadora Norma Durango, presidenta de la Banca de la Mujer del Senado, sostuvo que si Alperovich “no piensa renunciar, por lo menos debería tomar licencia” y aclaró que “los fueros (con que cuentan los legisladores) no impiden que la Justicia avance”. “Una vez que la Justicia dictamine la culpabilidad o no, habrá que evaluar” el futuro del ex gobernador tucumano. “Nosotros creemos a quienes denuncian”, sentenció durante una entrevista por Futurock.

Quiénes & Porqué / Página 12 / LA NACIÓN / NOVA / Infobae


Recomendaciones en Cruz del Eje




Comentarios