Por Daniel W. Drezner
El mayor problema al escribir sobre política exterior de EE. UU. En 2019 es que no hay tal cosa como un día lento de noticias. Echo de menos las pausas de, digamos, marzo de 2015, cuando podía opinar profundamente sobre por qué James Tiberius Kirk era un capitán sobrevalorado del USS Enterprise, y no hubo una crisis urgente que obligó a mi mano de escribir a la acción.
Así no es como funciona la vida en 2019. Ya había configurado todas mis ideas de columna para esta semana. Espero llegar a algunos de ellos en los próximos días. El problema, por supuesto, es que el presidente Trump interrumpe el ciclo de noticias casi cada hora. Algunas de estas interrupciones, como Sharpiegate, son divertidas y simbólicas . Algunos, como Trump despidiendo al asesor de seguridad nacional John Bolton , son choques más sustantivos.
Mi punto es que esta no es una columna que realmente quiera escribir, pero es la columna que debes leer.
Entonces, ¿qué significa la partida de Bolton para la política exterior y la seguridad nacional de los Estados Unidos? Algunas reflexiones:
1) El proceso de seguridad nacional debería mejorar marginalmente. Es fácil ser escéptico de esta afirmación. La profesora de la Universidad de Georgetown y editora de Monkey Cage, Elizabeth Saunders, bien podría ser la analista más aguda de la política exterior de Estados Unidos, y su reacción inmediata fue encogerse de hombros: “No hubo un proceso ayer, probablemente no habrá uno mañana. "
Aún así, John Gans tiene razón cuando observó en el New York Times que "el Sr. El legado de Bolton no es la destrucción en el extranjero, sino la disfunción en Washington. Para seguir su propia agenda política y servir a un presidente errático, en solo 17 meses, el Sr. Bolton destruyó efectivamente el sistema del Consejo de Seguridad Nacional ”. Casi todos los perfiles de Bolton mientras era asesor de seguridad nacional confirman este punto. Mientras más se ponía nervioso Bolton de Trump , peor era el proceso, ya que el presidente tenía que eludir a su propio asesor de seguridad nacional.
La pregunta es si el sucesor de Bolton resucitará la antigua estructura del Consejo de Seguridad Nacional o continuará abrazando el caos. Si es lo primero, hay alguna razón para creer que funcionará marginalmente mejor que los dictados de Bolton. Trump confía en el Secretario de Estado Mike Pompeo y el Secretario del Tesoro Steven Mnuchin, y tiene un secretario de defensa confirmado en Mark T. Esper. Con Bolton fuera del camino, en realidad podría haber alguna cortesía entre el equipo de seguridad nacional de Trump. Uno tiene que esperar que funcione un poco mejor de lo que ha sido en los últimos 18 meses.
2) Es la disminución de los halcones y el triunfo de los aduladores. Varios comentaristas estaban alegres sobre el hacha de Bolton: No se puede negar que Trump fue menos agresivo que Bolton. Como señalaron Hayes Brown y Miriam Elder de BuzzFeed , Trump "ha demostrado ser deliberadamente resistente al tipo de belicismo que Bolton ha venido, a lo largo de los años, a encapsular". Aún así, decir que Trump es menos agresivo que Bolton es como decir que Trump es menos agresivo que Genghis Khan: es una declaración objetivamente correcta que carece de información útil. El 99.9 por ciento de los estadounidenses son menos agresivos que Bolton.
Trump no ha comenzado ninguna guerra nueva, pero está bastante lejos de ser una paloma. Aumentó los bombardeos y los despliegues en casi todos los teatros de operaciones militares. Sus campañas de máxima presión han aumentado el riesgo de conflicto en Irán, Venezuela y Corea del Norte. Ah, y contrató a John Bolton en primer lugar.
Para ser justos, no creo que Trump quiera comenzar una nueva guerra, pero también es cierto que su falta de perspicacia estratégica aumenta las probabilidades de que tropiece accidentalmente en un conflicto.
La diferencia entre Bolton y Pompeo no es que Bolton sea más agresivo. Es que Pompeo es mucho mejor siendo un adulador . Este es un hombre que no despedirá a uno de sus secretarios de estado asistentes porque no tiene las piedras para pedirle su aprobación al presidente. No es una coincidencia que Pompeo y Mnuchin estuvieran hoy en el podio de la Casa Blanca. A la larga, los sobrevivientes en la administración de Trump son siempre los contrabandistas.
La partida de Bolton no necesariamente hará que la administración sea menos agresiva, simplemente estará más a merced de los caprichos y prejuicios de Trump.
3) El final de la señalización y el comienzo de algunas malas ofertas. Como señalé cuando Bolton fue contratado , “si las palabras de Trump no importan, eso es un problema para su política exterior. ¿Cómo puede comunicar la resolución en el escenario global? Una forma es contratar nuevas personas con marcas conocidas, y lo único que Bolton tiene es una marca mientras está cerca, envía una señal más clara que la retórica del halcón de gallina de Trump".
Con Bolton desaparecido, Trump ha eliminado una voz independiente de la suya, por lo que la señalización es inmediata. Con 2020 en el horizonte y pocos logros de política exterior a su nombre, Trump parece mucho más interesado en hacer tratos en lugar de mantener una política estatal sostenida. El problema, como se señaló en este espacio la semana pasada , es que Trump es un negociador tan malo que es probable que las únicas ofertas que se ofrecen sean malas. Como un asistente de GOP Hill le dijo a Nahal Toosi de Politico: "Va a ser difícil encontrar un asesor de seguridad nacional que comparta la opinión de Trump de que debemos hacer tratos malos con los malos actores".
Al final, la política exterior de Estados Unidos queda a merced de Donald Trump. Deshacerse de Bolton mejora un poco el proceso de políticas. Sin embargo, es probable que los resultados sean tan malos como siempre.
Daniel Drezner
Daniel W. Drezner es profesor de política internacional en la Facultad de Derecho y Diplomacia Fletcher de la Universidad de Tufts y colaborador habitual de PostEverything.
Fuente: The Washington Post / Foto: Alex Wong - Getty images
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