EN RECUERDO DE NUESTRO SOLDADO ROBERTO CABALLERO

HISTORIAS

El 23 de diciembre de 1975, durante el gobierno democrático de María Estela Martínez de Perón, el ERP lanzó el ataque más importante llevado a cabo contra una instalación militar


Por Jorge Tisi Baña

El 23 de diciembre de 1975, durante el gobierno democrático de María Estela Martínez de Perón, el ERP lanzó el ataque más importante llevado a cabo contra una instalación militar. Esta vez el elegido había sido del Batallón de Arsenales Depósito 601 “Domingo Viejobueno” de la localidad de Monte Chingolo. Perseguían el objetivo de robar toneladas de armamentos con los que pensaban reequipar a sus fuerzas que operaban en Tucumán, dar un importante golpe de propaganda ante la opinión pública, demostrar que tenían la capacidad de enfrentar exitosamente al Ejército, desmoralizarlo y alentar la movilización de las masas.

Para la operación el ERP concentró una fuerza operativa de unos 130 combatientes, a los que les sumó un número similar para el apoyo de la operación desde los alrededores del cuartel. Contaban con unas 150 armas entre fusiles, granadas, pistolas y ametralladoras, dos morteros, equipos de comunicaciones, dos camiones cisterna acondicionados para el transporte secreto del armamento y 20 automóviles robados de un hotel alojamiento. 

Una vez que se tomara el cuartel tenían previsto montar bloqueos sobre los puentes Avellaneda, Pueyrredón, Bosch, Victorino de la Plaza, Uriburu y La Noria, sobre el Riachuelo; el Puente 12 sobre el río Matanza; el paso a nivel del Ferrocarril Belgrano sobre el Arroyo de las Piedras; y cortar también las dos rutas que comunicaban la Capital Federal con la ciudad de La Plata, con la finalidad de aislar el cuartel e impedir el acceso de refuerzos militares.

También establecieron un cordón defensivo en las calles principales de acceso a dos cuadras del Arsenal e intentaron la neutralización de las principales comisarías de la zona mediante ataques de hostigamiento. Al mismo tiempo, una unidad coparía una estación de radio para transmitir una proclama de la comandancia del ERP instando a los argentinos a sumarse a sus filas. Para el escape habían preparado una buena cantidad de refugios en las localidades de Quilmes, Avellaneda y Lanús, e incluso contaban con grandes pozos donde ocultar las armas.

La batalla se constituyó en la derrota política y militar más importante de la historia de la subversión en la Argentina. El combate duró alrededor de 3 horas y le costó al ERP 62 muertos, todos los cuales son hoy homenajeados en el “Parque de la Memoria”. 

Las víctimas fatales del ERP fueron 56, más tres prisioneros y decenas de heridos; mientras que las Fuerzas Armadas y de seguridad registraron siete muertos y 34 heridos. La tragedia se completó con, por lo menos, seis víctimas mortales identificadas y decenas de afectados entre los vecinos de Monte Chingolo, producto del fuego cruzado durante el repliegue del ERP.

Del total general de 65 muertos identificados con nombre y apellido, contando guerrilleros abatidos o prisioneros y vecinos, 55 de ellos figuran como "desaparecidos" o "asesinados" en alguno de los tres informes oficiales de 1984, 2006 y 2015. 

En 37 casos se pagaron indemnizaciones "reparatorias": dos en cumplimiento de la ley 24.043, para "víctimas de detenciones ilegales y exilios forzosos", y treinta y cinco por aplicación de la ley 24.411, para familiares de "víctimas de asesinatos y desapariciones".

En el Parque de la Memoria, 59 placas homenajean los nombres de casi todos estos guerrilleros, quienes, se afirma, "murieron combatiendo por los mismos ideales de justicia y equidad".

Mientras tanto los caídos en defensa del cuartel cumpliendo con el juramento de defender a nuestra bandera hasta perder la vida, víctimas de la infame mentira del relato setentista, han sido olvidados por la mayor parte de los argentinos, por la historia y por la justicia. 

Ellos son el capitán Luis María Petruzzi, el teniente primero José Luis Spinassi, el sargento ayudante Roque Cisterna y los soldados Roberto Caballero, Benito Manuel Rúffolo y Raúl Fernando Sessa, todos del Ejército, y el cabo segundo Enrique Grimaldi, de la Armada. Hubo además 12 heridos.

En el día en que se cumple el 46to aniversario de este cobarde ataque, mi sentido homenaje para ellos.

Jorge Tisi Baña

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